El Gobierno ha elegido a Jaime García-Legaz -ex secretario de Estado de Comercio la anterior legislatura y actual presidente de empresa pública de seguros a la exportación Cesce- como nuevo presidente de Aena, tras la anunciada dimisión de José Manuel Vargas al frente del gestor de los aeropuertos.

La sociedad pública Enaire, que controla el 51% de las acciones de Aena, propondrá a García-Legaz como presidente y consejero delegado del grupo. La Comisión de Nombramientos y el consejo de administración de la compañía aprobarán la designación el próximo viernes.

La salida de  Vargas

Vargas, cuya salida se hará efectiva el  próximo domingo, se marcha cansado de los corsés que impone tener al Estado como principal accionista, con el 51% del capital. Corsés burocráticos, corsés para crecer con compras, corsés para la expansión internacional y corsés también salariales y operativos.

Y es que salida de Vargas se produce después de un año de sonados encontronazos con el Gobierno. Encontronazos por la frustrada mayor privatización de la compañía a pesar de que la cúpula de la empresa la defendía abiertamente, por la decisión del Ministerio de Fomento de recortar las tasas aéreas en contra del criterio del grupo por el golpe que supondrá en sus ingresos futuros, y por el veto impuesto por el Gobierno a la opa sobre Abertis que preparaba la compañía.

A la espera de la reacción de los fondos

La elección del nuevo presidente puede provocar un choque entre el Ejecutivo y los fondos de inversión presentes en el accionariado del grupo, con el británico TCI a la cabeza (el más activo de todos, el que cuenta con mayor participación -el 11,3%- y el que tiene representación directa en el consejo de administración de la compañía).

Las gestoras de fondos veían a Vargas como un directivo profesional que dio la vuelta a una compañía en pérdidas y que la llevó a la rentabilidad, la encaminó su negocio hasta una velocidad de crucero (el año pasado ganó más de 1.000 millones de euros), y que la deja como uno de los grandes valores del Ibex 35.

Y los fondos rechazaban de plano la posibilidad de que entre los ministerios de Fomento y Economía eligieran un nuevo presidente plenamente integrado en el establishment gubernamental. Los fondos temen que el nombramiento de un ejecutivo con un perfil abiertamente político sirva para agravar la situación de una compañía que ahora ya ven “paralizada” y “maniatada” por el Ejecutivo, según fuentes conocedoras de la situación.

La sintonía entre Vargas y los accionistas privados ha sido evidente en los casi tres años transcurridos desde la privatización parcial de la compañía. Una sintonía que se acrecentaba precisamente por el rechazo compartido a algunas decisiones adoptadas por el Gobierno -singularmente la rebaja de tasas aéreas para los próximos cinco años- o a algunas iniciativas vetadas por él -como la contraopa que se preparaba para tomar el control de Abertis-.

Ligado a la Administración

Hasta su incorporación a Cesce en noviembre de 2016, Jaime García-Legaz (Murcia, 1968) fue secretario de estado de Comercio, presidente del ICEX, presidente de Invest in Spain y presidente de la Fundación CECO.

En su trayectoria profesional ha ocupado diferentes cargos en el sector público como economista del servicio de estudios del Banco de España, subdirector general de deuda pública de la Dirección General del Tesoro del Ministerio de Economía y Hacienda, asesor económico del presidente del Gobierno, director del Gabinete del Secretario de Estado de Telecomunicaciones, director general de Educación y Bienestar del Gabinete del presidente del Gobierno y director general de Estadística de la Comunidad de Madrid. Ha ejercido también como consultor del Banco Mundial, de la Comisión Europea y de la OCDE.