El año pasado más de tres millones de consumidores cambiaron de comercializadora de electricidad. Y casi la mitad lo hicieron convencidos por comerciales que acudieron directamente a su domicilio para venderles las bondades de sus tarifas, según los datos que maneja la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). Una modalidad contraria a las recomendaciones de buenas prácticas del propio supervisor sobre cambio de comercializador en los sectores de la luz y del gas.

La CNMC y las asociaciones de consumidores denuncian que la captación de clientes energéticas mediante la venta domiciliaria es un caldo de cultivo idóneo para los “engaños” y los “abusos” de las eléctricas, o de las empresas que éstas subcontratan, sobre las verdaderas condiciones de los nuevos contratos de luz y gas.

E incluso la CNMC ha aprovechado la celebración de una jornada sobre buenas prácticas comerciales para plantear al Gobierno la posibilidad de directamente prohibir la comercialización puerta a puerta de tarifas de luz y gas. “Está claro que se puede prohibir el puerta a puerta. Pero nosotros no podemos hacerlo”, ha dicho el director de Energía de la CNMC, Fernando Hernández, mandando un recado al Ministerio de Energía.

El Gobierno reconoce que en varias ocasiones ha estudiado la posibilidad de prohibir la modalidad conocida como puerta fría, en la que un comercial se planta en el domicilio de los clientes potenciales sin requerimiento previo para conseguir la firma de un nuevo contrato en ese instante.

Pero el Ministerio de Energía no ha tomado ninguna medida al respecto ni tiene previsto hacerlo. “El puerta a puerta se puede prohibir, pero hace falta una norma de rango legal, y lo tendrían que decidir las Cortes”, ha explicado Santiago Caravantes, subdirector de energía eléctrica de la Secretaría de Estado de Energía. “Sería una medida muy agresiva”, ha contrapuesto para excusar que el Ministerio no haya tomado ninguna decisión sobre esta práctica comercial.

Contra las malas prácticas

La CNMC se ha lanzado a una cruzada para poner freno a las presuntas malas prácticas que con las que eléctricas captan clientes. Puerta a puerta, por teléfono, con publicidad no del toda clara… El supervisor quiere poner coto a los excesos de las compañías y, al tiempo, concienciar a los consumidores de cómo combatir esas malas prácticas o, en su caso, de la necesidad de que las denuncien. Disuasión (a las empresas) y concienciación (a los clientes) en paralelo.

Para esa labor de disuasión la CNMC se encuentra con el problema de las bajas cuantías de las sanciones que marca la legislación. “Si sólo multamos a las eléctricas con 100.000 euros es porque sólo podemos multar con eso”, ha dicho el director de Energía del organismo. Las sanciones alcanzan esas cantidades reducidas porque sólo es posible demostrar infracciones aisladas con clientes concretos, y sólo son más onerosas las multas en caso de que se detecten “campañas masivas” para captar clientes con engaños por parte de una compañía o si “hay reiteración” en la mala praxis.

La pena del telediario

Y sin la eficacia real de un castigo económico, la estrategia del supervisor es otra. La CNMC ha puesto en marcha una estrategia  con la que pretende que el verdadero factor disuasorio para las eléctricas no sea tanto el castigo económico como el golpe de imagen que genera a las compañías dar publicidad a esas sanciones. Duele más que se conozcan las sanciones que las propias sanciones, ése es el mantra que resuena en los despachos de Competencia.

La CNMC ha impuesto este mismo años las primeras  multas a eléctricas por denuncias de clientes particulares (ya impuso una a EDP, pero por la denuncia de una empresa, no de clientes particulares). Ahora el organismo presidido por José María Marín Quemada tramita otras 270 denuncias sobre malas prácticas comerciales de las compañías de luz y gas, presentadas por particulares a través de la organización de consumidores Facua.

Desde las compañías energéticas se defienden asegurando que esas malas prácticas son casos aislados, que los problemas detectados son generalmente cometidos por empresas subcontratadas para realizar la labor de captación y sobre cuyos comerciales no siempre tienen control directo, y que llevan años adoptando medidas para prevenir las malas prácticas y para dar más transparencia a los procesos de comercialización de sus ofertas.

Mejor la tarifa regulada

La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia lleva tiempo alertando sobre malas prácticas comerciales en la captación de clientes en los sectores de la electricidad y el gas. Prácticas que desarrollan las compañías energéticas tanto para quitarles clientes a sus rivales como para sacar a clientes propios de las tarifas reguladas para llevárselos a las tarifas del mercado libre, que salen más caras al consumidor, según la propia la CNMC.

En este sentido, el presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, ha subrayado que sigue siendo preferible contratar la tarifa regulada (conocida como el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor, PVPC) que las tarifas del mercado libre que promueven las compañías.

“Yo prefiero la tarifa regulada”, ha sentenciado el presidente, incluso en un año como el actual en que las condiciones meteorológicas (con caídas de la producción hidroeléctrica y eólica, y su sustitución por gas y carbón) harán que los precios de la luz “no vayan a ser cómodos” para los clientes que tienen contratado el PVPC.

El objetivo último de la CNMC es que los consumidores tengan información suficiente sobre sus propios derechos y sobre los deberes de los suministradores energéticos, y que tomen conciencia de que hay que denunciar los posibles engaños. En este sentido, la CNMC ha activado un buzón para recibir directamente las denuncias de los particulares sobre posibles engaños en el cambio de comercializador de luz y gas, aunque también tramite las recibidas a través de las oficinas municipales de protección al consumidor o de las organizaciones de consumidores.

Y el organismo también trata de armar al cliente con la información necesaria para defenderse a priori. La CNMC ha publicado una guía de recomendaciones tanto para clientes como para las propias empresas sobre cómo gestionar el cambio de comercializadora, así como sendas guías para consumidores tanto de electricidad como de gas natural. Y también puso en marcha un comparador online para que los clientes puedan conocer qué tipo de contrato y qué compañía le convienen y un simulador del recibo de la luz para calcular la cuantía que le debe cobrar su eléctrica.