España está sufriendo los efectos de la sequía. La falta de lluvias está haciendo que las reservas de la red de embalses caigan desde hace meses, y hoy ya se sitúan por debajo del 38% de su capacidad máxima de todos los pantanos, según el último informe del Ministerio de Agricultura. Y previsiblemente la cifra va a seguir a la baja.

La situación de los embalses cuyas aguas se pueden utilizar para la producción de electricidad es aún peor. Las reservas hidroeléctricas se situaron al final de septiembre en el 29,2% de su capacidad total, con sólo 5.412 gigavatios hora (GWh). En septiembre la caída se agudizó, y las reservas están 4,7 puntos por debajo del nivel de un mes antes y hasta 17 puntos menos que hace un año.

El parón de hidroeléctrica y eólica empuja a las eléctricas a quemar más carbón y gas natural

Las compañías eléctricas que gestionan las centrales hidroeléctricas están reduciendo drásticamente la generación con estas instalaciones. La producción hidroeléctrica se ha desplomado en España un 49,2% en lo que va de año, según datos de Red Eléctrica de España. Además, el derrumbe de la generación con agua coincide con un parón de la producción eólica, que también sufre una caída del 9,8% hasta septiembre.

Y con empresas y molinos produciendo cada vez menos, el sistema eléctrico los tiene que sustituir por tecnologías que son más caras y, además, con más emisiones. En lo que va de año España se ha lanzado a quemar más carbón y más gas. España ha disparado en los nueve primeros meses del año un 39,5% la producción de electricidad con centrales de carbón y un 42,6% las centrales de ciclo combinado, que funcionan con gas natural.

Electricidad más cara

El mercado mayorista de la electricidad nota muy directamente estos cambios. La menor producción con agua y viento hace que la electricidad que se vende en este mercado entre a mayor precio de lo normal al tener que utilizarse otras tecnologías más caras para cubrir toda la demanda. El precio medio del mercado diario de la electricidad se situó en septiembre en los 49,15 euros por megavatio hora (MWh), un 3,5% más caro que en agosto y casi un 13% por encima del nivel de septiembre de 2016.

A esta cantidad aún hay que agregarle otras partidas para determinar el precio total de la electricidad. Si se suma el coste de los pagos por capacidad (la ayuda que se da a algunas centrales infrautilizadas), el servicio de interrumpibilidad (un pago que se hace a industrias que consumen mucha electricidad por si tienen que parar en caso de pico de demanda) o los servicios de ajuste, el precio final medio de la energía alcanzó en septiembre los 56,36 euros, frente a los 54,74 euros del mes anterior. La evolución del precio de la energía representa en torno a un 35% del importe del recibo de la luz que pagan los consumidores con tarifa regulada.

Más emisiones de CO2

En paralelo, la sequía y su impacto en el funcionamiento del sistema eléctrico están provocando un fuerte incremento de las emisiones de CO2, dando al traste con los buenos resultados de España el año pasado en la reducción de gases de efecto invernadero y contra el cambio climático.

Las emisiones de CO2 vinculadas a la generación eléctrica crecen un 28% en lo que va de año

El sector eléctrico -responsable de alrededor del una quinta parte de todas las emisiones de España- expulsó casi 53 millones de toneladas a la atmósfera entre enero y septiembre, disparándose más de un 28% en relación al mismo periodo del año pasado (son 11,6 millones de toneladas de CO2 más que el año anterior), según la serie estadística que elabora Red Eléctrica.

El peso de las energías que no emiten CO2 en el conjunto del sistema también desciende. Las energías sin emisiones (hidráulica, nuclear, eólica, fotovoltaica, solar térmica y otras renovables) concentraron el 54,4% del total de la generación eléctrica de España el pasado septiembre, un punto menos que en el mismo mes del año pasado.