La Operación Chamartín aún no tiene vía libre para hacer realidad el plan de actuación sobre 2,8 millones de metros cuadrados y 11.000 viviendas al norte de Madrid, tal como se acordó a finales de julio pasado. La Comunidad de Madrid ha presentado alegaciones a su propio recurso contra la operación urbanística, rebautizada este verano como Madrid Nuevo Norte. Y el TSJM ha decidido aplazar la vista judicial, prevista para este miércoles 29 de noviembreDe aceptarse el recurso, la Operación Chamartín podría sufrir un bloqueo.

Así lo ha podido saber este medio: el Ejecutivo de Cristina Cifuentes mantenía un recurso interpuesto en mayo de 2016, cuando el equipo de Gobierno de Ahora Madrid tumbó unilateralmente el convenio firmado en enero de 2015 por Fomento, BBVA y la entonces alcaldesa Ana Botella. La situación se recondujo a finales de 2016 gracias a la buena relación entre la alcaldesa Manuela Carmena y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna. Adif (Fomento) y Distrito Castellana Norte (BBVA) retiraron su recurso tras el preacuerdo de julio. La Comunidad lo mantiene todavía, pero la sentencia no se producirá este miércoles.

Con la postergación in extremis de la apelación ante la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el TSJM no resolverá todavía. Es el último escollo a una operación que se empezó a negociar en 1993, hace 24 años, al inicio del mandato de José María Álvarez del Manzano (PP).

Las negociaciones continúan

Según fuentes de la Comunidad, el recurso responde a la búsqueda “seguridad jurídica” a través de “un informe que así lo garantice”, especialmente tras el rechazo unilateral del antiguo convenio. El preacuerdo de julio reduce sustancialmente el número de viviendas con relación al plan de 2015 (de 17.000 a 11.000 pisos), pero aumentaba la capacidad del sector terciario (oficinas).

Las negociaciones continúan, basadas en cuestiones de ordenación urbanística. Es decir, lo más importante: por dónde irá la prolongación de calles, dónde el futuro centro de convenciones, qué tamaño tendrán las calles o qué dotación de servicios habrá para los futuros barrios que nazcan del soterramiento de la Estación de Chamartín. Todo eso si el recurso procedente de la Comunidad no prospera, claro.