Economía

Los inversores acumulan oro ante la expectativa de que la inflación gane fuerza en 2018

Los precios del oro acumulan una subida del 6% en las últimas tres semanas y encaran su mejor racha desde 2011.

El oro avanza ante la expectativa de que repunte la inflación en 2018.

Lingotes de oro.

Bienvenidos a 2018, el año de la inflación. Los inversores arrancan el año haciendo sus cábalas sobre lo que está por venir y una tesis parece estar ganando fuerza: este año sí, la inflación volverá a hacerse presente.

Y ante esa tesitura recuperan una de sus máximas favoritas: contra la inflación, oro. El metal áureo se mueve en los primeros compases de 2018 por encima de los 1.300 dólares, en sus niveles más elevados desde el pasado mes de septiembre. Acumula una ganancia próxima al 6% en las últimas tres semanas y se encamina hacia su octava sesión consecutiva al alza, su mejor racha desde 2011, según datos citados por Bloomberg.

Todas estas cifras no parecen sino el reflejo de que el mercado vuelve a confiar en la protección del oro frente a la posibilidad de un repunte de la inflación que acabe haciendo mella en el valor de los activos financieros. Por su carácter físico y limitado, este metal precioso está considerado un refugio sin par frente a todo tipo de avatares políticos que puedan golpear al mercado, así como ante un incremento de los precios.

Tras años de denodada lucha de los bancos centrales por reactivar la inflación -no hace mucho era el temor a la deflación el que imperaba en el escenario económico mundial-, son muchos los analistas que han vienen pronosticando que el repunte de la inflación se halla a la vuelta de la esquina.

La recuperación de la economía global, la mejora del mercado laboral y el encarecimiento de materias primas como el petróleo son algunos de los elementos que configuran un escenario en el que, sostienen, el surgimiento de la inflación no puede demorarse mucho más.

Los expertos auguran un repunte de la inflación en Estados Unidos durante 2018

Esta visión afecta principalmente a Estados Unidos, una economía en la que las tasas de desempleo se mueven en mínimos históricos y que recibirá un estímulo adicional este ejercicio, en forma de rebaja de impuestos, que podría intensificar el crecimiento. "Esperamos que la inflación en los Estados Unidos suba al 2,4% en junio de 2018 y 2,6% en diciembre de 2018", augura Nitesh Shah, director de estrategia de Materias Primas de ETF Securities.

En Europa, en cambio, existe mayor escepticismo sobre la posibilidad de que los precios se acerquen de forma sostenida a tasas próximas al objetivo del Banco Central Europeo (BCE), ligeramente por debajo del 2%. La propia institución pronosticó en su última reunión, el pasado diciembre, que estos niveles no se alcanzarán en los próximos tres años.

Sin embargo, hay analistas que discrepan con esta visión. Es el caso de Julien-Pierre Nouen, economista jefe de Lazard Frères Gestion, quien explica que los últimos datos sobre sentimiento económico en la eurozona y utilización de la capacidad industrial son consistentes "con una clara aceleración de la inflación subyacente de alrededor de un punto anual. Esto llevaría a la inflación a acercarse al objetivo del BCE en un año".

Esta perspectiva sirve para poner de nuevo de relieve el valor del oro como refugio para el inversor. Un valor que también se ve fortalecido por la posibilidad de que el repunte de las bolsas mundiales toque techo en algún momento de este año, dando paso a una corrección que eleve la demanda de activos considerados más seguros.

Previsiones moderadas

Sin embargo, la visión de los expertos no es del todo optimista sobre el potencial de revalorización del metal áureo. Según el consenso de previsiones recopiladas por FocusEconomics, los precios del oro se situarán al cierre de 2018 en torno a los 1.274 dólares, un 3% por debajo de sus niveles actuales, y permanecerá por debajo de los 1.300 dólares durante 2019.

La principal razón de este escepticismo es la expectativa de que los bancos centrales combatirán de forma efectiva cualquier alza de la inflación con subidas de los tipos de interés, que permitirán mantener acotado cualquier repunte de los precios.  "Para el próximo año [en referencia a 2018] vemos una caída de los precios del oro como respuesta a un rebote del dólar y una subida de los tipos de interés", indica, por ejemplo, Carsten Menke, analista de Materias Primas de Julius Baer.

Sin embargo, en el mercado permanecen ciertas dudas sobre la capacidad de los bancos centrales para hacer frente a un súbito repunte de los precios si no desean desestabilizar la economía. Desde ETF Securities sospechan que la previsible subida de la inflación en Estados Unidos alcanzará niveles que resultarán incómodos para la Fed, "pero dada la demora en la respuesta política y de precios, hay poco que la Fed pueda hacer el próximo año para detenerlo (la presión inflacionaria se ha acumulado este año)", indica Shah.

La capacidad de los bancos centrales para contener la inflación es clave para las perspectivas del oro

Otros factores que podrían ayudar al oro a completar en 2018 su tercer año consecutivo de subidas pasarían por cuestiones de tipo geopolítico, como las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte o la conflictividad en Oriente Medio.

En cualquier caso, estos eventos suelen generar en el precio del metal áureo repuntes efímeros que suelen diluirse en poco tiempo. Por eso, "las cuestiones clave para el oro en 2018 serán cómo de rápido pueden las economías desarrolladas normalizar los tipos de interés después de una década de generosidad monetarias; cuánto más se pueden extender los repuntes del mercado de acciones globales; cuál será el impacto a más largo plazo de las reformas tributarias de Trump en los niveles de deuda empresariales y del Gobierno de Estados Unidos; y cuando comenzará a repuntar finalmente la inflación", resume el analista del banco japonés Mitsubishi Jonathan Butler, en declaraciones a la agencia Reuters.

Si la respuesta a estas cuestiones configura un escenario propicio para el oro, tal vez no sea del todo descabellado confiar en que se cumplan las previsiones de ANZ, Commerzbank o Credit Agricole, que otorgan al metal precioso un potencial en 2018 de entre el 6,5 y el 5%, hasta las proximidades de los 1.400 dólares, una cota inexplorada desde hace ya más de cuatro años.

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