Economía

Madrid y Barcelona se lanzan a frenar el boom “descontrolado” de los pisos turísticos

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. | Efe

Madrid y Barcelona se han propuesto poner coto a la proliferación a la proliferación “descontrolada” de viviviendas de alquiler turístico. En la capital española, el verano pasado la oferta de pisos turísticos superó por primera vez a la de hoteles. Y en la Ciudad Condal, las plazas de alojamiento en pisos duplica a la de los establecimientos hoteleros. Ambos ayuntamientos se lanzan a frenar el boom de nueva oferta.

“Estamos de acuerdo con la economía colaborativa cuando es de verdad, pero no cuando es una minoría”, sentenció este martes Luis Cueto, coordinador general de la Alcaldía de Madrid, en el IX Foro de Liderazgo Turístico, organizado por Exceltur. Y es que el Ayuntamiento comandado por Manuela Carmena entiende que la proliferación de pisos turísticos está directamente ligada con el aumento del precio del alquiler de larga duración y con el hecho de que “mucha gente no pueda vivir donde quiera”.

Madrid se dispone a usar el Plan General de Urbanismo para frenar el boom de pisos turísticos, dando vía libre a los particulares para que alquilen su casa por un máximo de 90 días al año (aunque podría acabar rebajándose en el futuro a 60) y pedirá una licencia específica cuando se supere ese límite, al entender que a partir de entonces ya se trata de una actividad económica en toda regla.

El turismo de “Madrid va como un tiro, pero no hay que matar a la gallina de huevos de oro”, sostuvo Cueto. “Vamos a utilizar todos los instrumentos a nuestro alcance para equilibrar el turismo en Madrid” y evitar que se “descontrole”.

Colau: "Que las viviendas hagan de viciendas"

El Ayuntamiento de Barcelona ha sido uno de los más activos para poner coto a la proliferación descontrolada de la oferta ilegal de viviendas para ser alquiladas a turistas. Descontrolada por su enorme expansión e ilegal porque en Cataluña se exige disponer de una licencia específica y muchas no la tienen.

Barcelona ha emprendido inspecciones para sacar del mercado apartamentos ilegales y también se ha lanzado a forzar a que sean las plataformas online que comercializan los pisos las que eviten que esa oferta ilegal siga siendo publicitada. “Las plataformas no pueden decir que no saben si lo que anuncian es legal o no. Se tienen que responsabilizar”, sentenció Ada Colau, en el Foro de Exceltur.

La mayoría de plataformas comercializadoras se prestaron a la reclamación del consistorio barcelonés de retirar la oferta ilegal (en total unas mil plazas ilícitas retiradas). La mayoría, pero la mayor de todas, Airbnb, en un principio se resistió y acabó siendo sancionada. “Las sanciones no son la vía ideal para nosotros. Pero las multas de 600.000 euros han tenido su efecto, porque ahora sí que quieren dialogar”, dijo la alcaldesa sobre el choque con Airbnb.

Colau, la cabeza visible de la coalición Barcelona en Comú, subrayó que la proliferación "desequilibrada y descontrolada" de pisos de uso turístico genera problemas en diferentes vertientes: la fiscalidad, porque “no puede ser que unos cumplan normas y otros no”; las molestias a los vecinos; y también (y “sobre todo”) el impacto directo en el mercado de la vivienda.

“Lo que necesitamos es que las viviendas hagan de viviendas y que la gente no sea expulsada de la ciudad”, subrayó Colau, sobre la falta de oferta de alquiler de larga duración en determinadas zonas y el incremento de los precios de la misma. “El objetivo es que los vecinos puedan quedarse a vivir en la ciudad. Los apartamentos legales se respetan y se van a respetar, pero no se puede crecer más. Nos hacen falta las viviendas”.

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