Un avión de la aerolínea de bajo coste Ryanair.
Los tripulantes de cabina de Ryanair amenazan con un verano caliente. Sindicatos de azafatos de varios países europeos, entre ellos España, se han reunido hoy en Madrid para acordar acciones conjuntas para presionar al gigante del bajo coste en la negociación de un convenio para el colectivo y para que la compañía empiece aplicar la legislación de cada uno de los países en que opera y no la normativa laboral irlandesa a su plantilla.
Del encuentro de los sindicatos españoles Sitcpla y USO, el portugués Snvpac, el italiano UIL y la el belga CNE ha salido un ultimátum. Las organizaciones sindicales han dado por más de un mes de plazo a la compañía -hasta el 30 de junio- para que atienda sus demandas laborales. En caso contrario, los tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) emprenderán movilizaciones, entre las que se encuentra la convocatoria de huelgas en plena temporada alta veraniega.
Los paros se producen en el momento que más puede afectar al negocio de la compañía low cost, que viene de sufrir una crisis operativa en el último medio año que le obligó a cancelar 20.000 vuelos. En caso de que no haya negociaciones y que la compañía se resista a aplicar las leyes de cada país y a equiparar las condiciones laborales de todos los auxiliares (estén en plantilla o estén contratados por ETT o una agencia), las jornadas de huelga podrían comenzar en la segunda mitad de julio y alargarse a agosto.
“Lamentamos que los pasajeros de Ryanair puedan verse afectados por algún inconveniente durante el verano, pero confiamos en que la empresa recapacite y evite tener que recurrir al último recurso de los trabajadores para reivindicar sus derechos”, sostiene Ernesto Iglesias, representante de USO Sector Aéreo.
Los sindicatos denuncian que ya trasladaron sus demandas a la dirección de Ryanair en abril, y desde entonces la compañía viene “pidiendo condiciones inaceptables”, como imponer quién debe negociar en representación de los trabajadores o exigir que los representantes sindicales desarrollen su tarea exclusivamente fuera de su jornada laboral. Para las organizaciones, se trata de “una clara maniobra por parte de la compañía para retrasar todo lo posible la negociación de un convenio que mejore las condiciones de trabajo de los tripulantes de cabina”.
"Colonialismo laboral"
Los sindicatos de tripulantes consideran crucial dos reivindicaciones simultáneas. Por un lado, exigen que Ryanair aplique a su plantilla la legislación laboral de cada uno los países en los que opera, y que deje de imponer las leyes irlandesas a todos los empleados con independencia del país en que se ubique su base de operaciones. "Esta aerolínea es única en Europa por su colonialismo laboral, aplicando contratos irlandeses en los países donde opera, haciendo que Ryanair compita en condiciones mucho más ventajosas que el resto a costa de los derechos laborales", critican desde USO.
En paralelo, las organizaciones sindicales critican Ryanair quiera negociar y aplicar las nuevas condiciones sólo a los contratados directamente por la aerolínea, a pesar de que la mayoría de la plantilla de tripulantes de cabina de Ryanair está contratada por agencias de trabajo temporal. "Es una clara discriminación hacia los trabajadores que hacen el mismo trabajo en los mismos aviones y los mismos vuelos que los contratados por la propia empresa, pero en peores condiciones", dice Iglesias.
Los tripulantes de cabina alertan del "entorno laboral agresivo" que impone Ryanair, en el que, según denuncian los sindicatos europeos, se ha sancionado a trabajadores por ejercer su derecho a huelga en Portugal; se les presiona con objetivos de venta a bordo bajo amenaza de ser trasladados a otro país; o se los anima a pedir una excedencia en caso de bajas por enfermedad prolongadas.
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