Siempre estuvo en las quinielas. Su candidatura venía ya de lejos. Tanto que ya formó parte de aquel Gobierno en la sombra que conformó de manera figurada el propio Pedro Sánchez de cara a las elecciones generales del 26-J de 2016.

En los últimos días, cuanto más sonaba el nombre de Cristina Narbona -hoy presidenta del PSOE- para volver ocupar la cartera de Medio Ambiente en el nuevo Ejecutivo, en los mentideros del Partido Socialista se apuntaba con discreción, pero cada vez con más fuerza, el papel clave al que estaba llamada Teresa Ribera. Y así ha sido.

Ribera (Madrid, 1969) se pondrá al frente del nuevo superministerio que aglutinará las competencias de Medio Ambiente, Energía y Cambio Climático. El nuevo departamento, que hereda parte de las competencias que hasta ahora se repartían los ministros Álvaro Nadal e Isabel García Tejerina, se denominará Ministerio de Transición Ecológica o de Transición Energética y Medio Ambiente. Materias que Pedro Sánchez ha marcado como cruciales para el nuevo Gobierno.

De ZP a Sánchez

Ribera ha estado muy ligada al PSOE de Pedro Sánchez, en el que ha llegado a encargarse de coordinar el Consejo Asesor para la Transición Ecológica de la Economía. También fue una figura ascendente en los Ejecutivos de José Luis Rodríguez Zapatero, en los que fue directora de la Oficina de Cambio Climático entre 2004 y 2008, y secretaria de Estado de Cambio Climático entre 2008 y 2011.

De aquella última etapa como secretaria de Estado viene uno de los episodios que utilizan sus críticos para atacarla: fue ella la encargada de firmar la declaración de impacto ambiental del almacén submarino de gas Castor, ahora cerrado por su relación con cientos de seísmos.

Funcionaria en excedencia del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, licenciada en Derecho y diplomada en Derecho Constitucional y Ciencia Política, venía encargándose desde hace cuatro años de la dirección del prestigioso Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI), con sede en París, por lo que conoce de cerca las negociaciones internacionales contra el cambio climático.

Transformar la economía para hacerla sostenible

Ribera será la encargada de emprender la transición ecológica de la economía española, un objetivo para el que lleva tiempo defendiendo como imprescindible la implantación de una fiscalidad ambiental para incentivar el uso de tecnologías más limpias y para dar señales correctas hacia una economía más ecológica y totalmente descarbonizada en línea con los compromisos de lucha contra el cambio climático.

El establecimiento de un calendario progresivo de las nucleares, el impulso hacia un modelo 100% renovable, dar un empujón al autoconsumo o potenciar la economía circular son algunas de las materias en las que Ribera más se ha significado en los últimos años. Y son algunos de los motivos por los que es más que bien recibida al frente del Ministerio por los grupos ecologistas.