Meliá quiere crecer y tiene su expansión asegurada para los próximos años. El grupo tiene ya firmados contratos para sumar al menos 62 hoteles en los próximos tres años y con ello reforzar su posición de mayor cadena española acercándose a la cota de los 400 establecimientos en todo el mundo y superando la barrera de las 100.000 habitaciones.

Los planes de Meliá, desvelados este miércoles en Fitur por su consejero delegado, Gabriel Escarrer, pasan por concentrar su expansión en el Mediterráneo (con 34 proyectos de hotel firmados, 3 en España), en Asia (con 20 hoteles en cartera) y en menor medida en Latinoamérica y Caribe (con 8 establecimientos) en los próximos ejercicios.

Desde el grupo de la familia Escarrer se subraya que la inversión que ejecutará el grupo en esta expansión será muy reducida, aunque no la cuantifica. Y será modesta porque el 90% de todos los nuevos establecimientos que sumará la compañía se incorporarán en fórmulas que no implican tener la propiedad de los inmuebles, y que sólo suponen gestionar los hoteles.

Los proyectos firmados por Meliá se traducirán este mismo año en la apertura de 23 hoteles. De ellos, diez están ubicados en Europa o el Mediterráneo; 9 se encuentran en países asiáticos; 2 en Latinoamérica. Sólo uno se encuentra en España: será el ME Barcelona, que llega con la vocación de ser una de los buques insignia de la cadena y un icono del turismo de la Ciudad Condal, según la compañía.

Meliá ha volcado su crecimiento en el exterior y en los últimos cuatro años sólo ha incorporado cuatro hoteles en España. “El ciclo hace que haya oportunidades más interesantes en otros lugares donde la rentabilidad y la amortización a la inversión sea más rápida”, ha apuntado Escarrer. “Dicho esto, no queremos perder nuestro liderazgo en España, somos la principal hotelera y bajo ningún concepto vamos a ponerlo en riesgo”.

La relación con Colau: “Ni buena ni mala”

El nuevo ME Barcelona abrirá sus puertas en septiembre u octubre y será la única apertura del grupo en el mercado español. La única incorporación y demás es un proyecto que llega con retraso, con mucho retraso. Y es que el plan de Meliá era tenerlo activo hace dos años, pero la moratoria de alojamientos decretada por el Ayuntamiento de Barcelona frenó el proyecto.

“El hotel de Barcelona llega con retraso por la paralización que se decretó por parte del Ayuntamiento. En su día obtuvimos todos los permisos y licencias pero se paralizó por la famosa moratoria que implantó la señora Ada Colau. Al final, se reactivó la licencia que ya teníamos y nos ha demorado dos años y medio en la construcción del hotel”, se ha quejado Escarrer, que describe su relación con la alcaldesa con un “ni buena ni mala”.

“El problema es que con la toma de este tipo de medidas, tan drásticas como una moratoria, a veces pagamos justos por pecadores”, critica el jefe de Meliá. “Teníamos todas las licencias y no íbamos aumentar las camas de la ciudad porque era un hotel existente que era de HUSA. De hecho las reducimos porque será un hotel de lujo y tendrá menos habitaciones”.