Las llegadas de turistas extranjeros a España empiezan a tocar techo y acumula dos años de estancamiento. España marcó el año pasado un nuevo récord con 83,7 millones de visitantes internacionales, un 1,2% más que en año anterior, según las previsiones del Gobierno desveladas por la ministra del ramo, Reyes Maroto, y que aún deben ser confirmadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El frenazo ya arrancó en 2018. Entonces las llegadas de turistas registraron un crecimiento del 1,1%, muy lejos de los fortísimos incrementos en el lustro anterior y que venían alimentando el boom del sector. A pesar de la ralentización en la recepción de turistas (la caída de británicos y alemanes es compensada en parte por los procedentes de Asia y Estados Unidos), España acumula siete años consecutivos de récord de visitantes extranjeros.

“El mercado turístico español no ha tocado techo. Aún hay margen para crecer, podemos crecer mucho ofreciendo una gran variedad de productos turísticos", ha apuntado la ministra Maroto. "Tenemos que buscar nuevos perfiles de turistas con mayor poder adquisitivo".

El boom del turismo español arrancó ya en 2011. El estallido de las revueltas de la Primavera árabe en varios países del norte de África, destinos rivales naturales de España en el negocio del sol y playa, provocó el cambio de destino para centenares de miles de turistas extranjeros que huían de la inestabilidad de la zona.

En 2010 España superaba los 52 millones de turistas extranjeros, saltó hasta los 56,6 millones al año siguiente, a los 57,7 millones en 2012, se superaron los 60 millones por primera vez los 60 millones en 2013, se rozaron los 65 millones en 2014, los 68 millones en 2015, los 75,6 millones en 2016, 82 millones en 2017, 82,8 millones en 2018 y así hasta superar los 83 millones el año pasado.

El parón de la demanda de algunos mercados emisores tradicionales para España –como británicos y alemanes- está directamente relacionado, según los grandes grupos turísticos continentales, con la recuperación de destinos rivales como Turquía y Egipto. A estos países turoperadores internacionales han empezado a desviar viajeros europeos tras años de caída por la inestabilidad y la inseguridad.

Lo que gasta el turista y lo que se queda en España

La ministra de Industria, Comercio y Turismo también ha desvelado la previsión del Gobierno de que el año pasado el gasto turístico se situará en los 92.337 millones de euros, un 2,9% más que en el ejercicio anterior y que supone un nuevo récord histórico de este parámetro. Sin embargo, todo lo que gastan los turistas no es todo lo que gastan en España.

La previsión adelantada por la ministra se basa en la encuesta de gasto turístico (Egatur) que elabora el INE. Una encuesta que no está diseñada para cuantificar el impacto económico que los viajeros internacionales generan en España. Sirve fundamentalmente para registrar la evolución del gasto de los viajeros, elaborar perfiles de turistas que más gastan, detectar tendencias de cambio en estos perfiles… Nada más.

Cada año más de 100.000 turistas internacionales responden a la encuesta en puntos fronterizos por carretera, aeropuertos, puertos… y dicen cuánto han gastado durante su viaje. Durante todo el viaje, no sólo durante su estancia en España, así que también se incluyen los gastos realizados en el país de origen (como por ejemplo el pago de los billetes de avión a una compañía aérea extranjera, el abono a una agencia de viajes en su país de residencia…).

De los 92.300 millones de gasto los turistas sólo una parte se realiza en España. En concreto, en torno sólo dos tercios de esa cantidad son gastos efectuados en el país y que tienen impacto en la economía española.

Es la balanza de pagos del Banco de España la única estadística que sirve para cuantificar los ingresos reales que el turismo internacional deja en el país. Es la única que mide las divisas que percibe la economía española por el gasto que realizan los viajeros extranjeros durante su estancia en el país. Una suerte de ingresos de exportaciones por turismo a efectos contables.

El Banco de España sólo ha publicado de momento datos oficiales de la balanza de pagos con los ingresos por turismo acumulados entre enero y octubre de 2019. En los primeros diez meses del año pasado los turistas internacionales gastaron en España (en este caso sí) 63.400 millones de euros, un 3,2% más que en igual periodo del año pasado.

A falta de los datos oficiales de los dos últimos meses del año, desde el sector turístico se calcula que los ingresos por turismo de España en el conjunto de 2019 acabarán rozando los 65.000 millones de euros, en torno a un 3% más que el año anterior.

Así que habrá un agujero de unos 27.000 millones de euros entre los que los turistas extranjeros gastan (o dicen que gastan) y lo que la economía española realmente ingresa por turismo. Y un agujero que se debe a que el Gobierno (con Egatur) y el Banco de España (con la balanza de pagos) miden magnitudes diferentes, simplemente contabilizan diferentes realidades.