España intenta blindar a colectivos que prestan servicios críticos en plena epidemia de coronavirus. Enaire, la sociedad pública encargada de la gestión del control aéreo, ha puesto en marcha un plan especial de prevención frente al virus para garantizar la operatividad de dependencias críticas en que se prestan servicios esenciales, como sus centros y torres de control.

Enaire ha creado un comité de seguimiento del coronavirus, que se reúne casi diariamente, y ha establecido una coordinación permanente con los comités de crisis creados por el Ministerio de Transportes.

La dirección del grupo ha aprobado un plan de actuación que contempla hasta tres niveles de gravedad. Una escala que se activará en función de la magnitud de la propagación de la epidemia y de si aparecen casos de contagio entre la plantilla de la propia compañía (con diferentes restricciones si los contagios afectan a instalaciones críticas de la compañía o a dependencias generales).

En ninguno de los niveles del protocolo -ni siquiera en el Nivel 3 del plan, el de mayor gravedad- se contempla de manera explícita el cierre de torres de control. Y eso que Enaire cuenta con el problema de que cada controlador aéreo está habilitado legalmente para operar sólo en una dependencia.

Por motivos de competencia en su entorno operativo, los controladores no pueden pasar de una torre o centro de control a otros. De ahí la importancia de blindar las instalaciones de control de tránsito aéreo para evitar que haya infectados entre la plantilla de controladores. Enaire asegura que “dispone de mecanismos de contingencia que permiten, dependiendo de diferentes casuísticas, adoptar distintos procedimientos para garantizar la continuidad del servicio”.

Enaire asegura contar con planes de contingencia, en caso de ser necesario por problemas en alguno de sus centros, para reducir la afluencia de tráfico en una zona o redirigir algunas de las rutas aéreas programadas. Y la compañía subraya que en las instalaciones relevantes que controlan un mayor volumen de tráfico existen otros centros alternativos que pueden cubrir las operaciones en caso de abandono de una dependencia por indisponibilidad.  

Pero desde la propia plantilla de controladores aéreos se alerta de que, en caso de que haya contagios en una torre de control y tengan que aplicarse cuarentenas a infectados y a compañeros que hayan estado en contacto con ellos, sería muy difícil mantener operativa de esa instalación en su integridad. Sólo podrían seguir trabajando los controladores que no haya estado en contacto con los afectados y, sin ser posible trasladar plantilla de otros centros, casi con total seguridad habría que aplicar algunas restricciones al tráfico aéreo, según indican profesionales del control aéreo a El Independiente.

Activado el 'Nivel 1' del plan

De los tres niveles de medidas contemplados en el plan de actuación, Enaire tiene activado actualmente el Nivel 1, el menos severo, al registrarse en España aún un número limitado de casos (en torno a 235 personas contagiadas) y no haber ningún afectado en las dependencias de la compañía.

Con actual nivel de protección, Enaire ya ha restringido los viajes internacionales de sus empleados; también ha restringido el acceso a los servicios comunes de los centros y torres de control (como cafeterías, salas de reunión, zonas de descanso…) a personal externo a las instalaciones, incluido los trabajadores de los aeropuertos; se han suspendido las visitas institucionales y personales; y se han limitado el número de personas en reuniones de trabajo y garantizando siempre un metro de distancia entre los asistentes, entre otras medidas.

Además, la compañía pública ya ha puesto en marcha la contratación de urgencia del suministro de material de prevención sanitaria (mascarillas, guantes y batas desechables…). La dirección de la empresa recomienda evitar el uso compartida de cascos de comunicación de los controladores y de material de trabajo como tablets, teclados, móviles o material de oficina, “poniendo especial atención en los bolígrafos”, se precisa en el documento del plan.

Más restricciones para evitar contagios

Enaire activará el Nivel 2 del plan si la propagación del virus se extiende y hay afectados en puestos no críticos de la compañía. En tal caso, se establecerán cuarentenas de dos semanas para los contagiados, se restringirían también los viajes nacionales a toda la plantilla, directamente se prohibiría a personal externo el acceso a servicios comunes de las torres de control y las visitas institucionales, habría restricción completa de reuniones de trabajo que no sean totalmente imprescindibles.

El Nivel 3, el que incluye medidas más restrictivas, se pondrá en marcha si hay una manifestación masiva de casos de contagio y si se detectan infectados en puestos críticos de la propia Enaire. En tal caso, quedarían restringidos todos los viajes de la plantilla, quedaría prohibidas por completo las visitas y el acceso de personal externo a las dependencias del grupo, no podría haber reuniones de trabajo con más de tres asistentes, y sería generalizado el acceso de los empleados a toallitas desinfectantes y a mascarillas si hay el más ligero síntoma. Las medidas son, en cualquier caso, acumulativas, así que se mantienen las adoptadas con niveles anteriores.

Según el plan de actuación aprobado, si trabajadores de Enaire presentaran los síntomas ligados al virus Covid-19 (tos, fiebre, sensación de falta de aire…), se activarían protocolos específicos en función de las posibilidades de contagio. Tanto si han viajado a zonas afectadas o no, o si han tenido contactos con infectados o, no deben acudir al puesto de trabajo y han de solicitar atención médica a su centro de salud o de urgencia.

Y si los síntomas se manifestaran durante la propia jornada laboral, Enaire les facilitará una mascarilla y les apartará de su puesto de trabajo para mandarles a su domicilio para que se ponga en contacto con su centro de salud.