“Esta vez, sí”. Los analistas han acogido con alegría la nueva batería de medidas del Banco Central Europeo (BCE), que el miércoles por la noche decidió olvidarse del bisturí y activar el bazuca de la liquidez. Sin embargo, advierten de que el arsenal del supervisor ya deja paso a los Gobiernos de la Unión Europea, que deben ahora ponerse de acuerdo para lanzar una política fiscal común.

“Este tipo de estímulos no son suficientes si no vienen acompañados por mayores medidas fiscales y de apoyo al tejido empresarial”, explica el analista de eToro Javier Molina, para quien el mercado ya ha descontado la recesión.

Las circunstancias excepcionales que viven los mercados bursátiles y de deuda, así como la acción de otros bancos centrales, han forzado al BCE a ponerse las pilas y lanzar un verdadero plan de emergencia para la zona euro. Lo hizo en la noche del miércoles, de urgencia, casi una semana después de plantear su primera propuesta, que no contentó al mercado, sino que lo puso en alerta.

Tras el nuevo plan de emergencia, que contempla compras de activos públicos y privados por 750.000 millones de euros hasta final de año y, sobre todo, después de que el BCE haya mostrado “flexibilidad” para echar un cable a los países más afectados, hicieron que las primas de riesgo española e italiana, muy nerviosas en los días previos, se relajaran un 30%. También lo hizo la rentabilidad del bono español a diez años, que corrigió en la misma medida.

“Ahora solo cabe esperar medidas igual de contundentes por parte de los gobiernos y los dirigentes europeos”, apunta Juan Ramón Casanovas, responsable de Private Portfolio Management, Bank Degroof Petercam, para quien la respuesta que venga de los dirigentes europeos debe ser “coordinada”: “Debemos oír una sola voz que aporte soluciones y visibilidad”.

Calviño: es la hora de la política fiscal

Toca el turno de la política fiscal, como reconocía la propia Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos, durante una entrevista con Bloomberg realizada el jueves. “El BCE ha hecho su parte. Ahora tenemos que pensar en una respuesta fiscal global europea”, apuntó.

Por su parte, los expertos de Bankia Estudios creen que el plan de salvamento del instituto emisor supone “una importante red de seguridad para que la política fiscal vaya adaptándose a las necesidades de la coyuntura”.

Con todo, hay quien cree que ni siquiera así se podrá vencer a una crisis de proporciones aún desconocidas para los gobiernos y el mercado. “Ni la política monetaria ni la fiscal pueden ser la panacea para esta enorme conmoción de la economía real. Eso sí, al menos pueden mitigar algunos de los riesgos que lleven a que esta conmoción se transforme en una crisis financiera y apoyar la eventual recuperación”, apunta Paul Diggle, senior economist de Aberdeen Standard Investments.

Dos rescates y varias enmiendas

El BCE ha tenido que retractarse, pero, como indican desde Bankia Estudios, “rectificar es de sabios”. Eso sí, para que llegara este verdadero paquete de emergencia han hecho falta varias enmiendas a sí mismo.

Tras la primera propuesta, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité de Gobierno, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, puso nerviosos a los mercados al afirmar que el BCE no está para “estrechar márgenes”. La prima de riesgo italiana se disparó más de un 30% y lo mismo hizo la española.

La propia Lagarde salió a enmendarse a sí misma esa noche en una entrevista con la CNBC y se mostró “absolutamente comprometida” para evitar la fragmentación de la zona euro. “Las primas de riesgo altas evitan la transmisión de la política monetaria”, explicó. El BCE incluyó esta explicación en la transcripción de la rueda de prensa del jueves en un actuación sin precedentes en la comunicación del instituto emisor.

Pero no fue la única enmienda. Días después, el gobernador del banco central austríaco, Robert Holzmann, dijo que el BCE ya había alcanzado los límites de lo que puede hacer la política monetaria, que era imposible cumplir las expectativas del mercado y que la crisis podría, incluso, tener un “efecto limpiador” para la economía. De nuevo, el supervisor tuvo que salir a matizar estas afirmaciones a través de un comunicado, en el que clarificaba que “el BCE está preparado para ajustar todas sus medidas”.

Con todo, el BCE ya ha cumplido con el papel que se le exigía, y eso que Lagarde, como explicó el pasado jueves, no quería tener su momento Whatever it takes. Los expertos de ING no podrían resumirlo mejor: “Qué semana la del BCE”.