Las catastróficas previsiones pintan un panorama muy negro para España. La paralización de la actividad dejará como herencia un déficit del entorno del 10%, una caída del PIB cercana al 9% y una deuda pública disparada al 115% para este año, como consensúan las instituciones internacionales y españolas. Ante esta pesadilla, surge la posibilidad de que España se vea obligada a recurrir a los fondos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), aunque por el momento las compras del Banco Central Europeo (BCE) y las emisiones del Tesoro parecen estar dando a España un respiro. Es lo que defienden también desde el Gobierno.

El viernes, el Eurogrupo aprobó la activación de un fondo de rescate que pondrá a disposición de los Estados 240.000 millones de euros en líneas de crédito para afrontar los costes derivados de esta crisis. Estos fondos no van acompañados de ninguna condición más allá de que su finalidad sean los gastos sanitarios o el apoyo a la economía doméstica. De esta cantidad, si España lo necesitara podría optar a unos 24.000 millones de euros, el 2% de su Producto Interior Bruto (PIB), el límite marcado por los Estados.

La fragmentación del Congreso dificulta llegar a un acuerdo para recurrir al fondo de rescate

Tras su encuentro del viernes, tanto Mário Centeno, presidente del Eurogrupo, como Paolo Gentiloni, comisario de Economía, insistieron en que el acceso al MEDE no estará condicionado ni vigilado por ninguna troika, intentando quitar el estigma a este mecanismo que fue vital para la salida de la crisis financiera y en una suerte de mensaje velado dirigido a Italia y España para que olviden sus reticencias y se animen a recurrir al MEDE si lo ven necesario. Pero, ¿lo necesita este país?

“Va a depender mucho del programa de compras del BCE”, explica a este periódico el economista José Carlos Díez. En su opinión, por el momento España está saliendo adelante con las compras de activos del supervisor y logrando colocar su deuda a diez años a unos niveles razonables, por lo que no se está generando tensión en la prima de riesgo.

Con todo, vistas las malas estimaciones para la evolución del déficit, que el propio Gobierno, el Banco de España y el Fondo Monetario Internacional (FMI) cifran en torno al 10% para este año, será necesario que España se ponga manos a la obra para reducirlo y “la duda es con qué intensidad habrá que hacer el ajuste fiscal” para no poner en riesgo la recuperación de la actividad, apunta Díez.

Y, aunque llegara el caso, pedir un rescate supondría un verdadero desafío para Pedro Sánchez, que a duras penas logró hace unos días conseguir que el Congreso aprobara la prórroga del estado de alarma. La fragmentación de la Cámara Baja se convertiría en un verdadero problema para dar el visto a un Memorándum de Entendimiento con la Unión Europea como el que tuvo que firmar España hace años para salir de la crisis financiera. “La situación del Parlamento lo dificulta mucho”, analiza el economista. 

No sería solo España

“Ahora mismo, no parece necesario. Con la actuación del BCE se contiene el repunte de la prima de riesgo, que está en unos niveles que son asumibles”, explica a El Independiente María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, aunque advierte de que no es complejo adivinar “cómo va a evolucionar esto a lo largo de los próximos meses o años”.

El presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, por su parte, explica a este periódico que es posible que el país tenga que necesitar asistencia financiera en algún momento de los próximos meses para mitigar el impacto económico de la crisis sanitaria, pero “la ventaja y el inconveniente es que no será solo España, sino también Italia”. “Como es un problema general, todo el mundo tiene algún interés”, añade.

Con todo, cree que la economía española tiene colchón para resistir el impacto. “La desventaja para nosotros es que somos muy dependientes del turismo, por lo que posiblemente estemos más afectados que otros, pero hemos estado creciendo cinco años el doble que la Unión Europea. La economía española tiene mucho mérito por lo resistente que ha sido”, asegura.

Italia, en mayores problemas

“El problema sería un rescate de mayor amplitud, pero en ese caso necesitaríamos bastantes más recursos”, añade Fernández, de Funcas, en cuya opinión el importe al que podría optar España, 24.000 millones, se quedaría muy corto. Esa cantidad no le serviría al país de mucho, en opinión de esta experta, por lo que el MEDE no parece ser la solución.

Para Fernández, debido a las peculiaridades de esta crisis económica, que viene causada por un shock externo, si España fuera “rescatable” lo serían también otros Estados de la Unión Europea, como Italia. “La única forma de evitar tener que llegar a eso es que el BCE siga comprando deuda de forma masiva, aunque con esa compra evitamos una crisis financiera ahora, pero igual lo estamos trasladando al futuro”, añade la economista de Funcas.

El país transalpino representa en torno a un cuarto de la deuda que está comprando el BCE, como recuerda Díez, e Italia tiene unas previsiones más negativas que las españolas, incluyendo una estimación de deuda pública cuarenta puntos superior, de acuerdo con las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). “El MEDE no puede financiar a Italia como hizo con Grecia con una deuda ocho veces superior, no es viable un rescate a Italia sin participación del BCE”, añade el economista.

Con todo, las opciones que tiene España para recurrir a fondos europeos de rescate se limitan a esos 24.000 millones de euros, por lo que habrá que esperar para comprobar si los Veintisiete materializan un fondo de mayor tamaño con la vista puesta en la recuperación de la economía.