Mario Draghi ha vuelto. El ex banquero central, autor de la célebre frase que rescató al euro en sus momentos más oscuros, reapareció el martes para dejar caer varias lecciones sobre el futuro de la Unión Europea a sus dirigentes. Lo hizo durante un discurso pronunciado en Rimini, en Italia, adonde volvió hace casi un año tras finalizar su mandato al frente del Banco Central Europeo (BCE) y ceder el testigo a Christine Lagarde.

El italiano, reconvertido a asesor económico del Papa Francisco tras su llegada de Frankfurt, pide a Europa que se reconozca a sí misma como unida y solidaria y que elija "con sabiduría" el futuro que quiere para sí, en el que la clave son, indudablemente, los jóvenes, que tendrán que pagar la factura del endeudamiento creado como consecuencia de las dos últimas crisis.

Solo la deuda 'buena' es sostenible

La crisis económica inducida por la pandemia traerá, inevitablemente, más deuda a los países europeos, especialmente a España, donde el endeudamiento público marca máximos mes a mes y se estima que supere el 115%, "una deuda destinada a mantenerse elevada mucho tiempo", como explicó Draghi.

A pesar de que esta situación es una consecuencia ineludible de los planes de los gobiernos para mitigar el impacto de la crisis y financiar la salida, el ex banquero central recuerda que la deuda "será sostenible, es decir, seguirá suscrita en el futuro, si se utiliza con fines productivos, por ejemplo, inversiones en capital humano, en la infraestructura crucial para la producción, investigación...".

Para Draghi, los tipos bajos, por sí mismos, no son una garantía de sostenibilidad de la deuda, sino que la calidad de esa financiación es más que determinante. A esta, el exbanquero la considera "deuda buena", frente a la "incobrable", que será aquella que se utilice para "fines improductivos".

Hay que invertir en los jóvenes

El pago de esa deuda, que por el momento se sostiene gracias al apoyo del BCE, recaerá, indudablemente, en los jóvenes. "La deuda creada por la pandemia no tiene precedentes y deberá ser reembolsada, principalmente, por los jóvenes de hoy. Es nuestro deber asegurarnos de que tengan todas las herramientas para hacerlo mientras vivan en sociedades mejores que las nuestras", dijo el italiano.

No habrá más remedio. La deuda pública, al menos en el caso español, será responsabilidad de varias generaciones, pero especialmente de los jóvenes de hoy en día, que cargan aún con las consecuencias de la anterior crisis. En este sentido, la lección de Draghi es clara: "Privar a un joven del futuro es una de las formas más graves de desigualdad".

Para el exbanquero, es necesaria "más inversión en los jóvenes", que necesitarán en el futuro una mayor capacidad de adaptación. "Los subsidios sirven para sobrevivir, pero a los jóvenes hay que darles más", añadió.

Pensar a largo plazo mejor que en las elecciones

En esta misma línea, otra de los mensajes que dejó Draghi el martes a los gobernantes europeos es que es necesario tomar decisiones con visión de largo plazo y no pendientes de las próximas elecciones.

"Durante años, una especie de egoísmo colectivo ha llevado a los gobiernos a desviar la atención y los recursos hacia iniciativas que generaron garantías y retornos políticos inmediatos. Esto ya no es aceptable", criticó Draghi en Rimini.

En su opinión, tras la pandemia ha sido necesario movilizar "todos los recursos disponibles" para proteger a los trabajadores y las empresas, "pero la emergencia y las medidas que justificó no durarán siempre", por lo que "ahora es el momento de elegir con sabiduría el futuro que se quiere construir".

Una Europa unida

Por último, aunque no por ello menos importante, Draghi apeló a la necesidad de mantener una Europa unida, un tema puesto sobre el tapete especialmente tras las maratonianas negociaciones del Consejo Europeo extraordinario de julio, que llevaron al límite a las costuras de la Unión para aprobar el fondo de reconstrucción.

"Debemos confirmar nuestra adhesión a Europa y sus normas de responsabilidad, pero también reconocer nuestra interdependencia y solidaridad", apuntó el exbanquero, que espera que en el futuro "el proceso de toma de decisiones sea menos difícil y refleje la convicción de la necesidad de una Europa fuerte y estable".

Por ello, apeló a la figura de los líderes que "reconstruyeron el mundo" tras la Segunda Guerra Mundial, "inspirados por John Maynard Keynes", y crearon el Fondo Monetario Internacional en 1944.