Afortunadamente, el carbón empieza a ser una fuente de energía residual. De hecho, este año de toda la generación eléctrica en España, la materia prima apenas representará el 2% del total. Pero la crisis energética que se originó el pasado verano ha obligado a tener que echar mano del mineral para completar el 100% de la demanda. 

Según los datos de Red Eléctrica de generación, España quemó 4.922 t.b. de carbón en este 2021, unas cifras muy similares a las de 2020, cuando el consumo eléctrico cayó en picado debido a los confinamientos y paros de la actividad, que provocó que apenas se tuviera que recurrir de las no renovables para cubrir las necesidades que demanda la industria y el consumo de los hogares. 

Pero de toda la suma de carbón quemado durante este año, tres cuartas partes han sido utilizadas en el último semestre, coincidiendo con la escalada de precios en el mercado mayorista eléctrico. Fuentes del sector apuntan a que “la menor cantidad de energía eólica durante junio, julio y agosto y el encarecimiento del gas provocaron  esta situación”. 

En octubre se volvió a dibujar el mismo cuadro. Durante varias semanas , las centrales de la materia prima han producido más de 100 megavatios por hora durante aquel mes. Durante ese período, España, que trabaja para que se generen cero emisiones que provengan del carbón, se vio en la necesidad de acudir al mercado marroquí para garantizar electricidad a la población. Se da la circunstancia, tal y como explican fuentes del sector, que la energía adquirida fue generada con esta materia prima.

Trimestre negro

Dichas adquisiciones coincidieron con el parón de las plantas eólicas y solares, ya que las empresas generadoras decidieron parar su producción para evitar “graves pérdidas”. Iberdrola, Endesa y el resto de eléctricas mantuvieron un duro pulso con el Gobierno de Pedro Sánchez puesto que el presidente del Gobierno tenía la intención de obligar a las compañías del sector a devolver los llamados beneficios caídos del cielo. Fue entonces cuando se produjo un apagón renovable y durante varias horas de fin de semana no se produjeron energías limpias. 

Según nos hemos adentrado al invierno la quema de carbón no se ha frenado y en lo que va de mes se han alcanzado 520 t.b, récord de todo 2021. Si la media anual, el uso del carbón para la electricidad es del 2%, en diciembre se ha disparado un 1% más y llega hasta el 3%.

Además, España está teniendo que hacer frente a los mayores precios de esta materia prima. El carbón ha disparado su coste un 35%, muy por encima de otros elementos como el gas, que ha puesto en jaque a la generación eléctrica durante este año.

España en la descarbonización

Estos datos se dan en plena descarbonización en la Unión Europea y, por tanto, en España. Si bien es cierto que el uso del carbón para la demanda eléctrica cae año a año, este 2021, en el que se ha desatado una gran crisis energética, se ha tenido que utilizar esta materia prima para poder cubrir el 100% de cobertura. 

En España, la el adiós del carbón continúa adelante y tan solo queda operativa la central de As Pontes. El emplazamiento es propiedad de Endesa, que sigue manteniéndola operativa ya que está obligada a ello, si bien la compañía tiene en sus planes cerrarla puesto que su plan estratégico pasa por el abandono del carbón. 

El objetivo final es el de descarbonizar la economía y apostar por la sostenibilidad energética a base de energías limpias. Se podría decir que este proyecto se adelantó 20 años a la transición energética en la que hoy se encuentran la mayoría de países europeos.

La pandemia hace crecer la demanda

El carbón ha sido uno de los principales protagonistas en la crisis energética, una vez que la falta de otros recursos más limpios ha requerido de esta materia prima para seguir generando electricidad. Por ejemplo, Estados Unidos ha aumentado su producción en sus minas durante los últimos meses y la Administración de Información de la Energía de EEUU prevé que se extraerá un 22% más de los yacimientos en este último sprint de año.

China, el principal extractor y consumidor de carbón en el mundo, se había concienciado de abandonar la materia prima para evitar la emisión de gases nocivos a la atmósfera. Pero la pandemia ha echado por tierra todas las previsiones puesto que la aceleración de la economía en pocos meses ha hecho que la industria no tenga recursos suficientes de otras energías como es el caso del gas natural que, además, escasea en todo el mundo y su precio se ha disparado, llegando a máximos en los últimos 13 años.

Pero no solo es cosa de China, a falta del cierre anual la Agencia Internacional de la Energía espera que la participación del carbón en el mix energético mundial en 2021 sea un 36%, es decir, 5 puntos porcentuales por debajo de su pico de 2007. Las cifras son desalentadoras en regiones tan importantes como Estados Unidos y Europa, en las que el organismo prevé que la energía a base de carbón aumente casi un 20% respecto a hace dos años.