España tendrá antes de que acabe 2022 doce plantas de biometano en explotación, frente a las cinco que hay en la actualidad, y para el año 2024 la prevision es que se alcance un total de 64, aunque seguirá muy por debajo de países como Francia o Alemania, según Gasnam, asociación que fomenta el uso del gas en la movilidad. Actualmente, hay en España cinco plantas de biometano en explotación, a las que se suman siete plantas proyectadas. En 2024 las 64 plantas de biometano previstas en explotación generarán 2.077 gigavatios/hora (GWh) al año, frente a los 162 GWh por año actuales.

No obstante, Gasnam ha advertido de que la producción de biometano en España para 2024 sería solo la mitad de la producción actual de Francia, donde ya se producen 4.000 GWh al año.

El biometano o gas renovable es un gas combustible con una elevada concentración de metano. Se obtiene a partir del biogás o del syngas (gas de síntesis), que tienen un contenido en metano por debajo del 70 %, siendo este elemento el que le confiere la característica de combustible. Es cien por cien renovable, ya que el biogás o syngas del que procede pueden originarse a partir de desechos biológicos, cultivos energéticos, lodos de aguas residuales o residuos orgánicos domésticos e industriales

En Europa, el número de plantas de biometano ha crecido en solo un año un 17 %, alcanzando las 992 plantas, según datos de la Asociación Europea de Biogás (EBA, por sus siglas en inglés), recogidos por Gasnam, y de esas 992 plantas, 306 están en Francia y 242 en Alemania. Gasnam ha pedido al Gobierno un marco regulatorio que permita crear un mercado propio de biometano en España, sin necesidad de comercializarlo fuera de las fronteras.

El Gobierno ha propuesto una hoja de ruta para esta tecnología, pero hasta la fecha no se ha publicado la versión definitiva, ha criticado Gasnam, que espera también que se ponga en marcha de manera inminente un sistema de garantías de origen para los gases renovables.

Para la asociación, se están perdiendo oportunidades de descarbonización en diferentes ámbitos de la economía, especialmente en el sector del transporte, por esos atrasos, una situación que se ve agravada por el incremento del precio del gas natural convencional y la falta de una alternativa neutra en carbono, como el biometano.

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