La volatilidad se ha instalado en los mercados desde el inicio del año, pero sobre todo a raíz de la invasión en Ucrania, que incrementó la inflación e hizo que los bancos centrales se pusieran manos a la obra para una política monetaria más restrictiva. La Reserva Federal de EEUU (Fed) ya ha comenzado con la subida de tipos y el Banco Central Europeo (BCE) ya ha anunciado que comenzará en julio. Los mercados y los principales índices bursátiles ya han comenzado a descontar estas subidas, pero el miedo a una recesión o a alzas más agresivas.

En medio de todo este tornado de subidas y bajadas, el Ibex 35, el índice español, es el que mejor comportamiento está teniendo, a pesar de que en las últimas cuatro jornadas se haya dejado un 9%. Hasta la jornada del 8 de junio, día anterior a la reunión del BCE, el selectivo estaba en positivo, pero el anuncio del organismo de posibles subidas superiores al 0,25% en la reunión de septiembre ha hecho que el Ibex se haya dado la vuelta y acumule una caída del 7,9% en el año.

El Ibex 35 era el que mejor se está comportando (ahora ha sido superado por el FTSE 100 de Londres, que cae “solo” un 2,9%). El Cac 40 francés se deja un 17%; el Dax 30 alemán, un 16,24%. En Wall Street, el Dow Jones cae un 16,8%; el S&P 500, cerca de un 22% y el Nasdaq, un 8,6%.

Sin embargo, el Ibex sigue sin ser favorito para muchos inversores. Un ejemplo es Tressis, a quienes les gustaría decir que su mercado favorito, pero no pueden decirlo a pesar de su comportamiento. Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, explica que el selectivo español es un índice que lleva varios años haciéndolo más y este año lo hace bien, pero recuerda que “rebotar no es crecer, porque si has caído un 10% y rebotas un 5%, aún estás muy lejos de recuperar”.

Lacalle comenta que el Ibex es un índice que está compuesto por dos o tres empresas con mucho peso y que tiene una gran exposición a empresas reguladas “con negocios maduros muy fuertes”. Además, apunta que es un índice en el que la mayoría de las empresas están de reducción de activos y mejora del endeudamiento. “Mucha gente debería mirar más la deuda que las acciones”, puntualiza.

José Miguel Maté, consejero delegado de Tressi, asegura que a pesar del recorrido del Ibex este año “hay que ser prudentes con nuestro mercado”. Maté explica que el Ibex es un índice representativo de las empresas españolas y “sigue habiendo desequilibrios desestructurales que siguen siendo muy importantes”. Además, comenta que con las decisiones de los bancos centrales, España se ha vuelto un país con peores ratios de deuda y mayores problemas así que “me temo que no podemos decir que es el mercado favorito”. Valora que tiene un componente financiero importante, que podría verse propulsado por la subida de tipos, pero ha sido al revés. “Es un mercado complicado”, apostilla Maté.

Preferencia por el mercado estadounidense y por los valores defensivos

En cambio, donde Tressis ve más oportunidades es en acciones norteamericanas, aunque aseguran que son prudentes y selectivos. "Estamos en un entorno de revisión a la baja del crecimiento mundial mientras que la inflación seguirá elevada en los próximos meses con un aumento del riesgo de estanflación", apunta.

Las valoraciones de renta fija y renta variable están ajustándose a un entorno de menor crecimiento y mayor inflación, que suele llevar a comprimir los múltiplos de la renta variable y aumentar la rentabilidad exigida a los bonos. Las valoraciones de la renta variable se han ajustado, siendo un activo adecuado para combatir un entorno de inflación, y los beneficios de las empresas americanas del primer trimestre de 2022 crecieron un 12%.

Por ello, Tressis apuesta por bolsa americana como el principal mercado en sus carteras mixtas y de renta variable, más defensivo para este contexto de menor visibilidad y con mejor capacidad histórica de trasladar subida de precios y, por tanto, preservar mejor sus márgenes empresariales. A nivel sectorial, Tressis mantiene la preferencia por sectores defensivos como farma, tecnología con beneficios, algunos segmentos industriales con poder de fijación de precios o relacionados con la transición energética, agroalimentario y ciberseguridad.