Este sábado se cumplirán cuarenta años de la fundación de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Un sello que arrancó con apenas una decena de bodegas y cooperativas y que hoy engloba a 307 elaboradoras y casi 9.000 viticultores. Al igual que Rioja o las decenas de denominaciones de España, el objetivo es seguir creciendo y aumentando el valor del consumo y las exportaciones.
Nuestro país es el tercer productor mundial de vino. Pero el camino que queda por recorrer es largo. El sector está decidido a potenciar el consumo tanto dentro como fuera de España. Y el objetivo es a cinco años. La Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE), que aglutina a la cadena de valor del sector, ha elaborado una estrategia de la mano de la consultora KPGM.
Entre los hitos fundamentales, está relanzar la cuota internacional del vino español y hacerla pasar del 8,3% actual al 10,2%. Eso llevaría aumentar el valor de las exportaciones de vino generando 1.200 millones de euros adicionales de valor, hasta los 4.300 millones de euros anuales. Desde 2013, España ha ido perdiendo cuota de valor frente a Francia e Italia, que han sido los grandes ganadores.
Hay que recordar que nuestro país es líder exportador mundial en volumen y destacado en granel (25% del total), y tiene una gran oportunidad para crecer en valor: sus precios medios por litro (en casi
todas las categorías) son los más bajos entre los grandes países exportadores.
Pero dentro de nuestras fronteras también se quiere potenciar el consumo, con un crecimiento del 3% anual. Según los cálculos del estudio, esto llevaría las ventas de 2.376 (2021) a 3.751 millones en 2027.
No en vano, España es un país netamente exportador ya que tiene una producción muy relevante (tercero en volumen) y un mercado interior significativamente menor que el de nuestros grandes competidores tradicionales por el diferencial de consumo per cápita.
Según datos de 2019, los españoles bebíamos 27,5 litros de vino por persona al año, mientras que en Portugal toman 51,6 litros; en Italia, 47,6 litros; y en Francia 44,7 litros.
Casi 6 millones de enoturistas
Una de las claves del plan reside en seguir potenciando el enoturismo. En el sector creen que la visita de nacionales y extranjeros a las instalaciones donde se produce el vino es clave para extender la imagen del producto entre los consumidores y, además, contribuye a reforzar económicamente territorios en riesgo de despoblamiento. El objetivo fijado es alcanzar 5,7 millones de enoturistas en 2027, con un 42% enoturistas internacionales.
La Estrategia del sector vitivinícola español 2022-2027 se articula en torno a ejes principales que buscan elevar el valor del conjunto del sector y contempla 22 iniciativas estratégicas con 101 acciones asociadas. Según Enrique Porta, socio responsable de Consumo y Distribución de KPMG en España, "el desarrollo de los ejes estratégicos definidos permitirá posicionar a España como un referente vitivinícola mundial e impulsar una espiral virtuosa de generación de valor en todo el sector".
En materia de sostenibilidad, el plan pretende modernizar y revalorizar el sector, con el objetivo de que el 26% del viñedo nacional sea ecológico al cierre de 2027 y de alcanzar cero emisiones netas en 2035. Además, se pretende estabilizar la superficie productiva en el entorno de las 950.000 hectáreas.
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