Economía

Termómetros en los súper y despiste en el pequeño comercio por el nuevo decreto energético

Un panel luminoso de temperatura en un supermercado.

Un panel luminoso de temperatura en un supermercado. EI

El sol aprieta al mediodía en la madrileña calle de Bravo Murillo. Es pleno mes de agosto y el habitual trasiego de esta gran arteria comercial del distrito de Tetuán ha dejado paso a un calor sofocante que apenas puede ser aliviado con el aire acondicionado de los establecimientos que pueblan ambas aceras.

Pero a partir de este miércoles, el decreto de ahorro energético del Gobierno rebajará el contraste de temperatura entre el exterior y el interior de comercios y locales de hostelería. Quienes regentan los negocios respiran una mezcla de confusión y resignación ante la obligación de no poner el termostato por debajo de 27 grados y apagar los escaparates a las diez de la noche.

La confusión también abunda. Leticia atiende una tienda de suministros para peluquería y asegura que sus jefes están de vacaciones y no le han transmitido ninguna instrucción al respecto. En la agencia inmobiliaria que hay apenas unos metros más adelante funcionan bajo mínimos estos días y, aunque reconocen haber escuchado la obligación de no poder poner el aire acondicionado por debajo de 27ºC, todavía no tienen claro si lo harán.

En una de las múltiples ópticas de la calle se decantan más por programar la temperatura al menos a 25ºC, tal y como recoge la legislación laboral para aquellos espacios donde se realizan trabajos ligeros. "Aquí nos estamos todo el rato moviendo y trabajar a esa temperatura no es lo más cómodo", dice una de sus dependientas.

Panel luminoso de temperatura en el interior de una tienda de C&A.

En el local de tatuajes de unos metros más adelante dicen directamente desconocer cómo han de aplicar el decreto de ahorro energético. En todo caso, consideran que los 27ºC marcados por el Ejecutivo no es una temperatura confortable para realizar dibujos sobre la piel.

Los establecimientos de empanadas argentinas crecen últimamente como las setas. Y en una de ellas avisan de que el calor que desprenden los hornos que hay detrás de la barra inunda todo el local. "Si ponemos la temperatura de los aparatos de aire a 27ºC, no va a querer entrar ningún cliente", se lamenta el camarero.

Mayor preparación parecen tener las grandes cadenas comerciales. En el local de C&A instalaron a primera hora de este martes un panel luminoso de temperatura frente a la puerta de acceso. La concienciación de la población es uno de los principales objetivos de una medida que ha levantado un nuevo choque entre las autonomías y el Gobierno central. En el supermercado de la cadena alemana Aldi que hay en la siguiente manzana también se pueden ver ya colgado de la pared un cartel luminoso que todavía marca 23ºC.

A 25ºC en El Corte Inglés o Leroy Merlin

Lo cierto es que la gran distribución parece decantarse por aplicar la temperatura máxima que permite la legislación laboral y que recoge el Real Decreto 486/1997. Desde la patronal Asedas (Mercadona, Dia, Lidl) recuerdan que "deben tenerse en cuenta también las razones de seguridad alimentaria que obligan a mantener los productos que vendemos en condiciones de temperatura regulada".

Panel luminoso de temperatura en el interior de un supermercado Aldi.

En cualquier caso, la mayoría de empresas asociadas creen que los 25ºC de los que habla la normativa laboral es "razonable" para cumplir los requisitos de Seguridad Alimentaria y Salud de los trabajadores.

Por eso han trasladado a la Vicepresidencia tercera del Gobierno una petición para las temperaturas que fija el texto que entra en vigor este miércoles "se analicen cuanto antes con las autoridades de Seguridad Alimentaria, para hacer coherentes ambas regulaciones con los objetivos de interés general que persiguen".

En grandes almacenes como El Corte Inglés, la temperatura en la zona comercial será por norma general de 25ºC, mientras que en oficinas se elevará a los 27º que fija el decreto de ahorro energético.

Lo mismo trasladan desde la compañía de origen francés Leroy Merlin, que presume de contar con un estándar propio de Construcción Sostenible y usar un 98% de energía renovable para alimentar sus instalaciones. Entre otras cosas, dicen tener 26 puntos de venta con producción de energía solar fotovoltaica y 44 con producción de agua caliente por energía solar térmica, además de un sistema de control y eficiencia energética centralizado. 

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