La carrera por bajar impuestos de cara a las elecciones autonómicas ha arrancado. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado este lunes que si gana en los comicios volverá a bajar lo que los madrileños pagan de impuesto sobre la renta. En concreto, disminuirá el tipo de cada tramo medio punto, que se sumará al otro medio punto que ya rebajó el año pasado y al ajuste de los tramos que llevó a cabo para intentar que los madrileños no paguen más impuestos a causa de la inflación.

"Desde que soy presidenta los ciudadanos se han ahorrado más de 23.000 millones de euros, lo que supone 6.700 euros por contribuyente. Pero queremos ir a más y por eso les anuncio que llevaré en mi programa electoral la rebaja de otro medio punto en todos los tramos del IRFP en la siguiente legislatura", afirmó Ayuso en un desayuno con los medios de comunicación. Según los cálculos de la Comunidad, con las últimas rebajas los madrileños se habrán ahorrado 334 millones de euros en total en esta campaña de la renta.

La presidenta ha anunciado la medida el día previo a que arranque la campaña de la declaración de la renta 2022. Con el cambio, el tipo mínimo autonómico -es decir, el que pagan las rentas inferiores a las 12.960 euros- pasará del 8,5 al 8%, y así sucesivamente con el resto de tramos. El segundo -de los 12.960 a los 18.433,20 euros- pasará del 10,7 al 10,3%; el tercero -desde los 18.433,20 a los 34.360,20 euros- bajará del 12,8 al 12,3% y el cuarto -desde los 34.360,20 a los 55.596,90 euros- se verá reducido del 17,4% actual al 16,9%. El último, el que pagan los más ricos -a partir de los 55.596,90 euros anuales- pasaría del 20,5 actual al 20%.

La brecha fiscal entre Madrid y Cataluña se ensancharía

Todo ello en el hipotético suceso de que la presidenta madrileña renueve su mandato en las próximas elecciones, y según la promesa que ha hecho pública este lunes. De cumplirla, la brecha fiscal entre Madrid y Cataluña se ensancharía aún más, puesto que el tipo mínimo de Madrid pasaría a ser 2,5 puntos inferior al catalán: de un 8% frente al 10,5% que existe en Cataluña, siempre y cuando el Govern de la Generalitat catalana no anuncie una medida similar. De la misma manera sucedería con el resto de tramos. Así, la brecha entre lo que pagan los más ricos en una y otra comunidad aumentaría más aún, puesto que en Madrid pagarían un 20% de sus rentas y en Cataluña un 25,5%, es decir, una diferencia de 5,5 puntos.

La rebaja llevará a los madrileños con rentas más bajas a pagar en total un 17,5% de IRPF, si se agregan la tarifa autonómica y la estatal, y a aquellos con rentas más altas a abonar un 44,5% de sus rentas en su declaración a Hacienda. En Cataluña, en cambio, las rentas más bajas pagan un 20% entre ambos tipos y un 50% en el caso de las más altas.

Hay que recordar que Madrid ya ofrecía los tipos autonómicos más bajos de toda España, tanto en el caso de los mínimos como de los máximos. En cambio el tipo máximo autonómico más alto está en la Comunidad Valenciana, donde las rentas más altas pagan un 29,5% de IRPF autonómico. Le siguen La Rioja, con un 27%; Canarias, con un 26%, y Aragón, Asturias, Cantabria y Cataluña, con un 25,5%.

La misma medida tomada en 2022 ya suscitó las críticas de la oposición al tratarse de una mayor rebaja de impuestos para las rentas más altas. Eso volverá a suceder en esta ocasión, ya que para un salario mínimo (de 1.080 euros al mes o de 15.120 euros al año) supondrá pagar 70 euros menos al año, pero para otro de 90.000 euros anuales el ahorro será de 450 euros cada año.

Se suma a la deflactación

La Comunidad de Madrid no es la única que ha modificado sus tarifas de IRPF, pero sí la única que lo ha hecho en los meses más recientes y de cara a la próxima legislatura. Pero muchas otras regiones han acordado ajustar parte de sus tarifas -no todas- por la inflación. Ha sido el caso de Andalucía, Canarias, Castilla y León, Galicia, Murcia y la Comunidad Valenciana. Todas ellas han elevado alrededor de un 4% sus tramos, tratando de compensar los mayores impuestos que los ciudadanos tendrán que pagar si les han subido sus sueldos con la inflación.

La teoría detrás de la medida es la siguiente: si los trabajadores exigen y consiguen subidas salariales por parte de las empresas debido a que la inflación está incrementando el coste de vida en el país, estos podrían tener que pagar más impuestos, si suben de tramo, aunque en la práctica no estén ganando más porque los precios han subido más que sus salarios. De ahí que el Gobierno de Ayuso y otros del Partido Popular hayan exigido al de Pedro Sánchez que deflacte el IRPF estatal. Sin embargo, la decisión de Moncloa fue otra: bajarlo a las rentas más bajas y subirlo a las más altas.