La presión de costes tuvo un impacto notable en el tejido empresarial de la industria alimentaria española durante el ejercicio 2022. Un total de 361 compañías se vieron obligadas a bajar la persiana de manera definitiva en un contexto de presión inflacionista. De ellas, 150 eran pequeñas y medianas empresas (pymes) de menos de 50 trabajadores.

"Son las que han tenido más dificultades para afrontar la situación y coyuntura que estamos viviendo y han tenido que echar el cierre porque no han podido continuar con un contexto tan difícil", señaló este martes Mauricio García de Quevedo, presidente de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab).

La contraparte es que la concentración empresarial parece acelerarse en un sector que ha visto ralentizado el crecimiento de la producción. "Hay cinco empresas que han superado los 1.000 trabajadores en el último año", celebró García de Quevedo, tras recordar que no hay ninguna gran compañía española de alimentación y bebidas dentro del contexto europeo global. "La concentración empresarial y el crecimiento de grandes empresas va por buen camino", añadió.

La organización asegura que las empresas de mayor tamaño han experimentado un avance del 11,4%, lo que contribuye a mejorar la dimensión del sector y acabar con la alta atomización de una industria compuesta en su conjunto por más de 30.000 empresas. El 96% de ellas son pymes y el 78,8% de la actividad generada por este sector se hace en empresas de menos de 10 asalariados.

Pero la presión de costes y el contexto inflacionista derivado de la guerra de Ucrania no sólo provocó la asfixia de algunas compañías, sino que también frenó el auge de la producción y tuvo efecto en las exportaciones. En este sentido, el sector se vio presionado por aumento de los costes productivos a causa de la subida del precio de la energía, los transportes y las materias primas empleadas en sus procesos.

La producción real de la industria de alimentación y bebidas creció un 1,5%, hasta los 144.955 millones de euros. Esa tasa de crecimiento se queda corta respecto al promedio de la producción real entre 2015 y 2019, situado en el 4,5%. Los años 2020 y 2021 se obvian por las circunstancias excepcionales de la Covid sobre el consumo.

Reducción de márgenes

El informe de Fiab refleja que la situación se ha transformado en una pérdida de dinamismo de los ritmos reales de la actividad productiva del sector y en una reducción de márgenes. Pese a ello, el peso del sector representaría el 19,3% de la industria manufacturera y cerca del 2,5% del total de la economía española.

"Los resultados presentados por muchas empresas del sector demuestran cómo han reducido sus márgenes para no trasladar al consumidor las subidas que han sufrido", afirmó García de Quevedo durante la presentación el Informe Económico de Fiab correspondiente a 2022.

Aunque el valor de las ventas al exterior de los alimentos y bebidas experimentó un aumento del 9%, hasta alcanzar los 41.643 millones de euros, el volumen exportado se contrajo un 7,2%. Asimismo, el número de empresas exportadoras cayó un 2,3%, hasta las 18.902.

Pese a tener signo positivo, la balanza comercial fue más limitada que años anteriores. Con 10.640 millones de euros, representa un 20,1% menos. "La incertidumbre que domina 2022 ha roto la tendencia creciente que se mantenía desde 2008", explica la patronal.

Respecto a los mercados de destino de las exportaciones de la industria alimentaria española, un 57,7% va destinado a la Unión Europea, con Francia, Portugal e Italia a la cabeza. Fuera del club comunitario, Estados Unidos es el primer destino por encima de China. Por su parte, Alemania se sitúa en quinta posición, seguida de Reino Unido, Países Bajos, Japón y Bélgica.

En cuanto al empleo, sí se produjo un avance en el número de afiliados a la Seguridad Social del 3,2%, con 454.800 empleos directos. Se trata de un crecimiento superior al que presenta el conjunto de la industria manufacturera, que situó en el 2,4%. "Uno de cada cinco empleos en la industria manufacturera los aporta la industria de alimentación y bebidas, es decir, el 22% del empleo en este segmento, lo cual da muestra de su importancia en el conjunto de la economía española", destacó Karina Pereira, directora de Finanzas Estudios Económicos y Talento de Fiab.

Bajada de precios, en riesgo por la sequía

La sequía puede poner en riesgo la próxima bajada de precios que el sector agroalimentario y el Gobierno consideran que tendrían que empezar a notar los consumidores en los próximos meses, como consecuencia del abaratamiento de las materias primas que se está empezando a producir en origen. "Esperamos que si la situación de la sequía no arroja situaciones extremas, la moderación de los costes se refleje en los precios", señaló el secretario general de Agricultura, Pesca y Alimentación, Fernando Miranda.

La patronal alerta de que el actual contexto ha provocado inestabilidad en la cadena alimentaria. No en vano, la subida de precios y la subida de los tipos de interés está provocando una contención del gasto de los hogares y un cambio en los hábitos de consumo. Según los datos de la patronal, el volumen del consumo se ha retraído hasta los 66.294 millones de euros (-1,1%) y el gasto medio por persona en el hogar refleja una caída del -1,8% frente a 2021.