La propuesta debería resolverse esta legislatura. Lleva casi un año sobre la mesa. La redacción del nuevo estatuto vasco continúa parada después de que las elecciones primero y la crisis pandémica después lo relegaran al furgón de cola de las prioridades. En los borradores presentados por los partidos, además de la conformación de Euskadi como un ‘Estado Confederal’ con capacidad de relación bilateral de igual a igual con España, también figura una vieja aspiración nacionalista. La revivió el pasado martes EH Bildu, víspera del Día de Navarra que ayer conmemoró: integrar a la Comunidad Foral en Euskadi para conformar la anhelada ‘República vasca’.

La aspiración es histórica en el ideario del nacionalismo vasco y navarro pero en la Euskadi del siglo XXI también aparece como opción a incluir y actualizar en la hoja de ruta de los próximos años diseñada por nacionalistas y por PSE y Podemos. Tanto los socialistas vascos como la marca de Pablo Iglesias en el País Vasco la contemplan como una posibilidad a incorporar en el futuro nuevo estatuto vasco.

La reclamación hecha por EH Bildu el martes para que los navarros sean consultados para decidir su modelo de convivencia y su posible reclamación de una república vasca que incluyera a la Comunidad Foral volvió a resucitar la vieja cuestión. En el borrador de articulado de nuevo estatuto vasco la coalición de la izquierda abertzale plantea que Navarra, junto con Vizcaya, Álava y Guipúzcoa sean un único “sujeto político” para constituirse como una “Comunidad Estatal vasca”. La izquierda abertzale prevé que el futuro estatuto que relevará al de Gernika de 1979 incorpore el derecho a decidir, el reconocimiento de la nacionalidad vasca y la configuración confederal de la nueva entidad naciente de la suma de Euskadi y Navarra.

Pero EH Bildu no es la única que lo reclama. El borrador suscrito por el PNV, el PSE y Elkarrekin Podemos también abre la puerta a un sujeto político unificado e integrado por la actual Comunidad Autónoma Vasca y Navarra. No lo hace como una disposición adicional sino como uno de sus primeros artíulos. El número 2.  En él se afirma que Álava, Guipúzcoa y Vizcaya “así como Navarra” tienen derecho a formar parte del nuevo ‘Estado’. En el documento se evita denominarlo pero durante el proceso de redacción se dejó la puerta abierta a contemplar hasta cinco posibles nombres apara la ‘república’ vasca: ‘Comunidad estatal vasca’, ‘Comunidad de carácter nacional’, ‘Comunidad foral vasca’, ‘Comunidad nacional vasca’ o ‘Estado autonómico vasco’.

Artículo 2

El artículo 2 asegura que inicialmente el estado confederal vasco estaría conformado por los actuales tres territorios históricos –Álava, Guipúzcoa y Vizcaya- y al que se sumaría Navarra “en el supuesto de que este último decida su incorporación de acuerdo al procedimiento establecido en la disposición transitoria cuarta de la Constitución y en el Estatuto”. En este punto el PSE introduce un matiz para que esta referencia a la incorporación de Navarra figure únicamente como una disposición adicional, transitoria o final.

Hasta que ese paso se pudiera completar el nuevo estatuto vasco que proponen el PNV, PSE y Podemos plantea la posibilidad de que se puedan constituir órganos comunes entre el País Vasco y Navarra que estarían presididos por el lehendakari y la presidencia de Navarra. Una relación que se desea que funcione a modo de instituciones confederadas.

A lo largo del articulado propuesto, compuesto por 146 artículos, se subraya la constitucionalidad de esta integración de Navarra apelando a la disposición adicional primera de la Constitución, en la que se reconoce a Euskadi la “actualización de sus derechos históricos” o también contemplado en el artículo dos del actual Estatuto de 1979.

En el caso del PNV hace menos de un año se intentó dar un nuevo paso para reforzar la alianza entre Euskadi y Navarra. Lo hizo quien fuera presidenta foral, Uxue Barkos, al reclamar que se regulara en la ley de Símbolos la utilización de la ikurriña en Navarra. La representante de Geroa Bai planteaba que bastara con que lo acuerde la mayoría de la representación del ayuntamiento u organismo público para autorizar su colocación. No se trató de implantar la «oficialidad» de la enseña del País Vasco sino regular su colocación con «seguridad jurídica».

Un escudo sin cadenas

En la vecina Euskadi también se suman décadas ansiando unirse a Navarra. Reflejo de ello es el propio escudo de la Comunidad Autónoma Vasca donde además de los escudos de Vizcaya, Alava y Guipúzcoa, un cuarto hueco hoy vacío espera poder incluir las cadenas navarras sobre fondo rojo. Hace más de tres décadas, en plena Transición, el escudo de Euskadi las incluía. Aquel escudo era anterior a la Guerra Civil y fue diseñado por el primer lehendakari, José Antonio Agirre. En el cuarto cuartel, el ubicado en la parte inferior derecha, incluía las cinco cadenas y dos ramas de roble –en referencia al Árbol de Gernika-. En 1982 Navarra adoptó las cadenas con fondo rojo como su escudo oficial y la Justicia estableció que el País Vasco debería retirarlas de su heráldica institucional. Desde entonces, el hueco continúa vacío.  

Por el momento el debate para la aprobación de un nuevo estatuto vasco está parado. El Parlamento Vasco constituyó una ponencia que concluyó con la presentación de hasta tres propuestas de articulado: la del PNV, PSE y Podemos, la de EH Bildu y la del PP. Por el momento las pretensiones de retomar los trabajos han comenzado a aflorar, si bien si gran intensidad. La búsqueda de un consenso entre los tres textos propuestos se antoja un reto complejo y difícil y que podría demorar por varios años la renovación del Estatuto de Gernika, el más antiguo de España.

Desde el Gobierno vasco se recuerda reiteradamente que la culminación del cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika está próxima. El Gobierno de Pedro Sánchez ha pactado un calendario para completar las transferencias pendientes y que concluiría a finales del próximo año. Sería después, cuando a renovación del Estatuto de 1979 adquiriría una mayor urgencia.