No es un deseo, sino "una realidad". El PP cifra en "una veintena" los cargos de Ciudadanos que han sondeado dar un salto a las filas azules y "han llamado" a su puerta en Madrid, según explican miembros del PP a escala municipal y regional. En la mayoría de los casos, comentan, no es una decisión que esté por ahora tomada, y todo dependerá del "punto de inflexión" que marquen las elecciones autonómicas en Cataluña del 14-F para hacer balance de sus propias posibilidades en la formación liberal en el medio plazo, antes de que se abra un horizonte electoral claro en la región. Pero las intenciones empiezan a estar claras en algunos cuadros, sobre todo intermedios, del partido naranja.

Por su parte, fuentes de Ciudadanos en Madrid no niegan lo que reducen a "movimientos" internos de cargos medios del partido, dentro de lo que consideran oscilaciones naturales porque ambos partidos "son vasos comunicantes" y "pasó al revés cuando el PP estaba más débil", en relación al polémico fichaje del ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, por parte de Ciudadanos cuando el timón naranja aún lo llevaba Albert Rivera. Pero rebajan un poco la euforia del PP y aseguran que, aunque hay "conversaciones" en este sentido, son "algunos menos" los que se lo plantean.

Sí coinciden, no obstante, en que el resultado electoral en Cataluña será crucial y repercutirá en ese posible desembarco de cargos de Cs al PP en Madrid. Según todas las encuestas, Ciudadanos lograría aguantar el tirón el 14-F al menos con algo menos de la mitad de lo obtenido en 2017. Aunque logren superar a PP y Vox y mantengan la cuarta posición en el tablero político catalán (por detrás de ERC, JxCat y el PSC), un exiguo resultado de 13 o 14 escaños -vienen de 36- podría no ser suficiente como para evitar encender algunas alarmas en otros territorios, pero sí al menos para apaciguar las aguas.

En el PP se tiene la certeza de que el fichaje de Lorena Roldán, que descolocó a sus socios naranjas en el peor momento, no será el último cargo relevante de Ciudadanos que entre en Génova. Pero, de momento, no darán respuesta a ese planteamiento de algunos cargos naranjas en Madrid y se reservarán más maniobras en este sentido hasta que haya una nueva perspectiva electoral. "Es poco inteligente para nosotros y poco inteligente para ellos", comentan las fuentes del PP consultadas.

Tal y como ha informado El Independiente, esa fuga de cargos naranjas tiene réplicas en diferentes territorios. Uno de ellos es Andalucía, en que uno de los cargos que, según diversas fuentes, ha tanteado la posibilidad de buscar un puesto cómodo en el PP de Juanma Moreno es el vicepresidente, Juan Marín, una vez haya agotado todas las posibilidades de continuidad en las filas naranjas y con el enorme interrogante de si Arrimadas volverá a apostar por él como candidato a los próximos comicios autonómicos.

Tampoco Cataluña es terreno seguro para los naranjas, donde las bases están desmovilizadas y las bajas, se sumen o no a otros proyectos políticos, son numerosas. Arrimadas se ha volcado esta campaña en intentar frenar la sangría de votos no sólo hacia el PP, sino también al PSC, con una intensa campaña en que ha intentado transmitir el por qué Ciudadanos ganó las elecciones en Cataluña el 21 de diciembre de 2017 y sigue siendo un proyecto necesario para el constitucionalismo catalán. Las encuestas no lo pronostican, pero un sorpasso del PP, no digamos de Vox, tendría serias consecuencias para la continuidad del proyecto liberal