El desenlace se está haciendo demasiado largo e impreciso. Los casi 200 agentes que integran la unidad de Tráfico y sus familias continúan sin saber el cuándo y el cómo se cederá la competencia a la Policía Foral de Navarra y con ello, su unidad desaparecerá. Hasta ahora, lo único que tienen es una estimación: el traspaso sería oficial a finales de año. Será una asunción de la competencia más teórica que plenamente efectiva. La unidad de tráfico plena por parte de la política navarra no será real hasta dentro de varios años.

“Hay una opacidad tremenda” asegura el representante de una de las principales organizaciones de la Guardia Civil en Navarra, “la situación en la que nos encontramos está generando mucho malestar e intranquilidad entre los compañeros”, apunta. El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, aseguró en enero del año pasado que ningún guardia civil debería abandonar Navarra cuando se transfiera la competencia. Casi año y medio después, los agentes destinados en la Comunidad Foral: “Seguimos sin saber nada. Nadie nos ofrece garantías, no se nos está teniendo en cuenta”.

Por el momento, las negociaciones continúan. El documento de propuesta de transferencia que plantea el Gobierno al Ejecutivo foral está ya sobre la mesa a la espera de que éste incorpore posibles modificaciones. Es la última fase de un largo proceso que comenzó en 2000, en tiempos de José María Aznar y el entonces presidente foral, Miguel Sanz (UPN) y que casi dos décadas después continúa sin culminarse.

El 24 de mayo los dos Gobiernos cerrarán el traspaso de otra materia relevante, la salud penitenciaria. Será la Administración navarra la que ejercerá la competencia sanitaria en los centros penitenciarios. Lo hará sólo dos semanas después de que en Euskadi ambos Gobiernos cierren el traspaso de prisiones al Gobierno Urkullu en la comisión mixta de transferencias convocada para el 10 de mayo.
En el caso de la transferencia de tráfico a Navarra, las previsiones apuntan a que no será hasta finales de este año cuando pueda ser realidad. Sin embargo, durante varios años continuará prestándola -al igual que ahora- de modo conjunto con la Guardia Civil.

"Hay mucho oscurantismo"

“Vemos que hay mucho oscurantismo, que la jefatura no dice nada. No es algo que se esté hablando con libertad. En todo esto se ve mucha política y poca información sobre las opciones y soluciones que se va a ofrecer a los agentes”, señalan fuentes de la Asociación Española de la Guardia Civil (AEGC). Reclaman que en la negociación de la transferencia y el traspaso de una competencia que implica a casi 200 agentes “se nos tenga en cuenta”: “Hay muchas inquietud, tanto entre quienes se quieren quedar como entre quienes se plantean marcharse. No saben en qué condiciones lo podrán hacer, tampoco se sabe nada de cómo quedará la opción de la pasarela a la Policía Foral”, señalan.

La estimación es que alrededor del 25% de los agentes puedan finalmente optar por integrarse en el cuerpo de Tráfico de la Policía Foral. Para el resto, se podría plantear opciones para integrarse en otras unidades o incluso estudiar si tendrían prioridad para optar a plazas de Tráfico en otras unidades de fuera de Navarra. “Oficialmente de todo esto no hay nada. Todo lo que sabemos lo conocemos por la prensa”.
Desde otra asociación de la Guardia Civil se acusa al ministro del Interior y la directora general de la Guardia Civil de estar “desmantelando” el Cuerpo en Navarra y forzando al “exilio” a muchos de los integrantes de la unidad de Tráfico, “viéndose ellos y sus familias abocados a un traslado forzoso”.

Actualmente la Policía Foral navarra cuenta con algo más de un millar de agentes. La asunción de las competencia de tráfico requeriría ampliar la plantilla y para ello, afrontar procesos de convocatoria pública de empleo. Este trámite requerirá de al menos un par de años, con lo que según las previsiones más optimistas, el policía navarra no ejercería de modo exclusivo las funciones de Tráfico hasta 2024. De este modo, en los próximos meses a la transferencia de la titularidad -prevista ahora para finales de este año- la Guardia Civil debería continuar asumiendo parte de las labores.

Dos décadas de negociación

Actualmente los dos Cuerpos llevan a cabo las competencias de tráfico de modo compartido y coordinado. La Guardia Civil cuenta con cerca de medio centenar de comisaría en toda Navarra, mientras que la Policía Foral concentra gran parte de sus servicios en Pamplona y su área metropolitana. “Tenemos muy buena sintonía entre ambos cuerpos. Si a un servicio llegan ellos primero lo asumen ellos y viceversa”, asegura un agente a ‘El independiente’.

El camino para oficializar la transferencia de la competencia de prisiones al País Vasco acumula más de dos década de compromisos y retrasos. El acuerdo entre Aznar y Sanz en 2000 le siguieron lustros sin que se avanzara en este compromiso con el que se pretende convertir a la Policía Foral en un Cuerpo integral, como ya lo es la Ertzaintza o los Mossos d Esquadra. En el caso de la policía vasca la competencia de trafico le fue transferida en 1982 y en 1998 a la policía catalana.

No ha sido hasta la llegada del Gobierno de Pedro Sánchez cuando se ha retomado la cuestión. El anterior Gobierno de Navarra, presidido por Uxue Barkos, cerró con Pedro Sánchez un compromiso para llevarlo a cabo. En noviembre de 2019 el PNV incorporó esta cuestión en el acuerdo de investidura. En él se estableció un plazo de ejecución de seis meses que se ha incumplido con amplitud. Ahora, el nuevo plazo se sitúa a finales de este año, para cuando se confía en que el Ejecutivo foral de María Chivite pueda cerrar y pactar las condiciones en las que Navarra asumirá la competencia.

Ampliar plantilla

El Gobierno foral está dispuesto a brindar una ‘pasarela’ a los agentes de la Guardia Civil que deseen dar el salto a la Policía Foral. Para ello se les incluiría en condiciones preferentes dentro de los procesos de plazas que se considera necesario llevar a cabo. Esta vía para absorber agentes ya se recoge en la ley de Policía de Navarra aprobada el 15 de noviembre de 2018. Los contactos con las asociaciones de la Guardia Civil han abordado, aunque aún de modo insuficiente, aspectos como las condiciones laborales y salariales que se reconocería a los agentes.

El Plan estratégico del Ejecutivo de Chivite 2020/23 contempla ya la ampliación a cerca de 1.200 el número de agentes de la Policía Foral, lo que representaría casi un 20% más de efectivos que los actuales. Por el momento, fuentes cercanas a las asociaciones de la Guardia Civil estiman en algo más de 40 los guardias civiles que hasta ahora habrían mostrado su disposición a integrarse en la Policía Foral.

Se trata de una cifra insuficiente para conformar un cuerpo especializado en Tráfico y que a día de hoy, sólo en el caso de la Guardia Civil, está integrado por 200 efectivos. De este modo, a las convocatorias de OPE que deberían seguir a la cesión de la competencia, se sumaría un periodo de formación y preparación posterior hasta poder dar por cerrada toda la operación.