Correos ha anunciado que comprará otros 20 escáneres en medio de la crisis provocada por las cartas amenazantes a políticos y que en algunos casos lograron llegar a su destino sin que saltaran las alarmas en el centro de tratamiento postal. La sucesión de episodios en plena campaña electoral del 4-M ha motivado que la sociedad estatal haya reforzado ya la presencia de vigilantes de seguridad en los equipos de inspección de la correspondencia.

Sin fechas concretas, el anuncio lo realizó la dirección de Correos a los representantes de los sindicatos durante la reunión mantenida este martes para informarles de las actuaciones que se están llevando a cabo para esclarecer lo sucedido. La empresa aseguró que, tras tener conocimiento de los envíos a diversas autoridades, inició "inmediatamente" una investigación interna que le permitió localizar las imágenes de los sobres con la munición.

A finales de 2019, Correos ya destinó 1.184.589,90 euros a la compra y mantenimiento de 24 equipos de inspección de la correspondencia, uno de los cuales se destinó precisamente al Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) de Vallecas, en Madrid. Fue en estas instalaciones por donde pasaron la pasada semana las cartas con varios proyectiles en su interior que un anónimo remitió al ministro Grande-Marlaska, al ex vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y a la directora general de la Guardia Civil (María Gámez) y sin que fueran detectadas, por lo que consiguieron llegar a su destino: el Ministerio del Interior.

El adjudicatario de ese contrato de suministro fue Telecomunicación, Electrónica y Conmutación SA (Tecosa), una de las cuatro empresas que presentaron presupuesto en este procedimiento negociado sin publicidad tramitado por la Subdirección de Compras de la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos SA. El acuerdo se adoptó el 24 de septiembre de 2019, formalizándose la contratación 24 días después. El proveedor disponía de un plazo de dos meses para servir estos equipos de control por rayos X.

Según se detalla en el pliego de prescripciones técnicas que reguló dicha contratación, consultado por este diario, los escáneres tenían que tener capacidad para revisar objetos de hasta un metro y detectar alambres de un grosor mínimo de 13 milímetros. También se requería que contasen con un monitor de 17 pulgadas, que la presentación de imágenes fuera tanto en blanco y negro como en color, y que incorporasen zoom electrónico para poder ampliar hasta 16 veces sin graduación.

Correos destinó 1,2 millones de euros hace año y medio a la compra de 24 escáneres para revisar la correspondencia

Igualmente, entre las exigencias figuraba que el sistema de proyección de imágenes para la detección de artículos peligrosos (TIP) proyectara imágenes combinadas de artículos peligrosos (CTI) o imágenes ficticias de artículos peligrosos (FTI), como establece en su artículo 12.5 el Programa Nacional de Seguridad para la Aviación Civil

Junto con la compra de los aparatos, el contrato obligaba al suministrador a encargarse del mantenimiento preventivo y correctivo de los aparatos durante dos años, debiendo estar disponible para prestar este servicio las 24 horas de los 365 días del año. En concreto, el adjudicatario ha de realizar una revisión cada trimestre para verificar el funcionamiento de los equipos, llevando a cabo también labores de ajuste, limpieza y medición de radiación X.

En caso de averías, la empresa tiene un plazo máximo de 12 horas para atenderla desde la recepción del aviso, debiendo trasladar otro escáner idéntico -en menos de 72 horas y sin coste adicional para Correos- en caso de que se calcule que los trabajos de reparación pueden durar más de 48 horas.

"Minusvalorar la seguridad"

En cuanto a los centros de trabajo en los que se ubicarían los equipos, cuatro iban a Madrid, tres a Barcelona, dos a Santiago de Compostela y uno a Alicante, Bilbao, Granada, Jerez de la Frontera, Las Palmas de Gran Canaria, Málaga, Mérida, Oviedo, Palma, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Valencia Valladolid, Vitoria y Zaragoza. El suministro conllevó la retirada de 17 escáneres, algunos -caso del que funcionaba en el Centro de Tratamiento Internacional (CTI) de Barajas- con más de 20 años de antigüedad.

Al término de la reunión en la que la dirección de Correos confirmó este martes la intención de comprar otros 20 escáneres, UGT y CCOO acusaron a la empresa de "minusvalorar la seguridad" tras reconocer que sólo pasan bajo los escáneres de seguridad una parte (unos 300 millones anuales) de los envíos diarios que gestiona (alrededor de 22 millones). La empresa ha matizado que el volumen actual de admisión diario de envíos está "en torno a los cinco millones" y que "el 100 % de los considerados de riesgo" se inspeccionan.

Correos ha achacado a un "error" ajeno a sus protocolos que los sobres con la munición llegaran hasta su destino, responsabilizando al vigilante de seguridad que se encontraba de servicio en aquel momento en el CTA de Vallecas por no haber detectado la carta con las balas. Después de recuperar las imágenes grabadas en sus equipos de inspección, la sociedad estatal constató que los sobres dirigidos a Grande-Marlaska, Iglesias y Gámez fueron matasellados e inspeccionados el pasado 19 de abril a las 17.48 horas.

Mientras la Policía Nacional y el Servicio de Criminalística y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil llevan a cabo pesquisas para tratar de hallar indicios que les permita llegar a los remitentes, Correos ha comunicado a la empresa prestataria del servicio de seguridad, vigilancia e inspección -INV Vigilancia SL- la apertura de un expediente y el apercibimiento "más severo" por el incumplimiento en el que se ha incurrido y por "el daño a la imagen, al prestigio y al buen nombre" que le ha supuesto.

"Chivo expiatorio"

Las organizaciones que defienden los intereses del colectivo de la seguridad privada han salido en defensa del operador del escáner que no habría visto las cartas sospechosas. Así, el Sindicato de Trabajadores de Seguridad en Andalucía (STS-A) considera "prácticamente imposible que se colaran los tres sobres con los proyectiles y ven "raro" que se produjeran tres fallos "con las mismas características" en el sistema de Correos.

Por su parte, la Asociación de Profesionales de la Seguridad Privada de España (Arsepri) la criticado que Correos haya elegido su "chivo expiatorio" sin haber llevado a cabo previamente una auditoría sobre el funcionamiento del dispositivo y sin más prueba que la "percepción" de la Dirección de Seguridad de la empresa. "La propia dirección de Correos se ha visto forzada a confirmar que los sistemas y equipos de escáner utilizados 'llevan 12 años sin actualización'. ¿Cómo pueden asegurar, de manera tan tajante, que la culpabilidad del incidente recae 'únicamente' en el vigilante de seguridad?", se pregunta.