"La actualidad manda", afirmaba Pablo Casado a primera hora de la mañana del miércoles. Y así ha sido. La sesión de control de este miércoles ha estado marcada por la crisis migratoria sin precedentes que sacude Ceuta, aunque la oposición ha sacado también a colación el 'plan B' como alternativa al "caos jurídico" tras el fin del estado de alarma y el proyecto 'España 2050' para censurar al Gobierno. Pero las preguntas de PP, Vox y Ciudadanos han quedado diluidas por el tono especialmente bronco que ha protagonizado primero Sánchez y después Carmen Calvo y Nadia Calviño, que no sólo han esquivado las preguntas de la oposición, sino que la han culpado del "ruido" político que se respira en pleno desafío migratorio.

El tono del Gobierno ha sido especialmente duro en esta sesión de control. Primero Sánchez, visiblemente nervioso y molesto por las palabras del líder de la oposición y, después, Carmen Calvo, que ha abroncado a PP y a Vox por poner palos en las ruedas a la gestión exterior del Ejecutivo. "No tienen un sólo límite para destrozar la política. Han decidido estar en contra de su país", acusaba la vicepresidenta primera cuando la portavoz del PP, Cuca Gamarra, censuraba desde la tribuna de la oposición el "disparate democrático" de gobernar a golpe de real decreto ley. "La memoria es cruel para los que hacen política de filibusterismo inútil en España", zanjaba Calvo.

Era sólo la primera de las muchas embestidas que han protagonizado los portavoces de la bancada del Gobierno en una tensa sesión de control en el Congreso, que muy lejos se ha quedado de lograr acercar a Gobierno y oposición a la hora de resolver uno de los peores desafíos diplomáticos entre Madrid y Rabat. Este miércoles, diferentes miembros del Ejecutivo han evidenciado su nerviosismo e incomodidad respecto al desafío migratorio, que incluso Pedro Sánchez ha evitado calificar como tal. "Es otra cosa. Es una crisis de otro tipo", aseguraba al principio de una sesión en la que el Gobierno ha evitado reconocer que el desencadenante del conflicto con Marruecos ha sido la acogida por motivos "humanitarios" del líder del Frente Polisario en un hospital de Logroño.

"Tienen un problema con la democracia", lanzaba también Carmen Calvo cuando el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, instaba al Gobierno a responder con "firmeza" ante la "invasión" en Ceuta y recordaba al Gobierno que "su primera obligación es la de defender a los españoles". "Lo único que tienen que hacer en este asunto es estar con España y con este Gobierno legítimo y constitucional", repetía la vicepresidenta primera, quizá el argumento más utilizado por el Ejecutivo este miércoles en el Congreso.

En el mismo tono se han expresado la ministra de Economía, Nadia Calviño; y la de Trabajo, Yolanda Díaz, que han respondido a la oposición sacando a relucir sus errores del pasado. Ésta última, en un nuevo rifirrafe con el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha evitado responder a las preguntas del dirigente y ha agitado la bandera de los datos de paro y de recortes de antiguos gobiernos populares. Ha esquivado la dirigente morada, además, las preguntas referentes al 'plan B' jurídico y a la política migratoria que pretende desarrollar el Gobierno en su polémico plan para 2050 tras lo sucedido en Ceuta.

Por su parte, Nadia Calviño ha querido poner en valor también el "duro trabajo" del Gobierno y, en particular, del Ministerio de Economía cuando el diputado del PP, Mario Garcés, ha cuestionado por qué se han producido tantas bajas de altos cargos económicos en el seno del Ejecutivo tras el envío del plan de reformas y la subida de impuestos a Bruselas. Como sus compañeras de filas, la vicepresidenta segunda ha pedido a la oposición "un poquito de lealtad" y no al Gobierno, ha dicho, sino a "los intereses generales de los españoles".

El PP atisba "nerviosismo" en el Gobierno

Tras la tensa sesión de control de este miércoles, en el PP atisban "nerviosismo" en el Gobierno, a su juicio, a tenor de unas encuestas que empiezan a dibujar un escenario pesimista para Sánchez y su equipo, cuya credibilidad queda en entredicho tras el éxodo migratorio desde Marruecos. Los populares aseguran estar sorprendidos por las respuestas del presidente y de algunos de los ministros que estaban hoy presentes en el Congreso, cuyo tono "no tenía ningún tipo de relación con el debate" que se estaba desarrollando en la Cámara Baja.