"Cuando se convoque el congreso de Madrid, concurrirá quien quiera y decidirán los militantes. Creo que hay dos instituciones muy pujantes, como son ayuntamiento y comunidad". Estas palabras las pronunció el líder del PP, Pablo Casado, hace justo una semana en una entrevista para El Confidencial, cuando el jefe de la oposición era preguntado por el liderazgo de Isabel Díaz Ayuso al frente del PP madrileño una vez constatado el éxito abrumador de la presidenta el pasado 4-M, cuando Génova desempolvó el famoso 'balcón de las victorias' por ella. El presidente de los populares dejaba de nuevo la puerta abierta a que, cuando llegue el momento, haya más de un candidato para pelear por el control de una organización que sólo en Madrid cuenta con más de 84.700 afiliados.

En Génova la tesis oficial es que éste es un debate que ahora "no toca" ya que aún quedan meses para que se celebre un congreso que, en ningún caso, tendrá lugar antes de la Convención Nacional que el PP tiene previsto celebrar en otoño de este año. En la dirección no quieren "distracciones" que les desvíe del objetivo de llevar a Pablo Casado hacia la Moncloa, pero evitan en todo caso confirmar su apuesta por una lista unitaria encabezada por Díaz Ayuso para asumir el poder orgánico del partido en Madrid, pese a haber arrasado en las elecciones autonómicas, con el pretexto de que han de se neutrales en esta contienda. Y ella, según manifiestan en su entorno, tampoco dará su brazo a torcer.

La mecha la prendió definitivamente el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quien expresó abiertamente en una entrevista para ABC que él personalmente no aspira a presidir el PP de Madrid y que, en su opinión, la mejor fórmula es una "bicefalia", es decir, que Ayuso tenga una "dedicación exclusiva" al frente del Gobierno regional y que el PP de Madrid esté presidido por otra persona centrada únicamente en el partido, a tiempo completo.

Durante tres años, los populares madrileños han estado liderados por una gestora que designó Mariano Rajoy tras la abrupta salida de Cristina Cifuentes. Hasta que se convoque el nuevo congreso, Pío García Escudero sigue siendo el presidente interino, mientras que Ana Camins, figura de total confianza de Casado, ocupa la secretaría general. Es precisamente el nombre de la diputada y senadora autonómica el que suena con más fuerza en los pasillos de Génova, la 'tercera vía' entre Ayuso y Almeida para evitar la concentración de poder orgánico en una misma figura, como ocurrió con Esperanza Aguirre durante años.

Diferentes cargos y afiliados del PP de Madrid denuncian en privado un cierto "malestar" entre las bases por las "pullas" de la dirección contra el liderazgo de la presidenta madrileña al frente del partido ya que, a su juicio, "ha quedado constatado por las urnas". "Es la favorita", coinciden las fuentes consultadas, que niegan toda posibilidad de que un candidato alternativo a Ayuso tenga alguna posibilidad contra ella, e instan a la dirección de Génova a "no regatear" la líder regional la presidencia orgánica de la formación en la región tras el éxito implacable demostrado en las urnas.

"Es una gran gestora. Lo ha demostrado y se lo merece", ratifica un alcalde del PP, que rechaza la tesis de Almeida sobre la incompatibilidad orgánica de presidir la región y el partido al mismo tiempo, poniendo como ejemplo lo que sucede sin ir más lejos en el resto de comunidades presididas por el PP, en que Feijóo, Moreno, Mañueco y López Miras dirigen también las correspondientes estructuras orgánicas territoriales del partido en Galicia, Andalucía, Castilla y León y Murcia. "Las bicefalias no funcionan. Al final se crearán bandos en torno a las dos cabezas, y acaban formándose grupos antagónicos", comenta un dirigente autonómico, que traslada su impresión "y la de mucha gente" de que obstaculizar el camino de Ayuso hacia la presidencia del PP de Madrid no hará sino "restar fuerza a la propia organización".

Al margen de la contestación interna respecto a la polémica, el ruido en torno a la cuestión comienza a coger forma también de forma pública. Sin ir más lejos, el ex alcalde de Getafe y actual diputado electo en la Asamblea de Madrid, Juan Soler, censuraba a través de Twitter las declaraciones de Martínez-Almeida y advertía que si la dirección llega a plantear una batalla contra Ayuso, las bases no lo entenderían. "Hablaron las urnas y hablarán los militantes", suscribía.

Al margen de quién asume o no el mando del partido en Madrid, entre los afiliados rasos del partido en la región se extiende también el "hartazgo" por el hecho de que Génova haya pospuesto "hasta el infinito" la celebración del congreso madrileño por "intereses no confesados" de la dirección, lo que ha provocado, se quejan las fuentes consultadas, que el partido haya estado tres años dirigido por una gestora "que no ha elegido nadie". "Debe acelerarse el proceso y que se celebre cuanto antes. Nadie entiende que no se haya hecho ya", denuncian entre las bases. El clamor interno, al menos de momento, no tendrá una respuesta por parte de la dirección, que plantea la batalla madrileña como el último de los congresos que el PP tiene aún pendientes antes de la celebración del cónclave nacional que debe ratificar a Pablo Casado como líder indiscutible de la formación. Se resisten en Génova a plantear, de entrada, una fecha. El escenario más optimista apunta a que no se celebrará antes de finales de 2021.