El juez ha dado por terminada la instrucción del caso Kitchen convencido de que algunos de los policías que participaron en el operativo puesto en marcha por el Ministerio del Interior en la etapa de Fernández Díaz lograron localizar y apoderarse de documentación que guardaba el ex tesorero del PP Luis Bárcenas mientras éste se encontraba en prisión preventiva por la Operación Gürtel.

Así lo expone el magistrado Manuel García-Castellón en el auto -notificado este jueves a las partes- con el que transforma las diligencias previas en procedimiento abreviado tras dos años y casi nueve meses de investigación. La Fiscalía Anticorrupción y las acusaciones populares personadas en el procedimiento tienen ahora diez días para solicitar la apertura de juicio oral.

El titular del Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia defiende que la incautación de los papeles tuvo lugar en "octubre de 2013" en el estudio de restauración que tenía alquilado Rosalía Iglesias, esposa de Bárcenas, en el número 32 de la madrileña calle del General Díaz Porlier. Según el relato del juez, los documentos se habrían sustraído concretamente de "un armario con un doble fondo" que habría en dicho "zulo" y se encontrarían en poder "al menos" de Enrique García Castaño, comisario principal ya jubilado que en aquellas fechas ocupaba la jefatura de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía Nacional.

Tanto en sede judicial como en el Congreso, García Castaño -conocido como El gordo en el Cuerpo Nacional y procesado en esta pieza separada del caso Villarejo- se ha autoincriminado al reconocer que accedió al interior de dicho inmueble sin autorización judicial y engañando a la señora de la limpieza tras hacerse pasar por un marchante de arte, de ahí que se presentara con un "Crucificado de su pueblo" que utilizó como "muleta". Pero no había "absolutamente nada", mantiene.

Lejos de dar por bueno este testimonio, el juez cree que "la finalidad que guiaba" tanto a García Castaño como a José Manuel Villarejo era "mantener dicha documentación en su poder" para tratar de obtener algún tipo de "beneficio personal". "Extorsionando o presionando con la misma a cargos públicos o responsables del Ministerio del Interior, o bien simplemente con la finalidad de preservar sus respectivos cargos en la cúpula policial y la impunidad en las actividades ilícitas que, presuntamente, venían desarrollando de forma paralela", plantea.

Bárcenas cambia de versión

La tesis del robo la abonó Luis Bárcenas en el escrito que presentó ante la Fiscalía Anticorrupción el 2 de febrero de 2020 -días antes del inicio del juicio de la ‘caja B’- y en el que se ofrecía a colaborar con la Justicia tras acusar a Mariano Rajoy de haber destruido pruebas de la financiación irregular del PP. "A principios de 2009 tuvimos una reunión en su despacho, en el que le mostré los papeles de esta contabilidad B espetándome que cómo podía seguir conservando toda esta documentación comprometedora que terminó, personalmente, destruyéndola en la máquina destructora de papeles, sin saber, que yo guardaba copia de esta documentación, gran parte de la cual me ha sido sustraída del estudio de mi mujer cuando entraron a robar en el mismo", relató.

En plena instrucción del caso Kitchen, el ex tesorero del PP cambiaba así la versión que había mantenido hasta ese momento para sostener que le habían sustraído material, circunstancia que no había denunciado previamente. "Es tanta la documentación que guardamos que podíamos entregar cada día una bomba. Las grabaciones serían 20 veces la documentación que entregué al juez Ruz", declaró Bárcenas en una crónica que el periodista Raúl del Pozo publicó en El Mundo el 20 de julio de 2015. Hacía seis meses que había salido de Soto del Real tras depositar su familia una fianza de 200.000 euros y el operativo se había ya desmantelado.

El juez mantiene que los papeles estaban en "un armario de doble fondo" que había en el estudio de la mujer de Bárcenas

El juez García-Castellón entiende que existen "abundantes indicios" en las actuaciones que "permiten sostener que efectivamente pudo realizarse el acceso a la documentación del Sr. Bárcenas". Entre esos elementos figuran conversaciones por Whatsaap que García Castaño mantuvo con Francisco Martínez, ex secretario de Estado de Seguridad y uno de los once procesado en este procedimiento. Uno de los mensajes sobre los que el magistrado llama la atención está fechado el 24 de febrero de 2017, semanas después de que el ministro Juan Ignacio Zoido hubiera destituido al citado comisario principal como jefe de la UCAO. "Si saco el pendrive de Bárcenas, ¿qué pasa?", le escribió a su interlocutor. Éste le respondió: "Nos matarán a todos??".

La investigación del caso Kitchen no ha resuelto la incógnita de si Luis Bárcenas guardaba en un lápiz de memoria la conversación que mantuvo con Mariano Rajoy en la sede nacional del Partido Popular de la calle Génova y que grabó supuestamente a espaldas de éste cuando negociaba su salida del partido tras conocerse que escondía cuentas en Suiza y que había cobrado 1,3 millones de la red Gürtel. La obtención de esa grabación es motivo de interés para José Manuel Villarejo, según se deduce de las grabaciones que mantiene con otros imputados como el chófer o el propio García Castaño.

"Leyenda urbana"

Cuando compareció el pasado 22 de abril ante la comisión de investigación de Kitchen, el ex jefe de la UCAO desmintió que hubiera llegado a apoderarse de un lápiz de memoria con información comprometedora que custodiaba el ex tesorero del PP. "Hay una leyenda urbana con los pendrive del señor Bárcenas que es falsa. Ni he visto un pendrive, ni he visto un papel, ni he visto nada del señor Bárcenas", respondió.

En una de sus comparecencias en el juzgado, García Castaño sí desveló que entregó a Francisco Martínez el volcado de la información que contenían dos móviles antiguos del ex tesorero del PP que le había proporcionado Sergio Ríos, chófer de la familia Bárcenas-Iglesias y captado como confidente policial a cambio de 2.000 euros al mes durante dos años. Ese dinero procedió de los fondos reservados, según ha acreditado documentalmente el Ministerio del Interior una vez desclasificada la información por el Consejo de Ministros.

El conductor le facilitó esos terminales -sin baterías y sin tarjetas SIM- en un encuentro mantenido en la cafetería que la cadena Vips tiene en la madrileña calle Génova y en el que García Castaño estuvo acompañado por un inspector jefe y un policía de su unidad, que fueron los encargados de extraer la información. Esos dispositivos guardaban SMS que el ex tesorero intercambió con dirigentes del PP -entre ellos con Rajoy- y la agenda con viajes realizados por Bárcenas, con detalle de los restaurantes que había visitado en dichas visitas.