Uno de los órganos más importantes del PP se da cita este martes en el Hotel Eurostars de Madrid a las 12:00 horas. La Junta Directiva Nacional del partido, que comprende a un amplio grueso de dirigentes y representantes de la escena nacional, autonómica y local, decidirá la fecha en la que tendrá lugar el próximo Congreso Nacional popular, un cónclave que será el número vigésimo de la formación y tendrá carácter extraordinario. Ese es el objetivo fundamental de la mayoría de afiliados del PP, que lo consideran troncal para sellar las fisuras abiertas durante las últimas semanas.

Fuentes del PP indican a El Independiente que, por lo general, esperan que la jornada se desarrolle con normalidad y sin sobresaltos; que sea tranquila. Principalmente, porque es necesario para que el partido retome el papel de oposición y siga avanzando, comentan. Sin embargo, otras figuras de la formación, aunque coinciden con ello, no descartan que la facción más fiel al todavía presidente Pablo Casado y al ya exsecretario general, Teodoro García Egea, intente poner palos en la rueda durante el transcurso de la Junta para retrasar la convocatoria del congreso.

Hay populares que son mucho más prudentes y prefieren no hacer ningún tipo de valoraciones en relación al encuentro celebrado en Madrid, porque saben de su importancia. Eso sí, ven muy difícil que prospere cualquier estrategia destinada a frustrar la línea marcada por la mayoría de afiliados y de la cúpula: la de renovar el PP y su liderazgo.

Enfocados en la agenda

Ningún barón territorial o representante institucional ha hecho referencia alguna al evento durante este lunes. El presidente andaluz Juanma Moreno ha centrado su retórica y actividad en festejar el Día de Andalucía, motivo por el que pidió aplazar la Junta Directiva Nacional un día más tarde. A pesar de todo, sí ha señalado que la crisis interna del partido ha provocado al PP-A una caída de entre cuatro y cinco puntos en los sondeos que manejan internamente. Aunque confía en que será algo temporal hasta que se solvente la situación.

Por su parte, el único líder regional que ya ha concurrido a los primeros comicios del ciclo electoral, Alfonso Fernández Mañueco, ha focalizado el lunes a ultimar la ronda de consultas con el resto de grupos parlamentarios para sacar adelante su investidura. Concretamente, se ha reunido con los representantes de Unión del Pueblo Leonés (UPL) y Por Ávila (XAV).

En cambio, los portavoces del Congreso de los Diputados, Cuca Gamarra; en el Senado, Javier Maroto; y de la delegación española en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, han enfocado su discurso en el conflicto bélico que vive Europa del Este, por la invasión rusa de Ucrania.

Feijóo, a la espera

Mientras tanto, y hasta que haya seguridad en el horizonte, el presidente de la Xunta guarda silencio. No quiere adelantarse ni un sólo milímetro hasta que quede marcado en el calendario el día del cónclave del PP. Entonces, y si no hay otro aspirante a la presidencia de notable peso, Alberto Núñez Feijóo dará el paso. Eso, supondrá un salto cualitativo en su trayectoria política, pero, también un reto personal al abandonar el cómodo escenario político gallego, en el que atraviesa su cuarta mayoría absoluta.

"No voy a hacer ninguna valoración sobre ocupar una vacante que no es tal ni sobre la presentación a un congreso que no está convocado. Cuando se convoque, cualquier candidato podrá presentarse", expresó Feijóo la noche en la que Casado reunió a los barones territoriales en Génova. Su entorno, de momento, incide en que el líder de la Xunta está centrado en la comunidad, aunque son numerosas las peticiones que está recibiendo para trasladarse a Madrid. Y es que ya cuenta con el beneplácito de empresarios y de vocales conservadores, que creen que ayudaría a desbloquear el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).