La ya ex responsable del CNI estaba sentenciada antes de que el Centro Criptográfico Nacional (CCN) terminara de revisar los móviles de todos los miembros del Ejecutivo. De hecho, algunos de ellos recibieron de vuelta sus terminales en la misma mañana del martes en que el Ministerio de Defensa ya tenía preparado el decreto de cese, que no "sustitución", de Paz Esteban y el nombramiento de Esperanza Casteleiro en el Consejo de Ministros.

Y no fue una decisión de última hora, sino producto de la negociación varios días antes entre Pedro Sánchez y Margarita Robles por la que ésta aceptaba defenestrar a su directora del CNI a cambio de elegir el nombre de la persona que la sucedería, sin interferencias de Moncloa ni, por tanto, de Felix Bolaños.

A bastantes ministros no se les solicitó el aparato hasta el pasado domingo por la tarde, permaneciendo en el Centro Criptológico durante todo el lunes de esta semana al objeto de ser analizados. El martes por la mañana se les devolvió a sus despachos, con el tiempo justo para trasladarse a Moncloa y participar en la reunión semanal del Gobierno. Algunas de las últimas terminales analizadas correspondían a ministros de Unidas Podemos mientras que, en otros casos, como el de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, hubo que revisar más de un teléfono.

A algunos ministros no se les devolvió el móvil hasta el martes por la mañana

La defenestración de Esteban este martes, adelantada por El Independiente, se vinculó desde Moncloa al resultado final del análisis de los móviles, pero en realidad, se había tomado días antes sin esperar a las conclusiones finales de dicha investigación. Desde el momento en que el titular de la Presidencia, Félix Bolaños, y la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, informaron en la rueda de prensa convocada de urgencia en 2 de mayo pasado del espionaje a los teléfonos de Pedro Sánchez y Margarita Robles, el futuro de la ex directora del CNI estaba sentenciado. 

Se anunció entonces un análisis de los móviles de todos los ministros y, a la luz del mismo, se procedería a tomar las decisiones pertinentes, indicaron. Moncloa iba construyendo un relato encaminado a dejar de ser victimaria para mudar en víctima y contrarrestar así las amenazas de ERC de desestabilizar la legislatura y, de paso, poner en el disparadero a la directora del CNI para ofrecérsela al independentismo como sacrificio.

Sin embargo, no contaron en ese momento con la oposición, finalmente doblegada, de Margarita Robles. Desde Defensa contraatacaron apuntando a la responsabilidad del propio Bolaños, secretario general de Moncloa cuando se produjeron dichas intervenciones, entre mayo y junio del año pasado, y al que correspondía establecer los protocolos de control de las comunicaciones de los miembros del Ejecutivo.

Tras cuatro años en el Gobierno, es la primera vez que se ha revisado el móvil de muchos ministros

De hecho, hasta que no se conoció el contenido de la investigación del instituto Citizenlab, publicado en la revista estadounidense The New Yorker, respecto a la existencia de una operación de espionaje masivo a dirigentes independentistas, no se habían monitorizado los móviles de los ministros. Muchos admiten que es la primera vez que el Centro Criptológico les reclamaba sus móviles desde que están en el Ejecutivo, algunos de ellos desde el primer gobierno de Pedro Sánchez, en 2018.

Hasta este mes de mayo el CCN se limitaba a actualizar en diferido el sistema de protección de los terminales. Esta crisis ha demostrado la ausencia de protocolos respecto a cuándo y cómo debería comprobarse la seguridad de las comunicaciones de los ministros.

Finalmente, se ha detectado la intrusión en los móviles de Sánchez, Robles y Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, dato éste último que se conoció a los pocos días de la comparecencia de Rodríguez y Bolaños. También hubo intentos de contaminar el terminal del actual ministro de Agricultura y ex embajador en Marruecos, Luis Planas. Al ministro del Interior le extrajeron una cantidad ingente de documentos, más de 6 gigas de información, el triple que a Sánchez.

Moncloa espera que la polémica en torno a ese asunto baje el diapasón y prepara el encuentro de Sánchez con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, aún a falta de determinar fecha y campo, esto es, si en Madrid o en Barcelona.