Nada más aterrizar de la capital albanesa, Tirana, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha reunido con su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, al objeto de superar su último choque, motivado por la inyección extraordinaria de 1.000 millones de euros al Ministerio de Defensa.

Moncloa ha explicado en un breve comunicado que la reunión "ha sido muy positiva y fructífera y ha servido para fortalecer la coalición". El Gobierno de España, prosigue la nota, "es consciente de los grandes retos de país que tenemos por delante y vamos a seguir trabajando mano a mano empezando por la negociación de Presupuestos Generales del Estado".

El encuentro ha debido ser muy rápida puesto que el jefe del Ejecutivo estaba aterrizando en la base aérea de Torrejón pasadas las 3 de la tarde, aunque como es habitual en él, ha cogido el helicóptero para llegar a Moncloa. Allí se reunía a las 5 de la tarde el último Consejo de Ministros antes de las vacaciones de verano, puesto que mañana Sánchez vuela a Palma de Mallorca para mantener el habitual despacho de todos los veranos en el Palacio de Marivent.

Díaz exigió una reunión de la comisión de seguimiento que no se ha producido

Díaz realmente exigió una convocatoria urgente de la comisión de seguimiento del pacto de coalición al conocerse esas partidas extraordinaria a Defensa, pero los socialistas han ido dando largas a la cita a pesar de que el propio Sánchez dijo este lunes desde Tirana ser «favorable a que se pueda celebrar esa reunión".

En el entorno de la vicepresidenta segunda no han dado su versión de la cita, pero ya ha surgido en el horizonte otro motivo de controversia entre los socios, a saber, la nueva ley de secretos oficiales que pretende "blindar" durante 50 años prorrogables la información calificada de "alto secreto" y que hoy pasaba en primera lectura pro el Consejo de Ministros. Los morados ya han anunciado que intentará enmendarla con la advertencia de que no la votarán si no rebaja sensiblemente los plazos de clasificación.