Ciudadanos (Cs) ha acordado establecer definitivamente una bicefalia orgánica como eje vertebrador de la nueva estructura que guiará al partido de cara a la nueva etapa que abre la refundación a partir de enero. Así lo ha acordado el Comité Ejecutivo tras una reunión prolongada durante más de seis horas en la sede nacional de la calle Alcalá, en Madrid. Una reunión en la que se han evidenciado dos posturas concretas: las favorables a mantener el modelo actual de Presidencia -aunque rebajando el "cesarismo" interno y con cierta transversalidad-, y la defendida por miembros del equipo refundacional hace dos semanas, caso de Guillermo Díaz.

El acuerdo establece "un ticket' formado por la figura de un secretario general "sobre el que recaerá el reparto de las tareas orgánicas". A él, se unirá un portavoz nacional "que tendrá la responsabilidad de la acción política", han confirmado fuentes nacionales del partido naranja, siguiendo la línea de lo manifestado el 14 de noviembre. Algo que hará que la actual presidenta de Cs, Inés Arrimadas, abandone el cago, siendo la última mandataria que lo ejerza. Esta decisión deberá ser refrendada en la próxima asamblea general de la formación, que será la sexta de su historia y tendrá carácter extraordinario. "Ambos cargos se presentan juntos encabezando la candidatura que debe ser refrendada", señalan las mismas fuentes, aún sin confirmar quién acompañará a Arrimadas.

Además, desde la sede nacional de Ventas confirman que el secretario general no podrá desempeñar funciones públicas, por tanto, no podrá presentarse a elecciones a ninguna de las tres escalas. En cambio, se despeja así una de las dudas más relevantes entre parte de la dirección, y es qué atribuciones tendría el coordinador orgánico, dado que estaba fijado que, el candidato a primarias fuese elegido sin conocer sus competencias. Se designará, no obstante, bajo el paraguas de los estatutos actuales, días previos de que se sustituyan. El nuevo liderazgo interno y la normativa quedará refrendada el 15 de enero tras someterse a las bases.

En cuanto al funcionamiento interno, la toma de decisiones se establecerá dentro de "el Comité Nacional, integrado por el Comité Permanente y sus miembros natos". Este verá incrementado el número de sus miembros en comparación con la propuesta inicial. Ello, se complementa con otras dos decisiones importantes: no reducir el número de integrantes del Consejo General -el máximo órgano entre asambleas- y aumentar la participación de los comités autonómicos en la toma de decisiones en el territorio.

Reunión cordial, pero intensa

El cónclave de la Ejecutiva ha comenzado a las cuatro de la tarde y se ha prolongado hasta las nueve de la noche. Se preveía un encuentro difícil e incluso se advertía una posible ruptura en dos del ente, ya que fuentes del organismo indicaban que el establecimiento de una bicefalia no era algo aún pactado, sino una propuesta más del posible modelo organizativo. Incluso, varias voces se mostraban críticas a dar ese paso o cuestionaban que se hubiese trasladado precipitadamente a la prensa por parte del G-8 encargado del cambio de imagen. Se movían en la línea ya expresada a este medio días atrás, cuando el proceso generaba dudas dentro de la dirección. Sí se apuntaba, no obstante, que la demanda de la militancia es garantizar una mayor apertura orgánica que merme el sistema "cesarista" que impera desde la presidencia de Albert Rivera.

Según fuentes de Ventas, durante la reunión "han hablado todos los miembros del Comité Nacional, así como el equipo de refundación y los miembros de la ponencia de Estatutos que presidirá en la Asamblea la eurodiputada Eva Poptcheva.

Diferencias entre Arrimadas y Bal

Según ha adelantado El Mundo, el voto a favor de la aprobación de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, coloquialmente denominada como del 'solo sí es sí' habría abierto un cisma dentro del grupo parlamentario de Cs entre Arrimadas y el vicesecretario general Edmundo Bal, también portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados. Éste último, habría marcado la posición del partido ante la nueva legislación, algo que Arrimadas vendría cuestionando. Primero, por no haber comprobado o sido conscientes de la solidez jurídica de la norma. Después, por no haber presentado enmiendas con las que mejorar el texto como sí hicieron grupos como ERC, que advirtieron en la comisión de Igualdad de los problemas legales que podrían darse. Entre ellos, la rebaja de penas de cárcel de condenados por delitos sexuales por la ampliación de la horquilla de los seis a doce, a los cuatro a doce años de prisión. Consultado por ello, fuentes oficiales de Cs no confirman ni desmienten la información.

El viernes pasado, Arrimadas concedía una rueda de prensa en la sede nacional de Ventas tras las reuniones desarrolladas con la dirección de los liberales europeos ALDE. Bajo ese contexto, y tras días de silencio oficial, la presidenta de Cs marcaba postura con una ley refrendada por su grupo parlamentario junto a la mayoría de la cámara baja. "Hay que cambiarla lo antes posible", indicaba. Todo, pese a que en el mes de mayo, cuando ésta se sometió a votación, la portavoz de Igualdad Sara Giménez defendía los logros alcanzados con la legislación como "la retirada de la tercería locativa de la ley" o la "no criminalización de los locales en los que se ejerce la prostitución de manera libre y voluntaria". De igual manera señalaba que "la legislación ha sido mejorada en el ámbito del consentimiento. Era necesario unir la tipificación de los abusos y las agresiones sexuales". Giménez habría respaldado a Bal en la decisión de impulsar la norma.