No es un problema nuevo, simplemente se ha agudizado. Hace décadas que los beneficios de las grandes empresas no se han traducido en la misma proporción en subidas salariales, creación de empleo o mejoras laborales. Los avances tecnológicos, la inteligencia artificial, el 'big data' y su control han permitido no sólo mejorar márgenes de beneficio para las empresas sino derivar en una suerte de monopolios en los mercados en los que la competencia o se ha debilitado sobremanera o simplemente agoniza. El profesor de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados de la Universidad Pompeu Fabra, Jan Eeckhout defiende en su último trabajo 'La paradoja del beneficio. Cómo las empresas exitosas amenazan la economía' (Ediciones Taurtus) que la falta de regulación ha sido la gran aliada de las grandes corporaciones y compañías que manejan el mercado global.

Eeckhout afirma que al igual que en la época medieval los castillos construían foso a su alrededor para complicar la llegada del enemigo, en los mercados actuales el control de las grandes herramientas de información y tecnológicas ejercen esa función. Quien las controle, podrá contar con una posición dominante en su mercado y alejará la competencia. El dominio casi absoluto de estos avances en pocas manos y la insuficiente regulación les ha convertido en verdaderos poderes capaces de influir en 'lobbyes' y condicionar mercados. Por el camino, la competencia se ha resentido, los salarios no han evolucionado y la polarización económica en las sociedades modernas han derivado en polarizaciones sociales, con reflejo en la expresión política y, en definitiva, en las democracias del siglo XXI.

Pregunta.- Hace años que la revolución tecnológica ha transformado el mercado, reduciendo la competencia y creando ámbitos en los que de facto rige un monopolio en manos de grandes corporaciones. En su libro 'La paradoja del beneficio' defiende que pese a que han aumentado de modo exponencial están perjudicando salarios, empleo y modelo competitivo. ¿Por qué?

Respuesta.- El objetivo de una empresa es lograr beneficios, eso es así, no hay ningún problema. Pero cuando se logran beneficios no por haber innovado sino por una falta de competencia a tu alrededor, sí tenemos un problema. Si tengo un monopolio y hago unos beneficios extraordinarios no es mérito de la empresa sino de la situación. Lo que vemos es que el motivo por el que cada vez más se da esta situación es porque las grandes empresas pueden beneficiarse de las nuevas tecnologías digitales, que están hechas para prácticamente generar situaciones monopolísticas. Estas empresas lo que hacen es permitir unas economías de escala enormes.

P.- Compañías como Amazon, Facebook o similares ¿son perjudiciales para la competitividad del mercado?, ¿pero también para los trabajadores y el consumidor?

R.- Estas compañías compiten de modo feroz para conseguir la posición dominante en el mercado. Una vez que lo tienen no compiten en el mercado, compiten por el mercado, por controlarlo. Ese es el problema. Empresas como Meta, propietaria de Instagram o Facebook han competido muy fuerte y una vez que tienen su posición monopolística es cuando extraen los beneficios. Esto va en detrimento de la pequeña empresa innovadora y del consumidor. Todos esos beneficios no pasan a los salarios.

P.- Afirma que a pesar de que las tecnologías favorecen esta situación no son las villanas, no al menos las únicas, que la falta de regulación de los mercados también lo es al permitirlo.

R.- Necesitamos estas tecnologías, esta innovación, es obvio. Nos mejoran la calidad de vida y suponen un progreso y crecimiento. La tecnología es buena, pero cuando genera esas economías de escala y esos monopolio necesitamos además una regulación adecuada que nos permita un progreso tecnológico pero con un crecimiento de competencia en el mercado.

P.- ¿Ha muerto la competencia a gran escala? ¿Cómo se puede resucitar?

R.- No ocurre en todos los mercados. Hay mercados con un alto grado de competitividad, pero no en todos. Los mercados en los que la tecnología juega un papel importante sí ocurre. No pensemos sólo en las tecnológicas sino también en sectores como el textil. Miremos Inditex, que ha podido generar esa posición dominante por utilizar tecnologías nuevas, digitales. Ha innovado mucho con la inteligencia artificial.

Cuando se logran beneficios no por haber innovado sino por una falta de competencia a tu alrededor, tenemos un problema"

P.- Controlar las herramientas de 'big data' o la inteligencia artificial requiere mucha inversión, capacidad y alta cualificación que no todos pueden permitirse. ¿Es este el foso alrededor de los 'castillos monopolísticos' de los gigantes de la economía?

R.- Sí, es uno de ellos, sin duda. Cuando tienes el control de los datos, algo que es muy costoso, tienes un arma ideal para decir a tus competidores que no llegarán a tu altura, que tienes más y mejores datos para dominar el mercado.   

P.- La cultura de que el beneficio crezca pero no se traslade a salarios y empleo no es nueva. ¿Por qué las grandes empresas retienen esos beneficios?, ¿sólo se explica por la avaricia propia del ser humano?

R.- En el fondo es eso, sí. El accionista quiere el mayor beneficio posible y el Ejecutivo de la empresa hace eso, darle beneficios. Si además el accionista le premia con un porcentaje de ellos, pues imagínese. Llamémoslo avaricia o sistema capitalista. En el fondo, creo que no tendríamos que tener tanto problema con esto. Los incentivos funcionan como funcionan. Habría que reconocer que el problema está más en que esos beneficios no se generan por haber innovado sino por haber creado una posición dominante, de monopolio. El regulador en España, la Comisión de Mercados y Competencia o en Europa la Comisión Europea, deberían vigilar para que hubiera competencia, es su responsabilidad. Si en un mercado con competencia un ejecutivo genera unos beneficios, perfecto. Pero si lo hace por su posición monopolística, no por su habilidad o acierto en la inversión, quizá hay un problema de regulación.

P.- ¿Cómo se recupera el control del barco del mercado? Hablamos de mercados con empresas con mucho poder, con más peso económico que el PIB de algunos países.

R.- Va a ser muy difícil. Hay un círculo vicioso entre el poder económico y el poder político. Cuando una empresa en situación monopolística genera beneficios los puedo utilizar precisamente para hacer de 'lobby' a los políticos y ‘comprar’ regulación favorable o falta de ella. Por tanto, puede utilizarlo para volver a tener aún más poder en el mercado. Y así en un círculo vicioso difícil de romper.  Sí creo que hay voluntad. Es una cuestión que está encima de la mesa en los debates. Hay regulación que se ha votado en el Parlamento Europeo. Hay voluntad política, pero tenemos que tener en cuenta que es difícil con estos mastodontes de empresas, litigarán y emplearán su poder para evitarlo.

Los beneficios los pueden utilizar precisamente para hacer de 'lobby' a los políticos y ‘comprar’ regulación favorable o falta de ella"

P.- ¿Cuáles diría que son las consecuencias más allá de la economía de este modelo? ¿Tiene un impacto social? ¿Un impacto en los modelos democráticos?

R.- La Economía no explica todo. Tenemos polarización económica, que la tenemos porque los salarios están estancándose mientras se hacen más ricos los más r'cos. Eso genera una polarización económica que es la base para una polarización más amplia que es la social y eso a su vez afecta a procesos de votación con fenómenos como el ‘Brexit’, la irrupción de la extrema derecha, etc. Esa expresión social con consecuencias políticas tiene una base económica. Ese es el gran peligro. No es el único pero es otro factor que afecta a la democracia, es otra víctima. No podemos subestimar el rol de lo económico.

P.- La inteligencia artificial es parte del problema, ¿pero puede ser también de la solución?

R.- Sí. Con una regulación adecuada se puede conseguir que esos datos, esa IA se emplee de modo competitivo. El regulador lo puede hacer. Los datos son una fuerza hacia el monopolio pero la sociedad, la democracia, lo puede revertir y utilizarlo de modo positivo para favorecer la competencia. No olvidemos el rol y la importancia de las nuevas tecnologías pueden tener a favor de la solución.

P.- ¿El miedo a plantar cara a estas compañías es un factor que influye?

R.- Totalmente.