La princesa Leonor, primera en la línea de sucesión al trono, ya sabe cuál es su futuro inmediato. Tal y como sucedió con su padre, el rey Felipe VI, cuando era príncipe, su formación ha sido regulada por un real decreto que el Consejo de Ministros aprobó este martes. De esta manera, la princesa de Asturias comenzará este mismo septiembre una formación militar que le llevará en los próximos años a pasar por tres academias distintas como previo paso a comenzar sus estudios universitarios.  

Actualmente Leonor está acabando un bachillerato internacional en el colegio UWC Atlantic College, ubicado en Gales, donde ha pasado los últimos dos años internada (un centro en el que recientemente también se supo que estudiará la infanta Sofía, su hermana pequeña). Pero para cuando acabe este periodo de formación militar, la princesa tendrá un rango de teniente en los Ejércitos de Tierra y del Aire y del Espacio, y de alférez de navío en la Armada. Cargos en los que irá ascendiendo «al mismo tiempo que la promoción de la que formará parte», tal y como explicó la ministra de Defensa, Margarita Robles.

Academia General del Ejército de Tierra de Zaragoza (2023-2024)

Fundado en 1882, el centro se encarga de formar a todos los oficiales del Ejército de Tierra (compuesto por el Cuerpo General, Cuerpo de Intendencia y Cuerpo de Ingenieros Politécnicos) y de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas (Cuerpo Militar de Intervención, Cuerpo Jurídico Militar, Cuerpo Militar de Sanidad y Cuerpo de Músicas Militares).

Leonor comenzará este mismo año su formación en esta academia, que se extenderá hasta 2024. Formará parte de los cadetes de primer curso, que habitualmente se incorporan en la segunda quincena de agosto. Los alumnos de primero son encuadrados en un Batallón de Cadetes y organizados en distintas compañías y secciones antes de ser presentados a los superiores que estarán a cargo de su formación y de iniciar el llamado Módulo de Acogida, Orientación y Adaptación a la vida militar (MAOA), que dura dos semanas. 

Los cadetes son alojados en habitaciones de hasta doce personas y pasan por la peluquería antes de que se les entregue su equipo militar básico y comiencen las primeras sesiones de orden cerrado. Durante ese primer año todos reciben una instrucción básica que se basa en Tiro, Topografía e Instrucción Individual del Combatiente, y que posteriormente completan de manera más específica en función de cuál sea su modalidad de ingreso, el cuerpo al que pertenezcan y su plan de estudios. 

En paralelo, los alumnos dedican nueve semanas a la "instrucción como combatientes y prácticas de mando de pequeñas unidades", donde realizan marchas, recorridos topográficos, ejercicios de tiro con fusil de asalto y pistola en simulador, ejercicios de fuego real, paso de pista de combate e instrucción individual del combatiente. Además, forman pequeñas unidades para practicar el ejercicio del mando sobre sus compañeros. Todo ello tanto por el día como durante la noche, e independientemente de cuáles sean las condiciones climatológicas. 

Los actos, ceremonias y tradiciones tienen gran peso en esta etapa formativa, al igual que el ejercicio. Los alumnos realizarán diferentes deportes militares, como orientación o patrullas de tiro, y se les iniciará en la práctica de equitación y defensa personal militar. Cuando concluyan sus actividades diarias, podrán salir de la academia "sin perjuicio del cumplimiento de las obligaciones militares y/o académicas que pudieran corresponderles". Estas salidas podrán estar limitadas también por motivos de rendimiento académico.

Desde la propia academia ponen el foco en que los alumnos deben presentar siempre un aspecto impoluto, incluso cuando se encuentren fuera de las instalaciones. Las normas sobre el cabello, barba, bigote, perilla, uñas, accesorios y tatuajes, así como argollas, perforaciones, espigas, inserciones y automutilaciones, están recogidas en detalle en un régimen interno.

Escuela Naval Militar de Marín (2024-2025)

En su segundo año de instrucción Leonor se formará en la Armada, pasando a integrar el tercer curso de la Escuela Naval de Marín de Pontevedra, el centro de formación para los futuros oficiales del cuerpo. Ubicada en el entorno de la ría de Pontevedra, sus instalaciones constan de laboratorios, aulas, bibliotecas, instalaciones deportivas y medios para la práctica de las actividades de Instrucción y Adiestramiento. 

Ese año tendrá un periodo de adiestramiento de seis semanas, durante el cual le impartirán asignaturas como Liderazgo o Maniobra y navegación. También realizará gimnasia, salidas al mar en veleros-escuela e instrucción militar y marinera.

Pero lo más destacado será un crucero de instrucción de seis meses de duración que realizará a bordo del Buque-Escuela Juan Sebastián de Elcano, un velero de 113,1 metros de eslora, que alcanza una velocidad máxima de 10 nudos y tiene capacidad para dar cabida a 16 oficiales, 21 suboficiales, 35 cabos primeros y 112 cabos y marineros, además de algunos profesores de la Escuela Naval y varios civiles (como peluqueros). 

A bordo de Elcano los alumnos tienen su "primer contacto profundo con la mar". Desde el Ministerio de Defensa explican que "se mantienen en íntimo y constante contacto con la mar, donde están llamados a desarrollar sus principales cometidos profesionales". A ello se suma la enseñanza "eminentemente práctica recibida a bordo, que contribuye a la consolidación y ampliación de sus conocimientos técnicos y marineros, a la adquisición de un mayor grado de cultura general y a la asimilación de los principios, hábitos y virtudes que constituyen el alma de esta gran profesión".

Durante el trayecto es habitual que el buque cruce el océano Atlántico hasta llegar a América, donde va realizando paradas en distintos países. El crucero de 2023, por ejemplo, saldrá de Cádiz y pasará por Santa Cruz de Tenerife antes de cruzar el charco y hacer parada en Río de Janeiro (Brasil), Buenos Aires (Argentina), Punta Arenas (Chile), El Callao (Perú), Cartagena de Indias (Colombia), Puerto Limón (Costa Rica), Pensacola y Nueva York (EEUU).

En esos puertos los alumnos también realizan diversas actividades, que están dirigidas hacia "el conocimiento de los países visitados". Con ellas se procura "tener un mayor interés, desde el punto de vista de la formación cultural y profesional de los alumnos y también al aprendizaje de un comportamiento social basado en las normas del protocolo naval, que son de obligado conocimiento para todo Oficial de Marina".

Academia General del Aire y del Espacio de San Javier (2025-2026)

Situada en Murcia, junto al Mar Menor, fue fundada en 1926 y es actualmente la única academia de formación de oficiales del Aire. La princesa de Asturias formará parte del cuarto curso del total de cinco existentes. Allí recibirá una "sólida formación en valores, el aprendizaje de técnicas y conocimientos necesarios para el ejercicio de la profesión militar, capacitación para el liderazgo, adquisición de las habilidades individuales del combatiente, la interiorización de las virtudes militares y una adecuada aptitud física".

Los alumnos de cuarto pasan un total de 41 semanas en la academia. A lo largo de ese año combinan horas de vuelo con asignaturas teóricas enfocadas a los propios vuelos y su capacidad de liderazgo (como Navegación aérea, Seguridad de vuelo, Sistemas y procedimientos de vuelo o  Técnicas militares y de mando), algunas más dirigidas a una formación internacional (como Inglés de gestión o Relaciones internacionales) y otras diseñadas para su preparación física (como Mejora física y Deporte).

La academia es "similar a una pequeña ciudad" donde más de 1.000 personas "desarrollan su labor diaria solo y casi en exclusiva" para atender todo lo necesario a la formación de los alumnos. Allí hay, entre otras muchas cosas, carpinteros, peluqueros, personal de hostelería, encargados de alojamientos, ingenieros de infraestructuras, mecánicos, oficiales pagadores y socorristas. 

Las instalaciones constan de siete edificios de alojamiento para alumnos, una pista de atletismo y campo deportivo, un polideportivo, pistas de pádel y tenis, una cancha de baloncesto, un campo de fútbol, una piscina cubierta, una sala de esgrima y tiro neumático y una pista de obstáculos. 

Además, también hay dos cafeterías, un salón de Actos, un cine, una sucursal bancaria, una tienda de efectos militares, una lavandería y tintorería, una peluquería, una biblioteca, aulas multimedia, laboratorios de ciencias aplicadas y dos comedores para alumnos, que también dispondrán de un centro social, un campo de tiro y, por supuesto, dos pistas de vuelo. 

La formación allí se trabaja desde el plano académico, humano y aeronáutico. Es por ello que, de nuevo, el comportamiento de sus alumnos "dentro y fuera del centro deberá de ser siempre ejemplar". El uniforme siempre estará limpio, al igual que el calzado. Y no está permitido ni llevar las manos en los bolsillos, ni la gorra inclinada, ni los botones desabrochados. Todo con la idea de trasmitir una "presencia impecable" y un comportamiento a la altura que sirva para juzgar "no a su persona, sino a la totalidad de la Institución Militar, por cuyo prestigio tienen el ineludible deber de velar constantemente".