Apenas dos semanas después de calificar a Marruecos de "dictadura", Yolanda Díaz ha vuelto a exhibir en público sus simpatías hacia el pueblo saharaui y su derecho a la autodeterminación, en contraposición a la posición adoptada por Pedro Sánchez y el ala socialista del Gobierno de coalición.

El nuevo episodio tuvo lugar el pasado viernes en Madrid con motivo de un encuentro previo a la celebración del Primero de Mayo que bajo el título de "Democratizar la economía para avanzar en igualdad" reunió a la vicepresidenta, Enrique Santiago y Unai Sordo, secretarios generales del Partido Comunista y Comisiones Obreras respectivamente.

En primera fila del acto se hallaba Abdulah Arabi, representante en España del Frente Polisario. Fue Santiago quien le citó expresamente. "Un pueblo en lucha permanentemente", declaró el ex secretario de Estado entre los aplausos de los presentes, incluida la líder de Sumar, la plataforma que en plena desavenencias con Podemos trata de aglutinar el espacio a la izquierda del PSOE con la vista puesta en las elecciones generales de finales de año. Díaz se mostró tan cercana que le lanzó a Abdulah un beso desde el estrado.

Fuentes del Polisario reconocen a El Independiente que el diplomático saharaui y Díaz compartieron conversación al término del encuentro, centrada en la situación del conflicto del Sáhara Occidental, la ex colonia española ocupada ilegalmente desde hace 47 años por Marruecos. Según la televisión saharaui, ambos "coincidieron en la urgente necesidad de posicionar a España en la legalidad internacional y apoyar al pueblo saharaui en su justa lucha por la independencia".

Unas declaraciones que nuevamente desafían la postura mantenida contra viente y marea por Sánchez y su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que protagonizaron en marzo de 2022 un histórico giro en el contencioso saharaui respaldando el plan de autonomía marroquí y quebrando décadas de "neutralidad activa" a pesar del rechazo mayoritario de los partidos políticos nacionales, a excepción del PSOE.

Esta cercanía a los postulados saharauis, tradicional en las filas de Izquierda Unida y el PCE, ha sido ampliamente difundida por la prensa de Marruecos y Argelia, los dos países que, enfrentados por la causa saharaui, miran con lupa los desarrollos en la política española. Para Rabat, se trata de una provocación más del ala a la izquierda del PSOE, que ni siquiera participó en la Reunión de Alto Nivel España-Marruecos del pasado febrero, y para Argel la demostración de que la posición de Sánchez que inauguró la crisis con las autoridades argelinas es unilateral y solitaria.