El Partido Popular puso ayer de manifiesto sus discrepancias en torno a un cuestión no menor, esto es, si el candidato de Vox condenado por violencia de género, Carlos Flores Juberías, es una "línea roja", tal y como dijo Borja Sémper, o no debe haber vetos, que es la posición de los populares valencianos. Génova marcó el camino a Carlos Mazón, cuando el portavoz popular sentenció desde la sala de las ruedas de prensa de Génova que Flores es una "línea roja" y que nadie condenado por un delito de violencia de género debería tener cabida en la política.

Eso sí, a la hora de entrar en más detalles remitía a Mazón, ganador de las elecciones en la Comunidad valenciana quien necesita el apoyo activo de Vox -no le vale con su mera abstención- para sustituir al socialista Ximo Puig y poner fin a ocho años de Pacto del Botánico. Porque mientras Sémper hacía estas declaraciones, a algo más de 350 kilómetros de distancia, -los que separan Madrid de Valencia- los dirigentes populares valencianos y negociadores, Miguel Barrachina y Juan Francisco Pérez Llorca, negaban la existencia de un "cordón sanitario" en torno a Flores, con quien se van a reunir, precisamente, este martes.

Así se manifestaban ambos tras la reunión de cerca de una hora con Joan Baldoví, en la que también participó Mazón, dentro de la ronda de conversaciones que el PP, como partido triunfador del 28-M en la Comunidad Valenciana, ha abierto con el resto de las fuerzas políticas representadas en la Cámara autonómica, esto es, PSOE, Compromís y Vox. Como era de esperar, Baldoví, hoy integrado en la plataforma electoral de Yolanda Díaz, Sumar, se ha reafirmado en que su partido no se abstendrá para permitir la investidura de Mazón, al igual que el PSOE.

Investidura fallida

Esto aboca al dirigente popular valenciano a depender en exclusiva de Vox, aunque su intención sea configurar un gobierno monocolor. Si lo consigue, no correría el riesgo de tener de vicepresidente a un individuo condenado por maltrato, pero si los de Santiago Abascal condicionan cualquier tipo de apoyo a formar parte del Consell, a los populares se les pone doblemente difícil el envite. Tanto que quizá el popular se vería obligado a ir en primera instancia a una investidura fallida.

En Génova se aferran, no obstante, al mantra de que el partido de Abascal no ha dicho nada "acerca de que Flores sea condición irrenunciable para pactar", aunque es difícil pensar que Vox sea capaz de aceptar un veto al que fue su candidato hace poco más de catorce días. En el entorno de Feijóo niegan que este haya hablado con Abascal recientemente, más allá del intercambio de mensajes de la noche electoral del 28-M en que Abascal le felicitó por su triunfo ante las urnas

También repiten que los barones territoriales tienen libertad para diseñar su política de alianzas, pero el mensaje respecto a que Flores es una "línea roja" ya está lanzado y para los populares en general, y para Feijóo, en particular, les resultaría imposible incorporar al de Vox a un ejecutivo de coalición.

El candidato de Vox fue condenado por "violencia psíquica habitual"

Insisten en que "queremos gobernar solos" y admiten que "nos gustaría que todos los candidatos no tuvieran estos antecedentes", en referencia a Flores Juberías. Los hechos demostrados en la Audiencia de Valencia, que le condenó en 2002, hablan de "violencia psíquica habitual" en público y en privado y en presencia muchas veces de los hijos comunes y de la familia de su ex mujer. Insultos, intimidación, acoso, injurias, vejaciones... todo un elenco repugnante de actuaciones de este catedrático de Derecho Constitucional por la Universidad de Valencia, en su tiempo vinculado al PP. En definitiva, le cayó un año de prisión y 6.00o euros de multa. Condena que aunque ya cumplida, le debería "haber apartado de la política", lamentan en Génova.

Mazón obtuvo 40 escaños, doblando los resultados de 2019 no sólo tras "comerse" a todo Ciudadanos (que tenía 18) sino ampliando incluso su cosecha de votos, y no precisamente a costa de Vox, que también subió tres diputados autonómicos, pasando de 10 a 13. Pero el candidato popular se quedó lejos de sumar más que toda la izquierda, lo que le hubiera dado un margen de maniobra mucho mayor para gobernar en solitario.

Hoy Mazón se verá las caras con Flores. Valencia, Comunidad y Ayuntamiento, fueron las grandes apuestas del PP en las últimas locales y autonómicas. Génova alberga al esperanza de que Vox no lo convierta en un trágala. De momento, en el partido de Abascal quieren ser prudentes pues las veces que han elevado el tono contra el PP lo han pagado en las urnas.

Bajar el tono

Así fue en Andalucía, donde las exigencias de Macarena Olona a entrar en el ejecutivo autonómico, aunque Juan Manuel Moreno necesitara el apoyo de un solo parlamentario de Vox, llevaron a los andaluces a darle al popular la mayoría absoluta. Algo similar a lo acontecido en Madrid. Tiraron abajo los presupuestos de la Comunidad y del Ayuntamiento y ahora tato Isabel Díaz Ayuso como José luis Martínez Almeida disfrutan de dos cómodas mayorías absolutas.