A la espera de que Vox concrete su anuncio de presentar una segunda moción de censura contra Pedro Sánchez, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, respondió al mensaje que le remitió Santiago Abascal reiterando su disconformidad con el uso de un instrumento parlamentario legítimo, pero políticamente inconveniente, a juicio del primer partido de la oposición. Feijóo tardó varios días en contestar el ofrecimiento de Vox, partido que sigue buscando un candidato a la presidencia del Gobierno dada la resistencia de algunas personas contactadas a significarse en una iniciativa de este tipo.

Según coinciden en afirmar en fuentes de PP y de Vox no ha habido más aproximación entre los líderes de ambos partidos. De hecho Abascal usó la vía del Whatsapp y Feijóo tardó varios días en comunicarle, por la misma vía, su negativa. Los populares se inclinan por la abstención como un paso intermedio entre lo que consideran un "asalto a la instituciones y a la división de poderes" que está acometiendo Sánchez y secundar una moción compartiendo el diagnóstico sobre la gravedad de la situación, pero no el instrumento.

"No será responsable" convocar una moción "que se sabe que perderemos", defiende el PP en un argumentario interno

Lo acontecido el pasado jueves en el Congreso no ha variado la posición de la dirección del PP. Los populares señalan en un argumentario interno al que ha tenido acceso este medio, que "somos los primeros interesados en sacar a Sánchez del Gobierno cuanto antes por el bien de nuestro país, pero las cuentas parlamentarias no salen para una moción de censura". También defienden que "no será responsable" convocar una moción "que se sabe que perderemos y fortalecer con ello a Sánchez y sus socios con una victoria parlamentaria". En definitiva, "sabemos que la mejor censura y la más democrática es la que hacen los ciudadanos en las urnas y por eso queremos que las elecciones generales se convoquen ya".

La estrategia del PP pasa por intentar convencer a Vox de que no formalice la moción, tal y como adelantó El Independiente. En ello está el número dos de Feijóo, Elías Bendodo. Lo cierto es que Vox todavía no ha materializado su propuesta. Está a la búsqueda de un aspirante que contraponer a Sánchez, dando por descartada la candidatura de Abascal.

A la espera de lo que decida Vox están también los dos diputados expulsados de UPN, Carlos García Adanero y Carlos Sayas. Precisamente, el nombre de Adanero ha sonado como candidato de esa moción, lo que él mismo va negando. Ambos diputados, aseguran no haber tomado ninguna decisión entre otras cosas porque su intención es hablar antes con el PP y con Ciudadanos en cumplimiento del pacto al que llegaron bajo la marca Navarra Suma. A estas alturas son los únicos que apelan a un acuerdo ya muerto, que en su punto 3 establece el "compromiso de intercambio de información recíproca".

No pasa necesariamente, apunta Adanero, porque todos acaben votando lo mismo. La unidad de acción parlamentaria llega hasta cierto punto, puesto que las tres formaciones políticas mantenían su propia autonomía para determinar el sentido de su voto. Adanero y Sayas son partidarios de una moción de censura finalista, con el único objetivo de convocar elecciones generales. Así se lo manifestaron a la portavoz parlamentaria popular, Cuca Gamarra, cuando esta les sondeó. Pero la moción, para prosperar, necesitaría de muchos más apoyos.

El PP alardea de la utilidad de su recurso ante el TC frente a la estrategia de Vox

De momento, el Grupo Popular ha preferido usar la vía de los tribunales recurriendo en amparo ante el Constitucional para frenar las dos enmiendas por las que se quiere modificar la ley Orgánica del Poder Judicial y la del Tribunal constitucional, de modo que estas volvieran a ser calificadas y se tramitaran como proyecto de ley con los preceptivos informes de los órganos consultivos y un debate a fondo en el Parlamento. De momento, ya han salido adelante en el Congreso y el jueves lo harán el Senado si el TC no deja en suspensión dicha votación.

Los populares ponen de ejemplo esta iniciativa como una manera de ser "útiles" frente a otras que, como la moción, dicen, "da oxígeno a Pedro Sánchez". Pero mucha pedagogía tienen que hacer para no apoyar la moción después de afirmar que el PSOE "está ya fuera de la Constitución" tras un "día negro de la democracia", en alusión a la jornada parlamentaria de este jueves en que se cruzaron acusaciones de golpismo y hasta se sacó a colación a Tejero, comparando su entrada pistola en mano en el Congreso el 23 de febrero de 1982 con la decisión del TC de analizar si suspendía una votación en el pleno.

El primer partido de la oposición muestra su satisfacción por haber impuesto el marco del debate político en los últimos días. Una disputa que no se sustanciará hasta el próximo lunes, día de la reunión del pleno del Constitucional, que ha generado un enorme nerviosismo en el Gobierno.

Moncloa no las tiene todas consigo y augura un choque institucional si el tribunal de garantías da la razón a los populares. «El PP está tensionando las instituciones, el Congreso, el Senado, el Tribunal Constitucional, está retorciendo la ley con un recurso que pretende que ocurra algo que no ha ocurrido en más de 40 años de democracia: que se pare una votación democrática. Le pido que retire ese recurso porque es impredecible. No quiero ni pensar las consecuencias que tendría para la democracia si al final fuera estimado", dijo este viernes el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.

Los populares aseguran no dudar de su estrategia, aunque el bloque de la izquierda ha logrado en buena medida apartar el foco del contenido de la proposición de ley, la misma que, de una tacada, deroga la sedición, rebaja la malversación -a la medida de los condenados e imputados de ERC- y reforma el CGPJ y el TC. La próxima semana seguirá la batalla.