Con el pacto ya cerrado entre PP y Vox para gobernar juntos Extremadura, algo que la candidata popular, María Guardiola, dijo apenas hace una semana que jamás haría, el PSOE extremeño y en concreto su líder, Guillermo Fernández Vara, tiene que recalcular su estrategia. El presidente en funciones de la Junta ya apunta al paso atrás en el debate de investidura. Plantea que la presidenta de la Asamblea regional, la socialista Blanca Martín, inicie una nueva ronda de contactos y, ahí sí, decaiga su propuesta como candidato. Pero entretanto, tanto la dirección autonómica como la federal de su partido inundan las redes sociales y las declaraciones públicas contra la propia Guardiola y contra Alberto Núñez Feijóo, por haber faltado a su "palabra" y a sus "principios".

"Nuestra propuesta de investidura ha surtido su efecto. Lo imposible se ha hecho posible", escribió Fernández Vara en un mensaje a través de su cuenta de Twitter después de que PP y Vox comunicaran, a primera hora de la mañana, que habían alcanzado un acuerdo que supondrá que la ultraderecha se hará con una consejería, la de Gestión Forestal y Medio Rural, que no tiene un peso menor en una comunidad con una elevada masa forestal y con un importante peso del campo.

A juicio del presidente en funciones de la Junta y secretario general del PSOE de Extremadura, "debería haber nueva ronda de contactos" por parte de la presidenta de la Cámara, Blanca Martín. "De ahí saldría la suspensión de una investidura [la suya] y la convocatoria de otra [la de Guardiola]. Si tan sencillo era, ¿a qué tanto ridículo televisado?", concluye.

Guardiola había asegurado que su palabra era "sagrada" y que no podía meter en su Ejecutivo a quienes "deshumanizan a los inmigrantes", a quienes "despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI"

Martín le designó el pasado miércoles como candidato a presidir la Junta y fijó la sesión de investidura para el 5 y 6 de julio, justo antes del arranque de la campaña de las elecciones generales del 23-J. Su candidatura estaba abocada al fracaso, porque sus 28 escaños y los cuatro de Unidas por Extremadura (Podemos-IU-Alianza Verde) suman 32 diputados, uno por debajo de la mayoría absoluta, que sí alcanzan el PP —también con 28 representantes, pero fue la segunda fuerza en los comicios del 28-M— y Vox (5). Para entonces, las dos fuerzas de la derecha no habían trenzado ningún acuerdo, y por lo tanto los socialistas y su izquierda agrupaban, de entrada, más escaños.

Vara se postuló para ir a la investidura porque se trataba, dijo, de "ganarle tiempo al tiempo" y lograr que a PP y Vox les saliera "mal" la "jugada perversa" de esperar a las elecciones del 23-J para sellar un pacto en Extremadura. Pero finalmente no será así porque Guardiola ha cerrado el acuerdo incluso antes de lo previsto y tan solo una semana después de que insistiera en la Asamblea y en sucesivas entrevistas en medios de comunicación que su palabra era "sagrada", que no traicionaría a los extremeños y que nunca permitiría la entrada de Vox en su Ejecutivo. Estaba dispuesta, decía, a ir a la repetición electoral.

Giro en tiempo récord

"Yo no puedo dejar entrar en mi Gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes, y a quienes despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI [...] He hecho todo lo que estaba en mi mano. Mi promesa y mi tierra no son moneda de cambio de nada", proclamó Guardiola la semana pasada.

Zapatero asegura que el PP "se ha derogado a sí mismo" al pactar con Vox en Extremadura y aceptar la reform laboral

Pero en la madrugada del pasado lunes reculó y ya adelantó, en una carta a los afiliados del PP, que era "imprescindible el respeto, el diálogo y el acuerdo programático". Allanaba definitivamente el acuerdo con la ultraderecha, que ha cuajado en cinco días. Este viernes, justificaba su viraje así: "Mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños. Comprendo que hay mucha gente decepcionada, lo asumo, pero pido que se me juzgue como presidenta de Extremadura".

Tanto el PSOE extremeño como la cúpula de Pedro Sánchez arremetieron contra Guardiola y contra Feijóo. Incidiendo en la falta de "palabra" de ambos. El jefe del PP había asegurado que como Vox obtuvo el 8% de los votos el 28-M en Extremadura no tenía derecho a pedir entrar en el Ejecutivo autonómico, a diferencia de lo que había ocurrido en la Comunidad Valenciana, donde la ultraderecha cosechó el 12%.

El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, activo apoyo de Pedro Sánchez en esta campaña de generales, afirmaba este viernes en Espejo público (Antena 3) que el PP "se ha derogado a sí mismo" al acordar con Vox gobernar en coalición en Extremadura, informa Europa Press. Guardiola, dijo, "hizo el corte más contundente contra Vox que se recuerda" para no meterlos en el Ejecutivo "y ahora les incorpora al Gobierno". Zapatero recordaba el lema estrella del PP para este 23-J (como lo fue para el 28-M): la "derogación del sanchismo".

Una expresión, para el exjefe del Ejecutivo, "fake sin fundamento" y "el peor discurso político" que ha oído en democracia. Pero es que además se suma, recordó, que Feijóo dijo ayer que no tocaría la reforma laboral que aprobó el Gobierno y que su partido no apoyó en el trámite de convalidación en el Congreso. Es más, votó en contra. "¿Nos engañaban, mentían o es que han cambiado de posición?", ironizó Zapatero, respaldando que Sánchez no ha mentido como presidente, sino que ha cambiado de opinión. Así, reprochó al PP que se opusiera a la reforma laboral, como hicieron ERC y Bildu, y ahora la crea "buena".