Ferraz ha puesto sobre el papel y de cara al 23-J lo que ha marcado la política exterior desde la carta a Mohamed VI en la que Pedro Sánchez respaldó el plan de autonomía para el Sáhara como "la base más seria, realista y creíble" para la resolución del litigio. El programa del PSOE se compromete a "seguir avanzando en la nueva etapa en la relaciones bilaterales con Marruecos" y evita referirse a Argelia, un socio gasístico que mantiene las relaciones diplomáticas rotas desde la misiva.
"Seguiremos profundizando en la nueva etapa en nuestras relaciones bilaterales con Marruecos, en la que hemos firmado una veintena de acuerdos para fortalecer la cooperación en la lucha contra la trata de personas y contra el terrorismo, la cooperación migratoria, o la promoción de las empresas exportadoras y de las empresas españolas en Marruecos", reza el programa del PSOE, hecho público más de seis horas después de ser presentado por Sánchez, arropado por María Jesús Montero y Nadia Calviño.
El documento ni siquiera menciona a Argel, que exige revertir el histórico cambio de posición en el conflicto del Sáhara Occidental para recomponer los lazos diplomáticos interrumpidos en marzo de 2022 con la llamada a consultas del embajador y la suspensión del comercio dictado tres meses después, un hecho que ha provocado pérdidas millonarias a las empresas españolas con negocios en el país árabe.
Sin mencionar expresamente a Argelia, el PSOE presume de haber trabajado "por impulsar las relaciones con los países del Mediterráneo y Vecindad Sur, fundamentales para la seguridad y estabilidad de España y del continente europeo". "Continuaremos reforzando el diálogo y la cooperación con los países del Mediterráneo para establecer una zona de desarrollo económico sostenible, seguridad y estabilidad", promete. Los analistas consideran que el cambio en el Sáhara ha dejado a España en una situación complicada e inédita en 47 años de democracia: su apuesta por las tesis marroquíes le ha hecho perder su papel de mediación en el conflicto y la interlocución directa con Argelia y el Polisario.
Tibieza en el Sáhara
La mención al contencioso del Sáhara se reduce a expresar su voluntad de "seguir apoyando al Enviado Personal del Secretario General de Naciones Unidas para alcanzar una solución mutuamente aceptable en el marco de las Naciones Unidas". "Mantendremos la ayuda humanitaria a la población saharaui en los campamentos, como hemos hecho siempre, siendo España el principal donante bilateral". Una posición que el Frente Polisario considera intencionadamente vaga para contentar a Rabat.
El giro del PSOE hacia los postulados marroquíes quedó escenificado en octubre de 2021 durante el 40 Congreso. En la resolución política que salió del cónclave, se tilda a la dictadura de Mohamed VI de “socio primordial en la ribera sur del Mediterráneo”. “Durante los próximos años, avanzaremos en la asociación estratégica bilateral a largo plazo que siempre han impulsado los Gobiernos socialistas; por otra parte, y como ha hecho desde su llegada al Gobierno, España seguirá defendiendo en Europa el carácter estratégico que este país tiene para España y para Europa”, detalló el documento.
La posición, la más clara en favor de los intereses marroquíes adoptada al término de un congreso socialista, justificó este acercamiento político “a los vínculos históricos, culturales y humanos”. “La comunidad marroquí en España es la segunda por número de habitantes en España, la red consular de España en Marruecos es la segunda más densa de las que tenemos en el mundo y Marruecos es nuestro principal socio comercial en África con diferencia. A ello se une una cooperación estrecha y fructífera en la lucha contra la delincuencia, el terrorismo o el control de la migración irregular. Debemos seguir reforzando estos vínculos e intereses, que permitan superar las dificultades puntuales”, alegó.
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