El cierre de ciclos en política suelen ser complicados. Lo es también, para los partidos, sustituir a uno de los rostros que la han marcado desde el principio. Es el caso de la marcha de Iván Espinosa de los Monteros, exportavoz parlamentario de Vox. Una renuncia, tras los comicios generales de julio -en el que se pierden 19 diputados-, que viene gestándose desde hace meses, cuando explota el 'caso Olona'. La salida de su exmano derecha en la cámara baja dio pie al primer cisma interno de una formación bunkerizada ante la opinión pública. El dilema: un progresivo arrinconamiento del partido hacia las tesis más extremas, sustentadas en la extrema derecha tradicional; dejando de lado las metas fundacionales: neoconservadurismo duro en lo social -inmigración o derechos individuales- y neoliberal en lo económico.

El carisma de Espinosa de los Monteros parecía no tener suplencia directa, como no lo tuvo la de Olona con los nombramientos de Inés Cañizares -ya fuera del Congreso- como portavoz adjunta del Grupo a mitad de la pasada legislatura y de José María Figaredo -que se mantiene- como secretario general. Sin embargo, los dos primeros plenos desarrollados en las Cortes han dejado patente el aval de los diputados ultraconservadores a la nueva portavoz: María José Rodríguez de Millán (Cabra, Córdoba, 1995).

Días previos a la apertura de la XV Legislatura, Santiago Abascal daba a conocer su decisión para suplir a su amigo y compañero de batallas desde el inicio; cuando una corriente del PP se sentía huérfana de ideas por el empeño del Gobierno de Mariano Rajoy -se justificó- de centrar su primera gestión desde Moncloa en la economía. Ello en un contexto de crisis. La elegida era Pepa Millán, quien se imponía a los perfiles que entraban en todas las quinielas desde la renuncia de Espinosa de los Monteros. A Ignacio de Hoces, vicesecretario de Institucional y respaldo de Jorge Buxadé -se vio en la negociación de gobierno en Extremadura-, el vicepresidente político; a María Ruiz, 'dos' del secretario general Ignacio Garriga, y vicesecretaria de Organización. Dos representantes del ala dura de Vox. También al propio Figaredo, quien ha hecho pinitos para escalar en la organización.

Abascal justificó el nombramiento lanzando una perspectiva de regeneración de la marca, y queriéndose abrir mucho más al votante joven, que ya predomina en Vox en contraste con el PP. Pero también como muestra de reconocimiento por la labor de Millán en el Senado, como portavoz de las siglas dentro del Grupo Mixto durante el último año. "Hay cantera, equipo y futuro"; Millán cantó "las cuarenta" a Sánchez, dijo el líder de Vox en agosto, refiriéndose a cada sesión de control o a las comparecencias del presidente del Gobierno protagonizadas en la cámara alta. Pero en especial a la del 6 de septiembre del año pasado, cuando Sánchez acudió al Senado a explicar el decreto energético, de sostenibilidad económica, aprobado por real decreto ley a principios de agosto y convalidado ya en las Cortes. Allí Millán, tirando de argumentario de la formación -en lo que se refiere a la autonomía energética y productiva, y el "fanatismo climático"-, demostró maneras de portavoz: "Su Gobierno y usted son el problema".

Graduada en Derecho por la Universidad de Sevilla, complementó sus estudios con un máster de acceso a la abogacía en la Universidad Pablo de Olavide. Ha opositado, además, para el cuerpo de registradores de la propiedad. Su vinculación con Vox se inicia en el Parlamento de Andalucía como asesora en el ámbito de Empleo en la legislatura anterior, durante el primer gobierno de Juanma Moreno. En las últimas elecciones, fue de número dos en la lista de Córdoba. No logró escaño, pero por la ley de paridad y por las designaciones de senadores autonómicos de PP y PSOE, Jacobo González-Robatto, ahora diputado por Granada, no pudo repetir y eso dio paso a Millán. Tras ese paso por la cámara, Millán se ha ganado la confianza de la dirección de Vox. Tanto, que de cara a las últimas elecciones, fue situada quinta en las listas por Madrid.

La portavoz más joven del Congreso

Una legislatura más, las Cortes vuelven a contar con la presencia de diputados muy jóvenes. Es el caso de Millán, de 28 años. Pero también de Jorge Pueyo de Chunta Aragonesista integrada en Sumar, con la misma edad. La socialista Ada Santana, de 25 años, es la más joven de este curso político recién iniciado.

Es la portavoz parlamentaria más novel de la historia del Congreso. Solo ligeramente por encima de Irene Montero"

Pero en el caso de Millán, su designación supone un récord. Es la portavoz parlamentaria más novel de la historia del Congreso. Solo ligeramente por encima de Irene Montero, que lo fue en 2017 del Grupo Confederal de Unidas Podemos con 29 años recién cumplidos cinco días antes. Hasta el momento, sobre todo desde la ruptura del bipartidismo y la entrada de nuevas formaciones, todos los portavoces históricos superaban la treintena. Hay excepciones, pero en categorías inferiores. Precisamente Pueyo, del CHA, es adjunto en el Grupo Plurinacional de Sumar.

Precisamente, Millán y Pueyo han protagonizado la primera bronca entre Vox y un representante de la izquierda. Y a cuenta del debate de uso de lenguas cooficiales que se ha debatido esta semana. Vox, contrario a ese uso, dado que considera que desprotege al castellano, "la lengua común", y que no tiene cabida constitucional en el Congreso al ser idiomas regionales y utilización particular en Cataluña, Galicia o País Vasco, protagonizaba un discurso duro contra el PSOE y sus socios. En aragonés, y desde su escaño, Pueyo replicaba que "no hay una lengua en común, sino muchas". Y denunciaba "represión en el colegio" por no poder "charrar" en esa lengua. Millán, en su turno de réplica a la propuesta de PSOE y sus socios para el empleo de lenguas, se refería a él.

"Tiene mi edad, nació en los 90. ¿De qué represión habla? ¿Usted se cree que estamos aquí para darle apoyo porque un profesor le tenía manía en el colegio? No se preocupe, luego le damos un abrazo si quiere", le espetó Millán seguido de un aplauso de su bancada. Pueyo, como respuesta, pedía "respeto" y negaba que fuesen "tontadas", como apuntaba que la bancada de Vox le lanzaba en ese momento.

La próxima prueba de Millán será el debate de investidura que acoge el Congreso este martes y miércoles, con una segunda votación por mayoría simple el viernes. Aunque Abascal previsiblemente intervendrá, no se descarta tampoco que Millán lo haga. El trámite al que se somete Alberto Núñez Feijóo apunta a fracaso, y entonces se abrirá paso a Sánchez para intentar una reelección que pasará por una amnistía a petición de Junts y ERC. Vox, a sabiendas de que si hay gobierno no pasará por la derecha, ya prepara una dura oposición contra el PSOE, pero también contra el PP por si hay repetición electoral. Y en ello, Millán y sus intervenciones desde la tribuna de oradores será clave.