El deseo de Pedro Sánchez y de su partido de lograr la investidura esta semana ya queda, salvo carambola no imprevista, sepultado. Los socialistas asumen que, como no se ha cerrado todavía el acuerdo con Junts, no hay tiempo material para convocar ya el pleno en el Congreso.

Fuentes de la dirección socialista señalaban este miércoles que con una "alta probabilidad" la investidura podría ser la semana que viene, dando por hecho que ya no hay opciones para los próximos días. Dado que la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, puede convocar la sesión incluso con solo 24 horas de antelación —el antecedente más cercano es el de Ana Pastor en octubre de 2016—, el pacto debería cuajar antes del viernes para que el pleno pudiera celebrarse en el fin de semana. Y este sábado el presidente en funciones acudirá, está ya confirmado, al Congreso del Partido de los Socialistas Europeos (PES), en Málaga. De hecho, Ferraz venía manifestando que su voluntad era que Sánchez llegara a esa cita ya investido, reforzado al recibir la confianza de la Cámara baja. No podrá ser. La Mesa del Congreso habilitó sábados, domingos y festivos para poder encajar el pleno en cualquier momento, pero en el PSOE ya se resignan, por tanto, a que la sesión pase a la próxima semana.

Junts señala que el acuerdo se puede retrasar unos días más y que aún hay margen para alcanzar el acuerdo

La cúpula insiste en que la negociación sigue sin pausa en Bruselas, y de hecho quien pilota el diálogo en la capital comunitaria, Santos Cerdán, el secretario de Organización del partido, alargó ya una noche más su reserva en el hotel de la ciudad donde se aloja con su equipo desde el pasado domingo, informa EFE. La expectativa es que el diálogo se pueda rematar pronto, incluso este jueves y viernes, pero no hay certidumbre todavía. Antes del debate, no obstante, se tiene que sellar el pacto y registrar la ley de amnistía, que firmarán todos los grupos que prevén dar su confianza al candidato socialista.

Por parte de Junts continúan en Bruselas, además del expresident Carles Puigdemont, la presidenta de la formación, Laura Borràs; el secretario general, Jordi Turull —quien tendría que firmar el acuerdo con Cerdán—, y la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, quienes esta mañana, informa la misma agencia, se encontraban esta mañana reunidos en la Eurocámara.

Desde Junts también insistían en que el acuerdo se puede retrasar unos días más y en que aún hay tiempo para alcanzarlo, ya que es el 27 de noviembre cuando vence el plazo de dos meses que la Constitución da al Congreso desde la primera votación fallida de investidura. Si se llegase al límite, que es la sospecha que algunos dirigentes socialistas tienen, Armengol tendría hasta el jueves 23 de noviembre para convocar el pleno. Este podría desarrollarse el viernes 24 y el sábado 25, con la previsión de una segunda votación —no haría falta, porque Sánchez saldría elegido en primera ronda, con mayoría absoluta— el lunes 27.

Las protestas, dice Sánchez, no lograrán "amedrentar a los socialistas": no reculará con la ley de amnistía

El presidente en funciones, mientras, visitó este miércoles la sede federal de su partido en la madrileña calle de Ferraz, epicentro de las protestas ultras y violentas contra la ley de amnistía de los últimos días. Quería dar calor a los trabajadores de la casa y mostrarles su "indignación ante la violencia que se está usando para intimidar" al PSOE. Pero esos ataques no lograrán "amedrentar a los socialistas", avisó, en una clara señal de que no dará marcha atrás con la ley de amnistía por mucho que le apunte la derecha.

"Si algo demuestran estos días tan aciagos, tan frustrantes y tan indignantes que estamos pasando es la necesidad de que [la investidura] salga adelante, de que este país sea gobernado por el PSOE desde la razón y principios que siempre hemos defendido: la libertad, la democracia, los derechos y la convivencia", les dijo, en un vídeo difundido por la dirección. Daba entender a los trabajadores de Ferraz que la inflamación social que ha calentado la derecha no hace más que reforzar la presión de la izquierda para que se logre amarrar un nuevo Gobierno pronto. Pero esa meta todavía no tiene fecha.