La expectativa de pacto de PSOE y Junts retorna. Y esta vez Carles Puigdemont podría estar ya a punto del definitivo a la investidura de Pedro Sánchez. Más aún, las dos partes podrían anunciar su alianza en las próximas horas, este jueves, si nada se vuelve a torcer. Desde la dirección del PSOE señalaban a última hora de este miércoles que se sigue trabajando para pulir la redacción de la ley de amnistía, pero que el acuerdo político con los posconvergentes está "cerrado", mientras en Junts respondían con el silencio, evitando un desmentido.

Los socialistas, eso sí, se aferran a la prudencia, porque también creyeron tenerlo todo listo el jueves de la semana pasada —pero la firma del trato con ERC molestó a los posconvergentes— y el domingo por la noche, y finalmente Junts pisó el freno. "Llevamos tiempo muy cerca y seguimos hablando a esta hora [por esta madrugada]", advertían desde la cúpula socialista.

"Llevamos tiempo muy cerca y seguimos hablando a esta hora [por esta madrugada]", advertían desde la cúpula socialista este miércoles por la noche

El pacto lo firmarían en Bruselas Jordi Turull, secretario general de Junts y hombre de la confianza del expresident Carles Puigdemont, y Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE. Ambos se desplazaron el domingo a la capital belga, cuando también las conversaciones estaban rodeadas de optimismo. Desde entonces, las dos delegaciones se han intercambiado papeles y han trabajado por separado, sin ninguna reunión física entre ambas. El exjefe de la Generalitat ha estado acompañado por la presidenta del partido, Laura Borràs, y la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, mientras que Cerdán ha tenido a su lado a quien es su adjunto en Ferraz, Juanfran Serrano, y su coordinador en Organización, Eladio Garzón.

El 'expresident' catalán Carles Puigdemont, este 8 de noviembre de 2023 en el Parlamento Europeo, en Bélgica. EFE / EPA / OLIVIER MATTHYS

La rúbrica pondría en marcha todo el engranaje hacia la investidura. El PSOE ya asumía este miércoles que no podrá celebrarse esta semana, pero sí podría ubicarse a comienzos de la que viene —lunes 13 y martes 14, o martes 14 y miércoles 15—, una vez que se registre la ley de amnistía. Será la presidenta del Congreso, Francina Armengol, la encargada de anunciar la fecha después de hablarlo con el candidato socialista.

También un mediador

En la cúpula del PSOE indicaban a última hora del miércoles que lo que ya está "cerrado" es el acuerdo político con Junts. Es decir, el documento que sentará las bases de su relación a partir de ahora, y que seguramente tendrá como puntos fuertes el reconocimiento de la identidad nacional de Cataluña y la presencia de un mediador que verifique el cumplimiento del pacto, figura que ya está presente en el acuerdo rubricado con ERC la semana pasada.

Junts quiere una amnistía ampliada, que cobije a personas del círculo de confianza del 'expresident' Carles Puigdemont

Lo que estaría pendiente de una última revisión, según precisaban desde la dirección socialista, sería la ley de amnistía, cuya redacción es la que ha centrado las discusiones entre los dos partidos en los últimos días. Puigdemont quería que se perfilara bien el alcance, que se ampliara el perímetro de la misma, para que acoja casos no directamente vinculados con el procés, para que quedaran bajo su cobijo personas de su círculo de confianza, como su mano derecha, Josep Lluís Alay, imputado por el caso Voloh —que investiga el presunto desvío de fondos públicos para actividades ligadas al proceso soberanista— y ahora también por la causa por terrorismo de Tsunami Democràtic, o su abogado, Gonzalo Boye. El texto que finalmente se presente permitirá ver si de alguna manera el PSOE acepta que la ley recoja una definición más o menos amplia de la lawfare, la guerra sucia judicial con intereses políticos que tanto obsesiona a Puigdemont. Para el PSOE, es capital afinar el texto para que pase el corte del Tribunal Constitucional.

Mientras, el presidente en funciones va dando muestras de que no variará su hoja de ruta. De que las protestas ultras de los últimos días no le intimidan ni a él ni su partido. Es más, le refuerzan en su propósito de sacar adelante la ley de amnistía en pos de la "convivencia".

Ocurrió el martes. Cerca de la medianoche, Sánchez lanzó un mensaje en X, después de que la manifestación en Ferraz derivara en una batalla campal, con seis detenidos y cerca de 40 heridos. Una marcha en la que participaron unas 7.500 personas, según la Delegación del Gobierno, protagonizada por grupos neonazis y de extrema derecha que actuaron de modo "perfectamente orquestado", según la Policía Nacional. "No esperamos nada de quienes por acción u omisión apoyan el asedio a las casas del pueblo socialistas. Su silencio les retrata. El avance social y la convivencia merecen la pena. No quebrarán al PSOE". Las dos últimas aseveraciones marcaban el camino: la dupla del progreso social y la "convivencia" como ejes de la acción del futuro Ejecutivo, y la promesa de que nada "quebrará" al partido.

Un mensaje que reforzó este miércoles a través de varios gestos. Uno primero, por la mañana, cuando acudió a la sede federal, en la calle de Ferraz, para dar calor a los trabajadores del PSOE. "Si algo demuestran estos días que estamos pasando, tan aciagos, tan frustrantes y tan indignantes evidentemente es la necesidad de que salga adelante, de que este país sea gobernado por el PSOE desde la razón y principios que siempre hemos defendido: la libertad, la democracia, los derechos y la convivencia", sostuvo. Es decir, que la inflamación social calentada por la derecha y la extrema derecha no hacen más que apuntalar esa "necesidad" de que España tenga al frente de nuevo un Gobierno de coalición de PSOE y Sumar. Dicho de otro modo, frente a la apuesta de la convivencia, la algarada que propician las derechas, según su lectura. En el vídeo difundido por el partido, el presidente en funciones subrayaba el intento de "intimidar" al PSOE con los actos de los últimos días, pero advirtió a la vez de que no lograrán amedrentarles.

"Hechos inaceptables"

El segundo gesto lo dirigió Sánchez hacia su militancia, en una nueva carta [aquí en PDF]: "Hechos como los que estamos viviendo nos reafirman, con más fuerza si cabe, en la necesidad de sacar adelante un Gobierno de coalición progresista. Un Gobierno que siga actuando desde la razón y la defensa de los principios de convivencia, libertad y democracia que reclama y comparte la inmensa mayoría de la sociedad española".

Hechos como los que estamos viviendo nos reafirman, con más fuerza si cabe, en la necesidad de sacar adelante un Gobierno de coalición progresista", señala Sánchez a las bases del partido

La lectura de Sánchez coincide con la de la dirigencia socialista. Las manifestaciones de estos días, algunas violentas, junto con los ataques a las sedes, han logrado reagrupar al partido, como era esperable. Convencerle de que la salida es la amnistía, por muy controvertida y difícil de digerir que sea. Y persuadirle de que lo que está detrás es el intento de la derecha de boicotear la reelección del líder socialista.

"Se trata de hechos inaceptables —escribe Sánchez—, provocados por la frustración de una ultraderecha que convoca y una derecha que mira para otro lado, cuando no justifica. El pasado 23 de julio, los españoles dijeron no a un Gobierno de PP y Vox, y dijeron a cuatro años más de progreso y convivencia. Ese fue el mandato de las urnas. Un mandato cuestionado por quienes se niegan a aceptar los resultados electorales cuando no son de su agrado". El presidente reitera que lo que sucede en España ya se ha visto en otras democracias del mundo, no solo en Europa, sino en países como EEUU, Brasil o Argentina, "episodios lamentables" de una derecha tradicional que acaba siendo "devorada" por los sectores más ultras. Unos, con sus "actos", y otros, con su "silencio cómplice", "son responsables de un ataque dirigido no solo contra el PSOE sino contra la democracia y la Constitución". El PP solo condenó este miércoles, tras los fuertes disturbios del martes en Madrid, la violencia de las protestas radicales.

Así, el secretario general mandó un mensaje de "solidaridad y cariño" a todos los militantes del PSOE, porque han sido "fundamentales" para "frenar la ola reaccionaria en España" el pasado 23-J. "Hoy más que nunca, estoy convencido de que lo haremos posible", de que será posible armar un nuevo Gobierno de coalición progresista, concluye la misiva.

El PSOE, por tanto, no dará marcha atrás. Algo que estaba claro antes de estas concentraciones ultraderechistas. Cuando el presidente defendió la amnistía ante el comité federal y dos días después el partido difundió la foto de la reunión de Cerdán con Puigdemont en Bruselas la señal era evidente: el pacto estaba muy hecho y la investidura quedaba a un palmo. Junts, sin embargo, en competencia feroz con ERC, decidió sin embargo pulsar el botón de pause durante unos días. Paréntesis que puede concluir este jueves.

La firma, si cuaja, llegará precedida de una última polémica. La carta que el comisario de Justicia, Didier Reynders, envió a los titulares de la Presidencia y Justicia en funciones, Félix Bolaños y Pilar Llop, para requerirles información detallada de la ley de amnistía. Bolaños, hombre clave en las negociaciones de investidura, firmó el escrito de respuesta en la tarde del miércoles [aquí en PDF]. El ministro recuerda al político belga que el Gobierno se encuentra en funciones, por lo que no puede remitir a las Cortes proyectos de ley, así que cualquier proposición de ley que pueda registrarse en el Congreso "partirá de los grupos parlamentarios y no del Consejo de Ministros".

Bruselas quiere información detallada de la ley y Bolaños se escuda en que la abordarán los grupos, pero asegura al comisario que el Gobierno se la explicará

"No obstante", prosigue, "en caso de registrarse una proposición de ley de amnistía, tenga la seguridad de que le explicaremos a usted y a la vicepresidenta Věra Jourová "todos los detalles de esa ley, así como la posición" del Ejecutivo. Bolaños termina confiando en que la próxima reunión entre ambos sirva para "impulsar la necesaria renovación del Consejo General del Poder Judicial" —el otro asunto que incluye Reynders en su carta— y para que conozca la "apuesta del Gobierno por la definitiva superación de una grave crisis institucional, política y social que se vivió en Cataluña". La apuesta, por tanto, es firme. Y lo sucedido en los últimos días no hace, para Sánchez, sino reforzarla.