Los dos partidos, PSOE y Junts, siguen distanciados, las desconfianzas y los recelos mutuos no se han vencido, pero en Ferraz creen que la alianza con los posconvergentes, la que permitió la investidura de Pedro Sánchez a cambio de la ley de amnistía y una negociación con verificador internacional, es más sólida de lo que podría pensarse. Y no tienen miedo, tampoco en la Moncloa, de que Carles Puigdemont gire el pulgar y apoye una hipotética moción de censura con el PP. Directamente, esa opción no es imaginable en el círculo del presidente del Gobierno. Ese amago de los independentistas, creen, es escenificación, "teatro", para automáticamente mirar hacia el PP e interpelarle qué relación mantienen en Europa con el expresident de la Generalitat.

La advertencia de Puigdemont llegó hasta el Congreso este miércoles procedente de Bruselas. El prestigioso diario europeo Politico publicó que, en el curso de su cena de gala del martes por la noche, el exjefe del Govern llegó a afirmar que Junts estaría dispuesto a retirar el apoyo a Sánchez "si no hay avances suficientes" en las negociaciones para la independencia de Cataluña. Es más, que estaría dispuesto a trabajar con el PP para tumbar al líder socialista a mitad de mandato. "Podríamos votar con el PP para derribar el Presupuesto o por una resolución sobre Israel, donde nuestra posición en realidad está más alineada" con la formación de Alberto Núñez Feijóo, dijo el expresident a Politico.

Puigdemont podría valorar una moción si pudiera acordar con el PP un jefe del Ejecutivo independiente. "Pero el PP debe dar un paso hacia nosotros. No pueden seguir tratándome como un terrorista", alega

Pero, siempre según la publicación, Puigdemont podría incluso valorar dar su respaldo a una moción de censura contra el Gobierno de coalición progresista si pudiera acordar con el PP un jefe del Ejecutivo independiente. "Pero, para eso, el PP debe dar un paso hacia nosotros... No pueden seguir tratándome como un terrorista", observó. Ese hipotético acuerdo entre Junts y el PP se lo planteó Puigdemont al jefe del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, después de aunque ambos entraran en la lista anual de Politico de las 28 personas más poderosas de Europa, en la que ambos figuran entre los nueve disruptivos: el catalán en segundo lugar y el dirigente alemán, en el quinto.

Cuando la noticia de Politico llegó a la Cámara baja —acogía la solemne sesión de apertura de las Cortes de la XV Legislatura, presidida por el Rey—, en el equipo de Sánchez insistieron de inmediato en que no creen que Junts llegue a conchabarse con el PP. En la Moncloa y en Ferraz defienden que los posconvergentes han recorrido un camino también duro para ellos, porque venían de negar todo tipo de acuerdo con el PSOE y de abanderar un discurso irredentista para, al final, pactar con Sánchez. Un trayecto que antes había recorrido ERC, a quien Puigdemont había fustigado sin piedad en todos estos años. Esa apuesta se ha ido tejiendo durante meses, aducen, y no va a implosionar a la primera de cambio.

"Es teatro" por parte de los posconvergentes, resuelve uno de los pesos pesados del nuevo Gobierno. Escenificación. En el PSC, la percepción que trasladan varios dirigentes de primer nivel, es la misma: "No" es creíble la amenaza de Junts de aliarse con el PP en caso de que los socialistas incumplan lo acordado. "Para nada", apuntala un rostro muy conocido del partido hermano. "En ningún caso", indican fuentes muy próximas al primer secretario, Salvador Illa. "No se lo pueden permitir. Ellos ya están como ERC, mal que les pese", anudados a los socialistas, asegura otro alto cargo con asiento en el Congreso. Y es que los independentistas necesitan que el Ejecutivo siga adelante, como poco, hasta que se tramite la ley de amnistía, y el proceso durará meses.

Se dejó claro el compromiso de sostener al Gobierno en función del cumplimiento de los acuerdos", dice Junts

Para respaldar su incredulidad, en la Moncloa se remitían directamente al mensaje que trasladaron fuentes de Junts después de la publicación de la noticia por parte de Politico. El partido señaló que Puigdemont y Weber mantuvieron una conversación informal de pie durante unos minutos, en la que hablaron del pacto de investidura firmado con el PSOE y en la que "se dejó claro el compromiso de sostener al Gobierno del PSOE en función del cumplimiento de los acuerdos".

"Preparado para muchos disgustos en las votaciones"

Ambos "también comentaron la situación de la derecha y la ultraderecha europea", "y en ningún caso se formularon propuestas formales y menos aún se estableció ninguna negociación para escenarios que, como remarcó el presidente Puigdemont, pertenecen a la política ficción mientras se mantenga la actual actitud del PP en relación con Cataluña y la connivencia con Vox".

Un portavoz de Weber sí confirma que el 'expresident' sí le planteó la vía de una alianza con el PP para una moción de censura en esta legislatura

Sin embargo, un portavoz de Weber sí confirmó, informa EFE, que el expresident sí le planteó la posibilidad de aliarse con el PP en una hipotética moción de censura en esta legislatura, aunque rechazó comentar el resto de la conversación entre el periodista de Politico y el dirigente independentista porque ya no estaba él presente. También el eurodiputado de Junts Toni Comín advirtió esta semana en una entrevista en el diario Ara de que el PSOE debía estar "preparado para tener muchos disgustos" en votaciones en el Congreso si no llegaba a acuerdos con su partido. "No hay ninguna obligación de aprobarle nada [al PSOE], ni Presupuestos, ni decretos, ni leyes, si en estos meses no se avanza", dijo. Así que la legislatura, pronosticó, será "difícil, con unas negociaciones duras".

El líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, junto al presidente del PPE en el Parlamento Europeo, Manfred Weber (c), y la portavoz del PP en la Eurocámara, Dolors Montserrat (i), durante la conferencia del PPE celebrada el pasado 27 de noviembre de 2023 en Barcelona. EFE / DAVID MUDARRA

En Ferraz no quieren dar más hilo a la cometa, pero en cambio sí apelan al PP. "Sobre este asunto", señalan en el cuartel general de los socialistas, "nos resulta más interesante conocer la opinión de Feijóo sobre la conversaciones, ya que su jefe europeo al que pasean por España [Weber] parece tener una muy buena relación con Puigdemont. Y también nos interesa saber si Feijóo va a negociar con Junts estas cuestiones. Le toca mover ficha al líder del PP".

Feijóo reitera que pudo "gobernar con Junts, pero no podía aceptar las condiciones" que le ponía, porque "son ilegales" y "atentan contra la Constitución"

Feijóo fue preguntado por los informadores en Madrid. El jefe de los conservadores insistió en que, como ha venido alegando, él pudo "gobernar con Junts, pero no podía aceptar las condiciones" que le ponía porque "son ilegales", "atentan contra la Constitución" y "atentan contra la igualdad de los españoles". "No he cambiado de posición. Por consiguiente, la respuesta es que no es posible, porque sí, yo creo en la unidad de mi país, creo en la Constitución española y eso es incompatible con las actuales exigencias de Junts", respondió a los medios a su llegada a la sesión de apertura solemne de la XV Legislatura en el Congreso, informa Europa Press. Para Feijóo, queda demostrado que "fue posible" que él fuera presidente, pero él no puede "aceptar lo que el señor Sánchez ha aceptado". "A mí no me nombra presidente del Gobierno el señor Puigdemont, al señor Sánchez sí", añadió.

Opacidad total

La noticia de las palabras del expresident en Bruselas se solaparon con la confirmación de que la primera reunión negociadora tras la investidura de PSOE y Junts se celebrará este sábado, 2 de diciembre, en Ginebra, apenas dos días más tarde del plazo que se consignaba en el acuerdo suscrito por las dos formaciones.

El próximo sábado, 2 de diciembre, se celebra la primera reunión negociadora, y será en Ginebra y con mediador. Las dos partes pactan no identificar al verificador

No hay detalles de esa cita (ni hora, ni lugar concreto) ni los habrá, tampoco de quién es el verificador internacional que acompañará todo el proceso, porque las conversaciones discurrirán en medio de una enorme opacidad. Las negociaciones, se escudan los socialistas, serán "discretas" —como lo fueron las que condujeron a la investidura— y los acuerdos o avances sustanciales, "transparentes". La previsión, no obstante, es que no se alcancen consensos en este primer encuentro. Los dos partidos ocultan por completo la identidad del mediador internacional, que podría ser no una persona, sino una organización.

El propio Santos Cerdán, secretario de Organización socialista, quitaba importancia al encuentro en unas brevísimas declaraciones a los medios. "Es una reunión de trabajo, nada más. Cuando hicimos el acuerdo, anunciamos que habría reuniones de este tipo, no es la primera ni va a ser la última. Por tanto, no hay que dar más importancia a una reunión de trabajo", apuntó. Él será quien viaje hasta la ciudad suiza, y por Junts, además de Puigdemont, probablemente estarán Jordi Turull, el secretario general, y el exconseller Toni Comín.

En la Moncloa apuntan que hay que ser conscientes de que la dificultad del encaje de Cataluña no acabará nunca, porque ha resurgido con cada generación. Igual que los conflictos raciales son recurrentes y recorren la historia de Estados Unidos, también el problema territorial es consustancial al devenir de España, por lo que no se hallará, probablemente, una salida definitiva. Es esa, a fin de cuentas, la "conllevancia" orteguiana: el problema de Cataluña es irresoluble y, por tanto, decía el filósofo, solo cabe conllevarlo.