No le están saliendo bien las cosas a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, desde el punto de vista orgánico y político. Primero fue la ruptura de Podemos con el Grupo Plurinacional de Sumar, luego la negativa de las bases moradas a ir juntos de la mano en las elecciones gallegas del 18 de febrero, más tarde, el rechazo a su decreto sobre el subsidio de desempleo y, ahora, las trabas para el que iba a ser el comienzo de la puesta de largo de la formación magenta, el 23 de marzo próximo.

Porque lo que estaba destinado a constituirse en asamblea fundacional de Sumar, superando el estadio de Movimiento Sumar, no será más que "una asamblea política" en la que la formación magenta seguirá funcionando como lo que es ahora, es decir, una marca bajo la que unirse en elecciones con otras formaciones que mantendrán sus respectivas siglas en cada uno de sus territorios y compartir estrategia parlamentaria en el Congreso de los Diputados… y no siempre. La empresa que se había propuesto Díaz no dejaba de ser titánica y los socios no le han puesto las cosas fáciles. "Ya se ha visto que no hay condiciones", indican a El Independiente fuentes conocedoras de la marcha de las frustradas negociaciones.

Salvo en el caso de Más País, ya casi diluida en Sumar, todos y cada uno quieren mantener su propia personalidad y siglas. Desde los "grandes", como los comunes, hasta los más pequeños, como Chunta o Drago, se resisten a desaparecer. Tras la primera deserción de Podemos, convertida posteriormente en ruptura al emigrar los cinco diputados morados al Grupo Mixto, se produjo la de Compromís, que decidió no formar parte del grupo promotor de la Asamblea, y aunque el resto se ha incorporado a los trabajos "no habrá más estatutos que los de Sumar ni se crearán núcleos duros de los promotores", significa que no habrá una dirección que aúne a todos ni unas normas que afecten al funcionamiento interno de cada partido.

No habrá más estatutos que los de Sumar ni 'núcleos duros' de los promotores

En definitiva, apuntan otras fuentes consultadas por El Independiente, "la soberanía de las organizaciones sigue intacta" y aunque el modelo a seguir "sería el de IU" en 1986, lo cierto es que se acabó imponiendo el PCE al ser la única de las formaciones políticas de esa alianza que tenía representación en las instituciones frente a otras como Izquierda Republicana o el Partido Humanista que formaron parte del embrión de IU. El gran problema para Díaz es que los comunes, Compromís o Más Madrid tienen ya cuotas de poder que defender en cada uno de sus territorios y Sumar no deja de ser la recién llegada.

Hasta IU ya adelantó su negativa a integrarse en Sumar. Ahora está más pendiente de su propia Asamblea Federal en mayo para elegir al sustituto de Alberto Garzón, que ha dejado la primera línea política. La ecuación se resuelve entre dos nombres, el de la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, y secretario general del PCE, Enrique Santiago.

En diciembre pasado la Coordinadora federal de IU puso negro sobre blanco que Díaz debía "aclarar si se pretende construir un espacio amplio con participación de personas y de organizaciones políticas que permita construir procesos de participación popular o si, por el contrario, se pretenden reproducir esquemas de partidos clásicos con mecanismos que no favorecen la participación de personas y de las organizaciones". A la primera fórmula se apuntaban, a la segunda no. En definitiva, la idea de la también ministra de Trabajo de convertir Sumar en una especie de partido paraguas por encima del resto de las organizaciones, se ha demostrado fallida.

El documento político que elabora Errejón

Por ello, el texto político en el que trabaja Íñigo Errejón "estará más centrado en las perspectivas de la legislatura y el papel de Sumar como miembro del Consejo de Ministros", según las mismas fuentes solventes.

El pasado día 14 la vicepresidenta celebró un acto con los otros cuatro ministros cuyas respectivas formaciones se presentaron a las elecciones del 23-J bajo las siglas de Sumar. Acaso ya era consciente de las dificultades al hablar no tanto de partido como de movimiento. "Vamos a pensar en un movimiento democrático, ciudadano y transformador. Los cien y las cien del grupo promotor de Sumar vamos a pensar una herramienta organizativa diferente… y a los que venís de formaciones políticas diferentes os doy las gracias". Compromís ni siquiera se sumó al grupo promotor -donde sí están integrados los otros partidos- ni asistió a este acto para dejar clara la independencia de sus siglas, pero los demás, a pesar de sus buenas palabras, no quieren desaparecer en Sumar.

No será porque Díaz no haya puesto a lo mejor de su equipo en esta empresa. El que fuera su director de gabinete durante la legislatura pasada, Josep Vendrell, es ahora el coordinador ejecutivo de Sumar, responsable de una especie de ejecutiva provisional de la que también forman parte Ernest Urtasun (cuota comunes pero cada día más identificado con Sumar, del que es portavoz) , María Eugenia Rodríguez Palop y Elizabeth Duval, por parte de los magentas, además de las ministras Mónica García y Sira Rego, así como Enrique Santiago y Gerardo Pisarello, entre otros, pero las diferencias han sido insuperables.

Errejón, Santiago y Vidal, la terna para la portavocía

La líder de sumar debe tomar además, otra decisión de calado en breve: quién sustituye a Marta Lois en la portavocía del Congreso de los Diputados. La semana que viene, como muy tarde, deberá anunciar al sustituto pues la campaña gallega arranca el 3 de febrero. Han ido saliendo distintos nombres en las quinielas, muy especialmente el de Errejón, a quien la estampida de Podemos al Grupo Mixto le allana el camino. IU apuesta por Enrique Santiago pero también coge fuerza el nombre de Aína Vidal, de los comunes. Lois nunca fue de la satisfacción de la mayoría de los socios de Sumar, que la querían en Galicia, aunque lo cierto es que acabó de candidata a la Xunta por el autodescarte de otros dirigentes gallegos que le dijeron "no" a Díaz.