La campaña del 18-F se va apagando y la incertidumbre planea como pocas veces en Galicia. El camino hacia las urnas del PP ha sido más que accidentado por tiros en el pie de su líder. Pero tampoco está siendo sencillo para los socialistas, instalados con seguridad, según todas las encuestas, en la tercera plaza y a una grandísima distancia del BNG y, además, con el riesgo de caer por debajo de su peor resultado histórico, los 14 escaños de 2020. En Ferraz y en el PSdeG, no obstante, confían en que acabe impactando a su favor el sorpresivo giro de Alberto Núñez Feijóo. Es decir, que acabe ayudando la confesión de un alto dirigente del PP, en un almuerzo informal con periodistas el pasado viernes, de que la amnistía se analizó 24 horas en el marco de las conversaciones con Junts, de que el líder del PP se abría a un indulto condicionado a Carles Puigdemont y de que veía "dificultades" para probar que el expresident cometió actos de terrorismo. Un triple salto mortal respecto al discurso del PP de los últimos meses, que ha pivotado en exclusiva en torno a la crítica absoluta a la medida de gracia impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez.

Ya estaba en la agenda del PSOE que el propio presidente volvería a Galicia el jueves 15 de febrero, a A Coruña, y el viernes 16 al cierre en Santiago. Su último mitin en la comunidad fue el pasado sábado, el día 10, horas antes de explotase la bomba informativa del PP. Así que ahora su reaparición en la campaña gallega, recuerdan en el partido, está rodeada de una mayor expectación. Porque Sánchez aún no ha hecho ninguna valoración pública de lo ocurrido. Sí sus lugartenientes en el PSOE y en el Gobierno, pero no él.

En estos días de campaña se ha sumado el expresidente Zapatero: este martes en Lugo, el pasado domingo en Ferrol y la semana pasada en A Coruña

El presidente llevará el peso de la campaña en el último repecho, el jueves y viernes. Pero este miércoles quien pilotará el discurso federal será la número dos del partido y del Ejecutivo, María Jesús Montero. Ella estará presente todo el día en Galicia. Primero, en una reunión con colectivos feministas en A Coruña, acompañada, entre otros dirigentes, por la presidenta del PSdeG, Carmela Silva, y la alcaldesa de la ciudad, Inés Rey. Luego, Montero participa en una comida-mitin en Carballo con el líder coruñés del partido, Bernardo Fernández Piñeiro, portavoces de la comarca de Bergantiños y miembros de la candidatura.

Más tarde, la vicepresidenta primera visita la localidad de Vimianzo y concluye la jornada con un mitin en As Pontes con el líder del PSdeG, Valentín González Formoso, y Montse García Chavarría, candidata por la provincia de A Coruña. No estará Montero con el cabeza de cartel socialista a la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, porque él acude por la noche al debate electoral en TVE con la aspirante del BNG, Ana Pontón. Debate al que no asistirá —y tampoco irá nadie de su partido— el presidente de la Xunta y candidato del PP, Alfonso Rueda.

Al presidente y Montero se ha sumado en los últimos días —el domingo en Ferrol, ayer martes en Lugo y la semana pasada, el día 6, en A Coruña— José Luis Rodríguez Zapatero. El expresidente no repetirá, en principio, este próximo viernes, en el cierre de campaña en Santiago, como estaba previsto, aunque la planificación no está totalmente cerrada, según indican desde la cúpula del PSdeG. Lo que sí está claro es que Sánchez sí será el protagonista del último día de campaña en la capital gallega.

"Cada dos minutos cambia"

El exjefe del Ejecutivo ya fue el encargado el domingo de abrir fuego contra el PP. Entonces habló de la "gran infamia" de Feijóo, la "histórica hipocresía" de la derecha. Ayer, en Lugo, continuó animando a los suyos, y esta vez tirando también de sarcasmo: "Están los guionistas de Netflix preparados para hacer una serie con la comida de Feijóo". "Es impresionante, cada dos minutos cambia", se carcajeó Zapatero, intentando contrarrestar la erosión que lleva Sánchez a sus espaldas precisamente por esos bruscos virajes discursivos, como el que concierne a la amnistía, que negó radicalmente antes de las generales del 23-J.

Están los guionistas de Netflix preparados para hacer una serie con la comida de Feijóo". "Es impresionante, cada dos minutos cambia", ironiza Zapatero

Y es que este martes comenzó torcido para el PP. La número dos de ERC, Marta Rovira, aseguró en SER Catalunya que el PP había enviado a su diputado Carlos Floriano a sondear una negociación con los republicanos —en concreto, con la parlamentaria Teresa Jordà— para la investidura de Feijóo. Génova respondió después que nunca entabló conversaciones o negociaciones con la formación de Oriol Junqueras. "Floriano comentó a una diputada de ERC de manera informal y coloquial en el mes de agosto que deberían dejar gobernar a la lista más votada. Sin más. No recibió encomienda alguna para plantear nada. Tampoco habló con la fugada Marta Rovira".

"Desde el sábado por la noche que empezaron a salir todas las informaciones hasta hoy, esto es un cambio constante, es como una serie", señaló el expresidente, que añadió que lo único que está claro es que Feijóo "ante 16 periodistas" dijo que los socialistas tenían "razón", a no ser que tenga "un gemelo", informa EFE. El expresidente reprochó a los populares que hayan mantenido durante meses "a todo el Estado en tensión" cuando afirmaban que las negociaciones con Cataluña eran "la mayor traición de la historia". Y "ahora resulta que un indulto sí, que la amnistía se puede discutir y que, por supuesto, Puigdemont no es terrorista". Lo vivido estos días es "insólito e inaudito", agregó, para agradecer al Gobierno de Sánchez su "valentía" por haber apostado por la "concordia y la convivencia".

Horas antes, quien había intentado hacer pupa era la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría. La "mentira" es el "único proyecto político del PP". "Libertad sí, pero libertad para mentir sin tasa —señaló—. Lo que estamos conociendo durante estos días es que el PP, para hacer efectiva su investidura, habló hasta con el apuntador. Eso sí, mintiendo a todos los españoles, mintiendo a sus votantes, mintiendo a su propio partido, mintiendo a su único socio, a Vox". Para la ministra, el balance de estos primeros 100 días de legislatura del PP "no puede ser más demoledor: mentiras, opacidad e hipocresía". Alegría seguía la senda marcada por el partido en los últimos días: recuperar el mantra de las "mentiras" de Feijóo, que tanto le funcionó a Sánchez en la recta final de las generales del 23-J.

Los socialistas están convencidos de que las consecuencias del giro de Feijóo se prolongarán hasta el minuto final de la campaña del 18-F, pero este martes la polémica ya caminaba escasa de gasolina. La dirección confía en subir el tono en los últimos tres días. Con Montero este miércoles en su recorrido por A Coruña, con el debate de Besteiro y Pontón en TVE y con la traca final de Sánchez el jueves y viernes.

Las encuestas publicadas no han podido captar la incidencia del tropiezo del líder del PP. Las últimas pudieron salir el lunes, sin tiempo por tanto para medir de nuevo la temperatura. Pero los colaboradores del presidente insisten en que "sí está influyendo ya la polémica de Feijóo". "Claro que afecta. La izquierda se retrae mucho en las autonómicas, pero una cosa como esta sí moviliza a los nuestros, que es de lo que se trata", señalaban este martes fuentes gubernamentales. "Nuestra gente está mejor. Sin duda está ayudando el lío de Feijóo", indicaba una fuente cercana al jefe del Ejecutivo.

En Ferraz están convencidos de que el lío de Feijóo movilizará a sus votantes, pero en el PSdeG no lo ven tan claro y creen que no afecta tanto a la dinámica gallega

En la cúpula del PSdeG, sin embargo, no tienen tan claro que el impacto pueda ser importante: "Esto afecta más en clave estatal que aquí en Galicia. No va a tener consecuencias prácticas en estas elecciones. Sí le mete presión a Feijóo hacia su partido. Incluso puede invertir el debate estatal. Pero si este giro hace mella será con el paso del tiempo". Y es que en la federación gallega miran con preocupación el 18-F, por la baja movilización de sus votantes —ese es su talón de Aquiles— y la fuga masiva de muchos de ellos hacia el BNG de Pontón, vista como la solución de cambio en estos comicios, como la opción útil para desalojar a Rueda de la Xunta.

Quedan tres días y el viaje se ha complicado ostensiblemente para el PP. Pero no ha dejado de ser duro para el PSdeG.