Desde el primer día que el juez autorizó las escuchas del que fuera asesor de José Luis Ábalos, Koldo García, y de varios investigados de la trama de corrupción por la compra de mascarillas, los investigadores notaron algo extraño: ninguno hablaba. Pareciera como si tanto Koldo como su hermano Joseba y los empresarios implicados (Juan Carlos Cueto, Víctor de Aldama e Íñigo Rotaeche) supieran que alguien los estaba escuchando.

Así era. La unidad de élite de la Guardia Civil estaba atenta a cada uno de sus movimientos y desde el inicio se percataron de que todos quedaban en persona para hablar de los temas sensibles. "Solamente quiero el temario para el crío", dijo Joseba García a su hermano. "Joseba, Joseba hablamos en persona, por favor", expresó elevando el tono Koldo un día de octubre. Los teléfonos de todos fueron pinchados a partir de septiembre cuando la Fiscalía Anticorrupción judicializó el asunto en la Audiencia Nacional. Habían descubierto una presunta organización criminal dedicada al blanqueo de comisiones derivadas de contratos públicos.

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita deja claro que Koldo "mantiene un contacto próximo con miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, lo cual podría facilitarle la implementación de medidas de seguridad extraordinarias". De hecho, ponen ejemplos concretos. El 21 de septiembre sobre las 20:44 el exasesor ministerial llama a "Miguel" un miembro de la Policía Nacional y le dice que quiere comentarle un asunto preguntándole "si se lo dice por el teléfono o le envía un Whatsapp.

Los agentes empiezan a ver la necesidad de seguir a los implicados hasta sus encuentros en cafeterías y restaurantes de Madrid para ver si in situ sí conversan sin trabas y el juez Ismael Moreno comienza a dar la venia para que los persigan en el Viena Capellanes de Génova, en el Mercado Barceló y, sobre todo, en la marisquería 'La Chalana', centro de encuentro de muchos de los investigados. Incluso de Ábalos.

Pero el juez accede a peticiones aún más restrictivas de derechos porque del devenir de la investigación considera que hay pruebas evidentes de que los investigados saben que les escuchan. En un escrito del 6 de octubre autoriza la instalación de un software que de forma remota y telemática examine sin conocimiento de los usuarios la información contenida o almacenada en los teléfonos de ellos. "Permitiendo la interceptación y monitorización de las comunicaciones telemáticas basadas en el registro remoto del citado terminal", refleja Moreno. La Guardia Civil introduce así una suerte de Pegasus o programa espía en dos móviles distintos que maneja Koldo García, uno de Cueto y otro de Víctor de Aldama.

Una inspección en Hacienda

Hay dos momentos claves durante 2023 que hacen saltar las alarmas de los empresarios. En primer lugar, el hecho de que a Víctor de Aldama le notifiquen una inspección de la Agencia Tributaria (Hacienda). Su empresa Soluciones de Gestión es la que ha sido adjudicataria del 'pelotazo' de las mascarillas, con el que Anticorrupción considera que de los más de 53 millones de euros que se pagaron, ellos se quedaron con un 32% de beneficio.

De Aldama --presidente del Club de Fútbol del Zamora, asesor de Air Europa y contratado como asesor de Huawei-- recibió una citación de la Inspección fiscal y las luces rojas se activaron en su entorno. Para empezar, por lo que eso significaba tener el hocico de Hacienda en sus negocios, y para continuar porque sus socios no se fían de él. Es un "marrullero", con "fama de mal pagador", dijo Cueto. "Le preguntarán por todos. Por mí, por Angola, por Ábalos, por el presidente del Gobierno, por la Ministra de Defensa, por Delcy, por las maletas...por todo", llegaron a decir.

Por eso, le advierten de que vaya con abogado y con "chuleta". "Si no va preparado... mal vamos", reprodujo el cerebro de la trama que estaba especialmente preocupado. "Ha sido un tema central en las conversaciones de Cueto con otros investigados. De hecho, desde el comienzo de la intervención telefónica hasta la fecha no ha habido ningún día laboral donde Cueto no haya comentado esta cuestión con, al menos, alguno de los investigados", refleja un informe de la UCO.

Los agentes, incluso, refieren a un encuentro que Koldo dijo el 17 de octubre que iba a tener con representantes de ADIF. Él, por cierto, tenía participación directa en los departamentos que adjudicaron los primeros contratos (Puertos del Estado y ADIF, dependientes del Ministerio de Transportes). Los guardias lo siguen hasta un hotel del Paseo de la Castellana donde se ve con dos personas que no identifican. "Sin poder confirmar si efectivamente pudo haber existido" ese encuentro "resulta interesante que ese día Cueto le afirmara a Rotaeche que la inspección de la AEAT no acabaría en la vía penal por lo que había hablado esa misma mañana con Koldo", señala la Benemérita.

Las mascarillas de Baleares

El segundo hecho que los hace estar alerta tiene que ver con la reclamación que Baleares activa para que la empresa les devuelva casi tres millones de euros por mascarillas defectuosas. Cómo es posible que el Gobierno que presidía Francina Armengol reclamara esto tres años después, es algo que todavía está por esclarecer. La sombra del 'chivatazo' se cierne también sobre la actual presidenta de la Mesa del Congreso que mantuvo durante años en cajas estos cubre bocas comprados a la empresa de la trama. En octubre de 2023 la administración de las islas pide una sanción para ellos de la diferencia de precio existente entre las mascarillas FPP2 contratadas y las quirúrgicas suministradas.

Los investigados tratan de mover todos sus hilos para cerrar este caso sin más. "Joder Íñigo... ¿qué quieres que te diga?...si esto no es fácil...es un tema jodido...pero... a lo mejor también se puede trabajar para que se les olvide el tema...¿me explico? He estado hoy con tu vecino [Koldo] que me ha dicho que va a intentar tocar también a los otros", dijo en una conversación Cueto a Rotaeche.

Koldo y Cueto se ven "un minuto" en la estación de Chamartín. Mochila en mano, el asesor de Ábalos habla con el empresario que le entrega unos papeles. El día 10 de enero es el último día que en el sumario se muestra que tratan este asunto de nuevo. El mismo día que el exministro se traslada a la marisquería 'La Chalana' y se ve con Koldo, como capta la UCO.

La investigación penal

Pero lo que más sorprende a las fuentes de la investigación consultada es que ellos supieran que sobre ellos se cernía unas diligencias penales. Fue público el hecho de que el PP denunció en 2022 el asunto de las mascarillas en Anticorrupción, pero desde entonces no había trascendido mucha más información sobre el tema. Cueto, Rotaeche y De Aldama están muy pendientes de las noticias que se publican sobre el tema y creen que la mayoría está archivado o enviado a la Fiscalía Europea. Pero Koldo maneja información privilegiada.

"Ahora viene la Guardia Civil a verme y vienen también de la UCO para explicarme que no me pusieron el seguimiento a mí, porque si era en el seguimiento de Izaskum y era al padre... detrás de joder a José Luis, detrás del Secretario de Estado, detrás del... hay, me parece que son 27 personas a las cuales están siguiendo", dijo Koldo a su hermano. Él le dice que "lo que más me interesa es mantener la distancia, somos dos y que no se te vea a ti". Es ahí cuando comentan que hay que "ir al notario para rectificar lo de la niña".

El asesor de Ábalos compró uno de los tres pisos con los que se hizo en solo un par de años a nombre de su hija menor de 2 años. "De estas afirmaciones de Koldo se infiere que sería conocedor a través de fuentes de la propia Guardia Civil de que existe una investigación sobre su persona, en la que habría un total de 27 investigados", concluye la UCO. En el sumario hay implicado un subteniente de la Guardia Civil que ejercía labores de seguridad en el Ministerio y que estaba a sueldo de la trama, así como un policía hermano de Víctor de Aldama que trabajó para la seguridad de Ábalos.