El caso que afecta al novio de Isabel Díaz Ayuso alcanza una nueva dimensión. Alberto González Amador y otras cuatro personas más fueron imputados este viernes por la jueza de instrucción número 19 de Madrid al observar la "posible existencia de indicios" de dos dos delitos de defraudación tributaria por el impuesto de sociedades de los años 2020 (155.000 euros) y 2021 (195.951 euros), y un supuesto delito de falsedad en documento mercantil por unas facturas falsas presentadas para, presuntamente, minorar el pago a Hacienda. Desde que se conoció el escrito de la magistrada María Inmaculada Iglesias Sánchez, Gobierno y PSOE han presionado para exigir la dimisión de la presidenta madrileña. Presión a la que desde Bruselas se sumó el propio jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, advirtiendo también a Alberto Núñez Feijóo de que ya no tiene más "excusas" para no exigir la caída de Ayuso. Su partido, el PP, está "hasta arriba de barro".

Los socialistas no van a soltar la presa, y menos ahora, cuando el caso se ha complicado objetivamente para la baronesa madrileña. Todo un balón de oxígeno que el presidente acarició en rueda de prensa desde la capital belga, al término del Consejo Europeo ordinario.

Feijóo no tiene excusas, ni tampoco Ayuso tiene argumentos para no dimitir o exigir su dimisión. Luchar contra la corrupción y tomar medidas en tu partido es lo relevante", subraya

Sánchez puso la Comunidad de Madrid como el ejemplo de la estrategia de "oposición absolutamente destructiva" y "tóxica" que está llevando a cabo el PP de Feijóo, con peticiones incluso de ilegalizar partidos que "no piensan como ellos" o de intentar inhabilitarle a él como presidente del Gobierno por una denuncia que archivó esta semana la Oficina de Conflicto de Intereses. Es el "insulto, la mentira, inocular odio en la sociedad española para polarizar y confrontar", cargó. Ruido que "tiene que ver con el silencio" del líder del PP "ante el caso Ayuso". "Después de las noticias conocidas hoy, el señor Feijóo no tiene excusas, ni tampoco la señora Ayuso tiene argumentos para no dimitir o exigir su dimisión. Y es lo que espera todo el mundo, toda España. El que el PP asuma su responsabilidad y le exija la dimisión a la señora Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid y presidenta del Partido Popular [de Madrid]. Porque criticar la corrupción de un tercer partido es lo sencillo. Luchar contra la corrupción y tomar medidas en tu propio partido es lo relevante, es lo importante", subrayó.

El presidente del Gobierno contrastó entonces la actitud de un PP que concibe como negligente con la corrupción y un PSOE que sí que toma medidas. Sacó pecho de que él como jefe del Ejecutivo y como líder de su partido ha adoptado decisiones "contundentes, rápidas, ejemplares", como en el caso Koldo. Lo que demanda del PP es que "expulse esa corrupción", no que la "tape".

"Clamoroso silencio" ante el comportamiento "antidemocrático" de MAR

Sánchez encuentra que la polarización política, de la que tanto se ha hablado en los últimos días por la escalada dialéctica que se ha visto en las últimas semanas entre los dos partidos, tiene que ver mucho con esto. Porque Feijóo carga, a su juicio, con la losa de su pasado, porque asumió las riendas del PP en 2022 porque en su partido, en lugar de exigir cuentas a Ayuso, defenestraron a su líder, Pablo Casado, por "denunciar" esa corrupción, ya que fue él quien detectó la comisión cobrada por el hermano de la presidenta por la venta de mascarillas.

Sánchez presume de que su partido y él han actuado "con contundencia, ejemplaridad y rapidez" e insta a los medios a no ser "equidistantes"

"Quizá por eso Feijóo no se atreva, no quiera o no pueda exigir responsabilidades políticas a Ayuso", deslizó. Pero además el jefe de los populares, añadió Sánchez, prometió ejercer una política "para adultos", y lo que guía su mandato son "la mentira, el odio y los insultos".

Para el presidente, no se puede hablar sin más de "polarización". Ya lo ha dicho en más ocasiones. A su juicio, lo que existe es una "polarización asimétrica": "Aquí hay gente que insulta y gente que somos insultados. Hay gente que ataca y gente que somos atacados. Hay gente que miente y gente que tratamos de hacer de la verdad nuestra forma de hacer política".

"Desvelar esa estrategia", sostuvo, no solo compete a partidos como el suyo, sino a los medios, que no pueden ser "equidistantes". Los ha habido que han "reflejado todo lo que está sucediendo en el caso Ayuso", recordó, y la respuesta del PP, en concreto del director de Gabinete de la presidenta madrileña, Miguel Ángel Rodríguez (MAR), ha sido "amedrentar" a esos medios. Coaccionarlos, difundir bulos. Un comportamiento "absolutamente antidemocrático" ante el que la dirección de Feijóo ha contestado con un "clamoroso silencio".

El "desafío" de denunciar esa estrategia de polarización concierne a todos, cree el presidente. A los partidos, los medios y a la ciudadanía, a los que no están "dispuestos a ver cómo la democracia y la política se embarran". "Quien quiere embarrar la política es porque está de barro hasta arriba —avisó—. Y es bastante evidente que hay algunos partidos políticos que cuando tenemos casos de corrupción, actuamos con contundencia, ejemplaridad y rapidez, y otros partidos políticos tapan esa corrupción y elevan el ruido para que no se escuche el silencio sobre aquello que no hacen, pero que exigen a nosotros".

Un tiempo "completamente distinto"

La comparecencia de este viernes en Bruselas se produjo apenas unas horas después de que Carles Puigdemont anunciara que concurrirá en las autonómicas catalanas del 12 de mayo, con el fin de "culminar" su trabajo como president. Cuando los periodistas le preguntaron si había visto gestos de "reconciliación" en la actitud del jefe de Junts, propósito central de la ley de amnistía, Sánchez apuntó que el dirigente independentista puede afirmar lo que quiera, pero él está convencido de que se abrirá un "tiempo nuevo" en Cataluña, con Salvador Illa como nuevo president.

Sánchez da por hecha una victoria "por un amplio margen" del PSC porque los catalanes quieren "pasar página"

El presidente, como ya defendió ayer también en Bruselas, recordó que estas serán las terceras elecciones en las que Puigdemont se presente como candidato: primero fue en 2017, luego en 2021 y ahora en 2024. Pero ahora "estamos en un tiempo completamente distinto, en un tiempo nuevo", y la disyuntiva que ha de resolver Cataluña con su voto es si quiere mirar "hacia delante" o "hacia atrás".

El Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), el CIS catalán, situaba este jueves al PSC de nuevo como primera fuerza política, con una horquilla entre 35 y 42 escaños. Sánchez manifestó su convicción de que Illa "va a ganar por un amplio margen, incluso más de lo que dicen" las encuestas. "¿Por qué? Porque creo que la ciudadanía catalana quiere pasar página. Y lo que significa pasar página es tener un Gobierno y un presidente, Salvador Illa, que una y que sirva al conjunto de la ciudadanía catalana". Lo que procuraba hacer el líder socialista es llamar a concentrar el voto antiindependentista en el PSC. Presentar a su candidato como la encarnación del futuro frente al "pasado" que representaría Puigdemont.

Para Sánchez, "más allá de lo que pueda decir uno u otro candidato", la clave está en "mirar hacia el futuro" y en tener un president que "se dedique a las cosas, como dice Illa". Es decir, que se preocupe de los problemas de los ciudadanos, como la sequía, el fortalecimiento de los servicios públicos como la sanidad o la educación, la reindustrialización o el buen desempeño del autogobierno, objetivos que sí tiene, insistió, el primer secretario del PSC, y que gane será "una muy buena noticia también para Cataluña y para el conjunto de España", puesto que la comunidad es uno de los motores poblacionales y económicos del país.

Insiste en que más allá de lo que pueda decir Puigdemont, se trata de "mirar hacia el futuro" y de tener un 'president' que se preocupe de los problemas de los ciudadanos de Cataluña

"Por tanto", resolvió, "creo que vamos a tener un extraordinario resultado, incluso superior al que señalan las encuestas, y vamos a tener una oportunidad de abrir un tiempo nuevo en Cataluña con un presidente que una y que sirva. Lo que digan otros candidatos, evidentemente están en su derecho, faltaría más".

El presidente recalcó que los socialistas afrontan los comicios del 12 de mayo "con los deberes hechos" y con un proyecto político "sólido" y que "mira al futuro, no al pasado". Y, por descontado, desligó el resultado de las catalanas de la estabilidad de la legislatura. El objetivo de su Ejecutivo será, dijo, aprobar los Presupuestos de 2025 y "continuar" con la hoja de ruta de "reformas y transformaciones".