Los socialistas quieren que la campaña de las elecciones autonómicas catalanas del 12 de mayo se centre en "las cosas", las inquietudes reales de los ciudadanos. La sequía, la vivienda, la sanidad, la reindustrialización, el fortalecimiento de los servicios públicos, el impulso de las energías renovables. También el despliegue del autogobierno. Pero no sobre el derecho de autodeterminación, no sobre la independencia. Eso no quita, sin embargo, para que Gobierno, PSOE y PSC deseen marcar claramente el terreno de juego, delimitarlo con nitidez de cara a ERC y Junts y también de cara a sus votantes. Subrayar que no cabe ni cabrá el referéndum y mucho menos una nueva declaración unilateral de independencia. Mostrar un perfil más duro.

La política a veces no solo son acciones, sino también gestos. Y el que la semana pasada protagonizó el PSC y el que este martes lanza, previsiblemente, el Consejo de Ministros, es coincidente e inequívoco. Recurso ante el Tribunal Constitucional de la iniciativa legislativa popular (ILP) presentada por Solidaritat Catalana per la Independència para declarar de manera unilateral la secesión de Cataluña. El texto fue admitido a trámite el pasado 20 de febrero por la Mesa del Parlament, con los votos a favor de Junts y la CUP, el no del PSC y la abstención de ERC. La ILP no había dado más pasos pero no decae con la disolución de la Cámara catalana por el anticipo electoral, ya que este tipo de propuestas se mantienen vivas de una legislatura a otra.

Hay que presentar el recurso y no hay razón para demorarlo. Era necesario aquí, sin dudarlo", aseguran fuentes próximas al líder del PSC y candidato

El PSC presentó el pasado jueves su recurso de amparo ante el TC, pero el giro decisivo llega este martes. Ahora es el Gobierno quien se dirige al tribunal de garantías, quien interpone un recurso de inconstitucionalidad, con el informe favorable del Consejo de Estado, reunido ayer lunes. Su impugnación provocará de manera automática la congelación de la ILP, aunque el TC deberá decidir en un plazo no superior a cinco meses si ratifica o levanta la suspensión antes de entrar al fondo del asunto.

No es la primera vez que el Gobierno de Pedro Sánchez acude al TC en pleno proceso electoral. Ya lo hizo, y en numerosas ocasiones, antes de las generales del 10 de noviembre de 2019, una repetición de los comicios que quería aprovechar para crecer por el centro en un ambiente de máxima tensión por las algaradas y protestas violentas en las calles a raíz de la sentencia del procés. Ahora, la decisión sorprende porque no estaba en principio en la hoja de ruta del Ejecutivo. El 21 de febrero, un día después de que la Mesa de la Cámara catalana admitiera a trámite la ILP, el presidente, en el vuelo que le conducía a Marruecos, señaló a los periodistas que no le preocupaba especialmente, porque entendía que eran lógicas propias del Parlament, sin mayor recorrido.

De no concederle mayor importancia, el Ejecutivo ha pasado a impugnar la iniciativa al TC. Un giro copernicano. "Hay que hacerlo y no hay razón para demorarlo. Era necesario aquí, sin dudarlo", señalan fuentes muy próximas al primer secretario del PSC, Salvador Illa. La estrategia está obviamente compartida con Ferraz y la Moncloa. Y el mensaje político, inciden, es claro: avisar a los independentistas de que los socialistas no compartirán su pretendido viaje hacia el referéndum, en ningún caso.

"Ya estamos hablando del referéndum"

El recurso ante el Constitucional del Gobierno coincide con la onda expansiva de la entrevista de la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en El Periódico de Catalunya, este pasado domingo: "Ya estamos hablando del referéndum [con el PSOE] en esta segunda fase y no dejaremos de hablar del referéndum". Ferraz tuvo que contestar con rapidez. "Seré rotunda. El PSOE no está en ninguna negociación que hable de rupturas, de referéndum y de divisiones", explicó en La hora de La 1, en TVE, la portavoz del partido, Esther Peña.

Los socialistas, en Madrid y en Cataluña, insisten en que el referéndum "no está encima de la mesa", "ni ahora ni en el futuro" y achacan las palabras de Rovira a su competición electoral con Junts

La dirigente insistió en que no hay negociación sobre una consulta y atribuyó las palabras de Rovira a la competición de ERC y Junts, a su "batalla para ver quién es más independentista". "Lo enmarcamos todo en esta cuestión electoral, que nosotros no compartimos ni en el fondo ni en la forma, pero entiendo que tienen todo su derecho a exponerlo", añadió. El referéndum "no está encima de la mesa" y el PSOE, recalcó, no está "ni ahora ni en el futuro" a favor de opciones que dividen a la sociedad, aunque no pueden pedir a sus socios independentistas que renuncien a sus "máximas políticas". "No contemplamos la opción del referéndum", sentenció igualmente la nueva portavoz del PSC, Núria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma, en rueda de prensa en la sede del partido. Rovira, en una entrevista este lunes en TV3, retó a los socialistas a poner sobre la mesa su propia propuesta. La de ERC es "un referéndum vinculante y con validación internacional" y pactado con el Estado.

Peña, en TVE, no quiso entrar en los detalles del recurso ante el TC que el Gobierno explicará este martes tras la reunión del Consejo de Ministros. Fuentes gubernamentales sí explicitaban este lunes que había que poner pie en pared. Trazar una divisoria clara: el referéndum no es posible.

Sin embargo, Sánchez y su Gabinete arrastran un problema de credibilidad. Porque la amnistía también era línea roja antes de las elecciones generales del 23-J y finalmente, tras abrirse las urnas y para conseguir los siete votos de Junts, el PSOE tuvo que ceder. En la Moncloa recuerdan que la que era inconstitucional era la propuesta de amnistía que presentaron los independentistas en 2021, y que en todo caso la medida de gracia es congruente con la política de distensión llevada a cabo por el Ejecutivo desde 2018, y continuadora por tanto de los indultos. "En cambio, jamás ha habido una puerta abierta al referéndum", recuerdan.

El PSC desea centrar la campaña en las inquietudes ciudadanas, aunque eso no quita para que el Gobierno "no pueda mirar para otro lado" si se cruza la raya

En el Gobierno ya prevén que ERC y Junts sigan, en las próximas semanas, en una espiral ascendente sobre propuestas de secesión. "Y cuando entran en esa pelea se olvidan de lo que demandan los catalanes, reafirman la apuesta del PSC de que hay que pasar página y hablar de las cosas que inquietan a los ciudadanos", explican. Los socialistas no quieren hacer del referéndum un eje de campaña, pero también dejan claro que "el Gobierno de España no puede mirar para otro lado" si se corre el riesgo de traspasar la Constitución. "No vamos a entrar en debates sobre los temas del procés, pero tampoco vamos a dejar que Rovira o quien sea hable y no respondamos. Hay que dejar menos margen a esa retórica que es falsa y que no va a ninguna parte", remachan desde el Ejecutivo.

Los independentistas "no mienten" para el PP

El PP, sin embargo, cree que todo es una impostura de Sánchez. El presidente, aseguró este lunes el portavoz del partido, Borja Sémper, "es un hombre atrapado en la mentira". Son los independentistas los que "no mienten", los que tienen un "proyecto político insaciable". "Nos dicen cuál es su hoja de ruta y qué van a hacer, no hay más que escuchar a Rovira desde Ginebra cuando dice que van a impulsar un nuevo referéndum de autodeterminación, o a [Oriol] Junqueras esta mañana [por este lunes] cuando nos dice lo mismo", agregó, informa EFE. Para el PP, "no va a ser suficiente" con la amnistía para saciar el apetito de los soberanistas, "como no lo fueron los indultos, la rebaja del delito de malversación o la eliminación del delito de sedición".

Para los populares, Sánchez es el que "vuelve a activar el 'procés'", afirmación contraria a la tesis del Gobierno, que quiere "pasar página" del conflicto y para el que la amnistía es pieza clave

"Nada es suficiente porque el objetivo político del independentismo es alcanzar la independencia de Cataluña, diga Sánchez lo que diga, digan sus ministros lo que digan", remarcó. Para Sémper, lo que se está produciendo es un retorno a los años del auge soberanista. "El Estado de derecho y la sociedad catalana desactivaron el procés, pero Sánchez lo vuelve a activar", finiquitó. Una afirmación radicalmente contraria a la tesis que defiende el Gobierno, que repite que gracias a su política se ha desinflamado el conflicto y ahora toca "pasar página" de ese pasado en estas elecciones del 12-M.

La campaña no arrancará hasta dentro de un mes, el viernes 26 de abril, pero los relatos ya se están componiendo. Y cada partido se dirige a sus parroquias electorales. El PSC aspira a ganar con rotundidad, como dicen las encuestas, y poder conquistar la Generalitat, una misión bastante más difícil. Necesita afianzar el voto constitucionalista y también convencer a los electores cansados del procés.

Un perfil más duro y el acento en los problemas cotidianos de los ciudadanos puede explicarse también a través de encuestas como la de La Vanguardia publicada ese lunes: el 54% de los catalanes respalda la ley de amnistía, pero más del 40% la rechaza. Entre los votantes del PSC, un 52% repudia la norma, frente a un 43% que sí la apoya. Un 51% de los consultados cree que la ley mejorará la convivencia en Cataluña, pero hasta un 44% piensa lo contrario. De entre los electores socialistas, el 56% sí que está seguro de que la norma tendrá efectos positivos. Las urnas del 12-M llegarán con el debate aún caliente y sin que la ley se haya aprobado definitivamente. Ese será el telón de fondo de unas elecciones catalanas más decisivas que nunca.