La pugna abierta entre PP y Vox por el voto del campo del mes de febrero, a raíz de las protestas del sector, que tuvieron escaso recorrido durante dos semanas, hizo a los de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal reivindicarse como representante real del voto agrícola, ganadero y pesquero. Cuestiones como la amnistía desalentaron el debate que parecía abrirse al borde de dos campañas electorales, la gallega y la vasca, y su influencia fue minúscula. Se esperaba que los debates sobre el estado y el futuro del campo se abrieran en las europeas. Ni en las catalanas, convocadas más tarde, la sequía fue condicionante.

El PP apuntaba a competir con Vox en esta materia, sin entrar en el marco migratorio, como Bambú ha desplegado desde entonces para intentar condicionar el debate y diferenciarse de Génova, abonada a la amnistía. Ahora la estrategia de Feijóo y el equipo de europeas pasa por la nacionalización de la campaña, con la amnistía a punto de quedar reflejada en el BOE y la citación de Begoña Gómez aún candente. Compiten con Vox, sí, pero también con el PSOE por la primera plaza, y la referencia a estos dos temas se antoja necesaria. Eso, hace que el campo pase a un plano secundario.

El PP sabe del tirón de Vox entre el sector primario y de la enorme fidelización del voto. Pero no renuncia a dar la batalla. Quieren hacerse notar con propuestas que han promocionado en debates, mítines y redes sociales. Apuestan por modificaciones de la Política Agraria Común (PAC) y la reducción de la burocracia para facilitar la labor al sector. Compite con un discurso mucho más duro y fácil de tejer para Vox, cómodo en pleno auge de sus socios, que pueden ser condicionantes para el próximo Ejecutivo del Bloque, y tercera fuerza. Vox apuesta por una nueva PAC "menos ideológica", suprimir el Pacto Verde Europeo fomentado, entre otros, por los conservadores, y, generalmente, una transformación total de la Unión respecto al campo. Mayor libertad para sus trabajadores y menos condicionantes ligados al cambio climático, del que se desentienden.

Vox ha ido tejiendo la postura en favor del sector para ser referente. Y ha elegido, siempre que ha podido, ostentar competencias agrarias o ganaderas en aquellas localidades o regiones donde ha tocado poder con el PP. Destacan las consejerías de Castilla y León, la Comunidad Valenciana, Aragón y Extremadura, ésta última relacionada con el entorno rural. A destacar el nivel de apoyo en urnas en zonas productoras, como la costa del levante y mediterránea, o Huelva. Algo que, no obstante, va ligado también con la afluencia migratoria. Guiños a la zona almeriense y al campo hace el PP, que ha ubicado a la consejera de Agricultura de Andalucía, Carmen Crespo, como 'dos'. Vox patrocina a Pedro Narro, vinculado al sector, a ASAJA y actualmente funcionario europeo con responsabilidades en energía y medioambiente.

Aislando y cruzando las variables socioeconómicas del último sondeo de europeas del CIS, se observa que el apoyo el los trabajadores del campo, como agricultores y ganaderos, así como del ámbito pesquero votará en un 25% a Vox el próximo domingo. Hay que tener en cuenta, eso sí, que la muestra que se autodefine trabajadora del sector primario es muy pequeña. De un total de 7.491 entrevistas, representan el 1,07%. Son, con todo, los únicos datos pormenorizados que se ofrecen en este sentido, de toda la batería de estudios publicados para esta cita.

La candidatura de Jorge Buxadé supera con creces a la de la popular Dolors Montserrat, que pierde la segunda plaza en estos cinco años. La asume Vox. El PP consigue el apoyo del 16,1% de este perfil de votante. Y queda tercero, tras el 5,3% que apoya al partido de Alvise, Se Acabó La Fiesta, y el 10,2% que no contesta o no sabe. Por encima, según el estudio, estaría el PSOE con el 31,3% de ese respaldo. Son 6,3 puntos más que el recuerdo de voto que esos electores hacen del 2019 y 0,9 décimas respecto a las últimas generales. La evolución de los socialistas ha sido ascendente, de acuerdo con las respuestas, pero destaca con creces la subida de Vox frente al PP.

Frente a ese apoyo actual del 16,1%, el recuerdo de voto de 2019 sitúa a los de Feijóo entonces en un 28,1% del sufragio en las anteriores europeas. Es casi el doble. Entonces Vox, aún no estaba asentado. Venía de irrumpir en el parlamento andaluz tras mostrar músculo en el primer Vistalegre de octubre de 2018. Y entraba en el Congreso de los Diputados con 24 parlamentarios. Ya con Vox consolidado, en las últimas nacionales del 23-J, el PP tuvo, entre el votante consultado en este CIS, un recuerdo de apoyo del 19,1%. Vox del 25,5%. Aunque Vox baja medio punto, la tendencia a la baja reflejada se ve también en este último año, con un PP con tres puntos menos.

El PSOE se consolida entre el votante del sector primario sin cambios, pero el PP pasa de un 28,1 a un 16,1% del apoyo en cinco años

A pesar del crecimiento entre ese sector, ello con conlleva que Vox sea la segunda fuerza en las zonas más rurales. El crecimiento del PP en los enclaves rurales, con victorias importantes del PSOE en las capitales de esas provincias, desplazó en muchos lugares a los de Abascal a terceras o cuartas posiciones en las generales de julio pasadas. Y el peso del bipartidismo en los territorios más rústicos aún es patente. Los nuevos partidos priman en las zonas urbanas. Ahora bien, las europeas, al no decidir gobiernos nacionales, permiten "experimentos", explican a El Independiente diversos expertos en Ciencias Políticas. El CIS no aporta en detalle el voto por región.

Perfil del votante del sector primario

Sí permite hacer un perfil medio del electorado agrícola en España. En un eje derecha-izquierda, hay tres ubicaciones predominantes: domina el centro, con un 5 sobre 10. Le sigue la extrema izquierda, con el 20,3% fijado en el 1. Y, en tercer lugar, la extrema derecha, con el 15,5% en el 10, y el 11,2% en el 8.

Las corrientes del campo más a la izquierda las aglutinan entidades como la UPA, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos. Con unos 80.000 afiliados. Está vinculado a UGT, y por ende, es próxima al PSOE. Se definen como "de centroizquierda y progresistas". Más centrada es la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), la primera organización de este tipo a nivel estatal, constituida en 1977. Cuenta con unos 150.000 miembros. ASAJA, por su parte, es la que más a la derecha queda. La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores cuenta con más de 200.000 integrantes.

Mayoritariamente se encuentran entre la población activa, refleja la encuesta. Se autodefinen como clase media y media-baja. Y a nivel de salario rondan desde menos de 1.100 euros a los 1.800. En cuanto al nivel de formación, prima la secundaria de primera etapa en cuatro de cada diez. De segunda en 15,9% y la Formación Profesional en un 24,5%. La mayoría se definen como católicos, en un 75%, a medias practicantes y no practicantes. Y la mayoría están casados. De los consultados, el 72,2% son hombres, y predominan los de 45-64 años, en casi siete de cada diez casos. Todos de nacionalidad española.

¿Cómo interactúa el sector primario con estas europeas? Siguen 'poco' (60,1%) y 'nada' (22,1%) la campaña electoral y las noticias derivadas. Los que tienen interés, de 'bastante' a 'mucho', son casi el 20% de los encuestados. Y la mayoría se entera de los asuntos políticos de estos comicios por televisión, en un 63,6%. Menos de la mitad conoce a los candidatos, y tampoco han consultado o conocen los programas electorales. Y el sector, pese a decantarse por unas u otras fuerzas, ven poco diferencias entre los partido políticos. Es un público muy movilizado. Solo se abstendrá el 0,5%, augura el CIS.

Para un 22,9% de los agricultores, Vox es quien mejor propuestas tiene. Y generan un interés personal al 30,2%

Pese a no tener constancia de las medidas mayoritariamente, indican que Vox es quien mejores propuestas tiene en campaña en un 22,9%. Detrás el PSOE (20,9%) y el PP (15,4%). Los populares se ven superados por quienes creen que ninguno, en un 17%, y los que no saben o no responden (16,1%). Un tercio de los trabajadores del sector atribuyen interés personal a esas propuestas Vox, con un 24,2% para los socialistas y un 9,3% con el PP. Se repiten aquí las cifras de los que no contestan. Los candidatos no les movilizan, lo hace la marca en el 60% de las ocasiones. Y en un 67,5% del votante ya tiene decidido su voto antes del inicio de la campaña.

El respaldo de las siglas de Vox contrastan con el nivel de preparación atribuido a Buxadé: tercero (13,6%) detrás de Montserrat (19,4%) y Teresa Ribera, que alcanza un 33,5% de valoración en esos términos.