La monstruosa DANA que ha segado ya la vida a 222 personas —214 solo en la provincia de Valencia— ha sepultado prácticamente toda la actualidad informativa de las últimas dos semanas. Hasta las decisivas elecciones presidenciales en Estados Unidos. Y, por supuesto, ha empequeñecido uno de los grandes eventos políticos programados para el otoño en España: el 41º Congreso Federal del PSOE. El cónclave, en principio, se celebrará en la fecha prevista —29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre—, en la ciudad prevista, Sevilla, pero bajo el trauma de la mayor catástrofe natural en décadas, por el número de víctimas y por la enorme devastación que el temporal dejó a su paso. Para cuando el millar de delegados llegue a la capital andaluza, se habrá cumplido justo un mes de la tragedia y aún quedará muy lejos la vuelta a la normalidad de los en torno a 845.000 afectados directa o indirectamente por la salvaje gota fría que arrasó Valencia el 29 de octubre.

Desde ese día, la actividad pública del PSOE se ha reducido al mínimo. No hay ruedas de prensa en la sede federal, no hay apenas comunicados —hubo dos este domingo, uno para apelar al PP para que condenase la manifestación fascista del sábado que acabó en la sede de Ferraz, y otro para replicarle por la corrupción—, no se exponen dirigentes. Lo que sí se hizo fue remitir la ponencia marco a toda la militancia, como estaba programado. Pero todo el peso se ha volcado, como es lógico, hacia el Gobierno. Hacia el propio presidente, Pedro Sánchez, que dirige a diario las reuniones en la Moncloa del comité de crisis, y hacia un pequeño número de ministros, los más concernidos por la gestión de la DANA y a los que la Moncloa ha preferido poner bajo el foco —Fernando Grande-Marlaska, Interior; Ángel Víctor Torres, Política Territorial; Margarita Robles, Defensa, y Óscar Puente, Transportes, además de Yolanda Díaz, Trabajo—. También ha querido que la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, objeto de críticas del PP, salga al paso de las acusaciones y defienda su actuación tanto en las horas previas como posteriores a las inundaciones.

Desde que estalló la tragedia, la actividad pública del partido se ha reducido al mínimo. Todo el peso se ha volcado hacia el Ejecutivo, empezando por el propio presidente. La prioridad es la ayuda a Valencia

Pero el 41º Congreso del PSOE sigue adelante, salvo viraje de ultimísima hora. La cúpula escuchó las opiniones de los territorios y decidió no frenar el proceso. Como comentan en Ferraz, no se llegó a plantear un aplazamiento del cónclave. Suspenderlo habría sido "muy complicado por toda la logística que conlleva", resume uno de los miembros de la ejecutiva. Y es que, a menos ya de un mes de su celebración, el partido habría perdido mucho dinero con una cancelación, además de que todas las federaciones habían bloqueado hoteles, vuelos, trenes para llegar a Sevilla ese fin de semana. Se suma también una razón política, si cabe más poderosa: el congreso federal pone en marcha automáticamente el proceso de renovación territorial en el partido, en cascada, de arriba abajo. Los cónclaves regionales ya estaban ubicados en el calendario —todos se harán entre enero y marzo de 2025—, y después vendrán los provinciales, locales y de distrito. El propósito es que, para el verano, todo el PSOE en su conjunto haya acabado todo el proceso de relevo interno, siempre conflictivo por las tensiones que se desatan.

La DANA no cambia sobre el papel los planes de los socialistas. Los plazos que estaban previstos se ejecutarán. Por ejemplo, este fin de semana y hasta este martes, 12 de noviembre, se celebran los congresillos —las convenciones precongresuales provinciales— para discutir las enmiendas a la ponencia marco y los estatutos y elevar aquellas que superen el 30% de apoyos. Lo que sí ha hecho Ferraz es dispensar a la dirección provincial de Valencia, encabezada por el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, de celebrar su congresillo. Tampoco han tenido que hacerlo las asambleas de las agrupaciones de los municipios afectados por la riada. Las enmiendas de las bases subirán directamente al marco federal. En Alicante y Castellón sí se sigue con el cauce reglado, el común para el resto de España. Fue la solución que consensuaron el secretario de Organización federal, Santos Cerdán, responsable máximo del 41º Congreso, y su homólogo valenciano, Vicent Mascarell.

Se ha dispensado a Valencia de celebrar su convención precongresual. Tampoco han tenido sus asambleas las agrupaciones de las localidades afectadas por la DANA. Fue la salida pactada entre Ferraz y el PSPV

"Nadie está para asambleas. De hecho, en Paiporta [la zona cero de la tragedia, la localidad más castigada, y en la que murieron 70 personas] han fallecido dos miembros de la dirección local —señalan desde la dirección provincial a este diario—. Lo lógico sería que el congreso se pospusiera, porque la gente no lo entenderá pero… aún quedan muchos días. Eso sí, tendrán que hacer algún tipo de reconocimiento a las víctimas".

"Mucho más que una fiesta"

Aunque formalmente todo continuará según lo programado, lo previsible es que el 41º Congreso no discurra de la misma forma en la que se había diseñado. Por el tono. Ferraz estaba organizando un cónclave "muy a la americana" —el espejo evidente era la convención del Partido Demócrata que en agosto encumbró a la candidata Kamala Harris—, con un fuerte protagonismo de la imagen, y que sirviera de "relanzamiento" del partido, también de fiesta, de impulso hacia el futuro.

Cambiar el congreso tiene coste económico. Y mover el calendario supone mover todo el calendario de todos los congresos del partido. No es sencillo", admiten desde la dirección valenciana

"El congreso se mantendrá, pero presumiblemente el formato será más austero. Debe mostrar nuestro duelo más sentido hacia las víctimas. Para nosotros —aseguran fuentes de la dirección socialista valenciana—, es obvio que sería mejor que no tuviera lugar, pero lo entendemos plenamente. Cambiarlo tiene coste económico. Y mover el calendario supone mover todo el calendario de todos los congresos del partido. No es sencillo. La planificación estaba hecha para tener todo el partido alicatado antes de las vacaciones de verano, y si lo pospones ya te metes en el siguiente año con lío interno y con tensiones. Ahora, probablemente, el objetivo de reimpulsar el proyecto queda como algo más discreto. Un congreso para nosotros siempre es una fiesta, pero también es mucho mas que eso". "¿Es que cómo vamos a hacer un congreso festivo? Imagínate", resopla un barón provincial.

En otras federaciones también se hacen cargo de las dificultades objetivas que habría planteado una suspensión o un aplazamiento del cónclave, por razones logísticas y políticas. Pero asumen que el lucimiento será menor del concebido inicialmente o el que cabía esperar para un acto mayor del PSOE, que solo tiene lugar cada tres o cuatro años. "Entiendo los problemas logísticos para aplazar un congreso, pero seguro que se reprograma para hacer un homenaje a las víctimas y demás", coincide un jefe de un aparato regional, que reconoce no tener aún información de qué puede cambiar y que subraya que tampoco se han hecho "peticiones".

El 'lucimiento' y el ambiente festivo probablemente se rebajarán y se incluirá, se espera, un homenaje a las víctimas. Algunos dirigentes lamentan que se pierda el impulso para relanzar el proyecto

"Los congresillos están en marcha y ya es difícil parar el proceso. El congreso quizá sería mejor en enero, claro, pero visto lo visto... —apunta otro responsable territorial—. Es una pena, porque el congreso está pensado para relanzar el proyecto y cerrar filas. Pero, tras la DANA, el tono festivo se rebaja de entrada. Ya desde antes no íbamos con tono de fiesta [por las tensiones orgánicas y la precariedad que sufre en buena parte de España tras el derrumbe de las autonómicas y municipales de mayo de 2023], pero con esta tragedia, aún menos. Somos un partido serio. Vamos a ver cómo llegamos a él, si el drama de Valencia es omnipresente o no. Veremos si vamos a un congreso más interno o más abierto a la gente. Pero para el PSOE un congreso es un congreso, siempre es una cita muy importante para el partido".

El alcance de la "renovación" de la cúpula

En Ferraz, domina la cautela: "No hay ninguna novedad sobre el congreso federal. Todo sigue según el calendario previsto". "Todavía estamos trabajando en ello", en si hay que hacer ajustes respecto a la concepción inicial, apuntan desde el comité organizador. La liturgia del cónclave, no obstante, es la que es: llegada de las delegaciones el viernes —el día que se suele abrir con alguna mesa redonda—, apertura el sábado con la votación del informe de gestión de los órganos federales, discusión de la ponencia marco y de los estatutos en comisiones primero y plenario (si hace falta) después y confección de la nueva ejecutiva federal. El domingo, cierre con la votación de los órganos federales —la ejecutiva, la comisión federal de ética y garantías y un tercio de los miembros del comité federal— y el discurso del secretario general. En los dos últimos cónclaves, el de Madrid de 2017 y el de Valencia de 2021, este momento final había mudado de piel: en lugar de un discurso de cierre ante los delegados, Ferraz organizó un mitin multitudinario del líder. Para Sevilla, aún no se sabe el formato por el que optará la cúpula.

La dirección federal subraya que "no hay ninguna novedad" pero aún trabaja en el diseño del cónclave. La liturgia de los congresos socialistas es la que es

El foco de la cita en la capital andaluza estará monopolizado por el debate de la ponencia, en principio poco polémica —por el carácter genérico que la dirección ha imprimido al pasaje más delicado, el de la financiación autonómica—, y por el diseño del nuevo equipo que acompañará a Sánchez. El presidente solo avanzó, en la recepción en el Palacio Real del pasado 12 de octubre, que habría "renovación", sin más precisiones.

Reunión del comité de crisis para el seguimiento de los efectos de la DANA, en el palacio de la Moncloa, este 10 de noviembre de 2024. A la cabeza, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez. | POOL MONCLOA / FERNANDO CALVO.

La clave será el alcance que tendrá ese relevo, y si afectará a su núcleo duro. A los pilares de la dirección, que descansa sobre los números dos y tres, María Jesús Montero y Santos Cerdán. Especulaciones circulaban todas en el partido. Certezas, ninguna, porque todos asumen que la decisión la tiene el presidente. Y solo él. La DANA, como no podía ser de otra manera, ha cortado de cuajo todo el runrún interno sobre los posibles relevos en el puente de mando socialista.

El debate reverdecerá según se vaya aproximando el 41º Congreso, pero aún es pronto. La prioridad, lo repite el propio Sánchez, es ayudar a los valencianos y desplegar toda la potencia del Estado tanto en esta primera fase de emergencia como en la reconstrucción posterior de la zona arrasada por el agua. El momentum del partido no ha llegado. Y tardará.